La estrategia de negociación es clara, conceder las regulaciones del sector automotriz a cambio de la eliminación de la cláusula sunset, pero ¿conviene a México ceder en reglas de origen del TLCAN? Expertos dicen que sí.
Ciudad de México.- Lo que en su momento parecía imposible de lograr, el hecho de aumentar el porcentaje de componentes regionales para los autos y producir en áreas con salarios de más de 16 dólares, ahora parece ser una apuesta interesante que ha asumido el gobierno mexicano.
De acuerdo a fuentes cercanas a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), México hizo una propuesta de elevar a por lo menos 70 por ciento el umbral para el contenido regional, así como aceptar el componente salarial planteado por Estados Unidos.
A cambio, pide al gobierno de Donald Trump un plazo de cinco años para alcanzar estos niveles y además, que se desista de imponer la cláusula sunset, con la cual el TLCAN podría terminar de manera automática cada cinco años.
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El objetivo es contar con el TLCAN
Según explicó en su momento el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, “tenemos una propuesta en la mesa, estamos analizando algunas de las características de la posición norteamericana y lo estamos haciendo claramente en función de un diálogo que tenemos con la industria automotriz mexicana”.
En ese sentido, Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), aseguró que una de las prioridades para este sector es lograr un acuerdo definitivo en el TLCAN que beneficie al país.
“El peor escenario que podría pasarle a México es no tener un TLCAN y encima pagar un arancel de 25% para exportar a Estados Unidos”, aseguró el líder empresarial.
Además, señaló que es probable que se dé el acuerdo en principio en agosto, pero también reconoció que “la industria sí tiene evaluados los posibles escenarios”, en caso de que las negociaciones se atoren nuevamente.
Beneficios para la industria automotriz
Pero más allá de que las reglas de origen propuestas por México, podrían exigir de alguna manera a la industria automotriz a cambiar sus estrategias y sus modelos de producción, esto se traduciría en mayores beneficios para México.
Así lo considera José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), quien ve esto como una venta de oportunidad para aumentar inversiones, capacitar a la mano de obra y elevar la integración regional.
Reglas de origen hueso más duro de roer del TLCAN
En declaraciones para El Economista, el directivo aseguró que “la transición implicará un costo, porque se requerirán hacer inversiones y adecuaciones de planta”, pero también las empresas se verían forzadas a hacer “sus procesos en América del Norte” y esto “implicaría inversión de origen y coinversiones con las empresas o proveeduría establecida que ya lo realizan”.
Pero además, esto tendría un beneficio en el desarrollo de las áreas en donde se establezcan las nuevas plantas o donde aumenten sus inversiones, ya que más allá de que las reglas de origen afecten su productividad, las empresas se verían forzadas a mejorar las condiciones laborales de sus empleados.
Esto “no tendrá afectaciones a la economía mexicana, sino oportunidades y beneficios de producir partes automotrices de valor agregado, que crearán empleos y dinamismo a la economía mexicana”, concluyó José Luis de la Cruz.