T-MEC con balanza desequilibrada

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Los cambios al T-MEC, marcados en el protocolo firmado por representantes de los tres gobiernos en México, no caen bien a todos.

Mientras se espera que durante la tercera semana de diciembre la Cámara de Representantes de Estados Unidos vote los cambios al T-MEC, mientras el Congreso en México agiliza las sesiones para concretar el proceso y Canadá hace lo propio en su Parlamento, las adecuaciones que sufrió el documento dejan inquietos a empresarios, políticos y trabajadores que no tienen claro los beneficios que obtendrán con el nuevo tratado.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que México no cedió en temas sensibles que pusieran en riesgo su soberanía laboral, al contrario, se ha esforzado por aclarar los grandes beneficios que el moderno Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá traerá a la economía mexicana.

En el análisis al documento, El Financiero Bloomberg señala quién pierde y quién gana con los cambios al T-MEC. La fuente destaca a las exportaciones agrícolas de Estados Unidos, las empresas de Internet, la industria automotriz de Estados Unidos y los personales políticos involucrados en el proceso (Donald Trump, López Obrador, Trudeau e incluso Nancy Pelosi); como los máximos ganadores.

Sin embargo, las letras chiquitas incluidas en los cambios al T-MEC implican que la balanza se incline a ciertos sectores, dejando a otros menos favorecidos. Tal es el caso de los fabricantes de medicamentos, la iniciativa privada en México, los ganaderos estadounidenses, la industria de aluminio en Estados Unidos y Canadá y grupos ambientalistas.

Los cambios al T-MEC incluyen diez años de protección de datos para medicamentos biológicos pero requerían que Canadá y México brindarán más protección, lo que podría haber incrementado los precios de las medicinas.

La Iniciativa Privada considera que México cedió mucho a cambio de muy poco en la negociación final y su principal preocupación son las disposiciones laborales que podrían dejar a las empresas y plantas mexicanas muy vulnerables.

Por su parte, el grupo de productores de ganado R-CALF criticó el acuerdo ya que consideran que no restaurar el etiquetado del país de origen, conocido como COOL, en la carne de res permite que los suministros importados sigan socavando a los ganaderos estadounidenses. Mientras que los productores de aluminio en Canadá y Estados Unidos estiman que México se convertirá en el ‘patio trasero’ de China en la región.

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