Los riesgos están siempre presentes en todos los ámbitos de la vida, algunos pueden ser imperceptibles y otros de alto peligro, pero aprende a ser resiliente y enfrentar mejor las adversidades y los fracasos, ya que estas situaciones por muy complejas y dañinas que parezcan, tienen un factor positivo y enriquecedor para levantarse y seguir caminando.
Ciudad de México.- De acuerdo a la Asociación Americana de Psicología (APA), “la resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras”.
Si analizamos esta definición, en realidad abarca todos los ámbitos de la vida, desde los más íntimos y personales, hasta otros que tiene que ver con el entorno donde nos desarrollamos, por lo que aprender a enfrentar estas situaciones es clave para lograr los objetivos planteados.
Pero esto va mucho más allá a la fortaleza con que se pueden soportar estos golpes, ya que la resiliencia se enfoca en el nivel de recuperación, aprendizaje y la capacidad de seguir adelante en el camino correcto.
Tal como en su momento lo definió la empresa IBM, “no se trata sólo de soportar el fracaso, sino de salir fortalecido de él y continuar las operaciones”, esto puede ser en el ámbito laboral, emocional, empresarial o incluso social, como cuando grandes grupos humanos se reponen de tragedias insospechadas.
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El camino hacia la resiliencia
Pero una de las principales características para comenzar el camino hacia la resiliencia, tiene que ver con la manera en que se asumen los hechos, es decir, aceptar esto como un proceso de aprendizaje, que si bien es doloroso, también ofrece la oportunidad de seguir mirando haciendo al futuro con una visión más clara y objetiva.
Como lo explica el sitio Entrepreneur, la calve está en asumir que no hay crisis insuperables. “No puedes cambiar el hecho de que ocurran situaciones altamente estresantes; pero sí puedes cambiar la forma en que interpretas estas situaciones y cómo respondes ante ellas”.
Para ello hay que comenzar a trabajar en aspectos personales que son determinantes para afrontar las crisis de manera positiva y esto incluye la capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo”, además de una “visión positiva de sí mismos, y confianza en sus fortalezas y habilidades”, dice la APA.
Este sería un principio básico en este proceso, ya que es un trabajo arduo, continuo y de mucho esfuerzo para conocerse a sí mismo desde un plano realista, asumir las responsabilidades y enfocarse siempre en las metas y objetivos que son los generadores de energía para continuar en el camino, por más dura y dolorosa que parezca la situación.
