El Banco de México (Banxico) ya tiene delineado un panorama para este año y el pronóstico es que la economía está en pie de lucha contra presiones internas y factores externos, que combinados pueden ocasionar algunos problemas que afecten su crecimiento.
Ciudad de México.- Con un menor desempeño al cierre del 2018, la economía mexicana ya dio muestras de que este año luce un poco complicado el acercarnos por lo menos al 2 por ciento que ha propuesto el presidente Andrés Manuel López Obrador para 2019.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la economía se debilitó en el último trimestre de 2018 al crecer solo 0.3 por ciento, debido a una caída en las actividades industriales, de acuerdo con la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB).
En ese sentido, el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, consideró que la “estimación de 0.3 por ciento refleja una desaceleración de la economía”, sobre todo porque el promedio anual del 2018 fue de apenas 2.0 por ciento.
Pero las cosas lucen igual de complicadas para este año, ya que según el Programa Monetario para 2019, elaborado por Banxico, existen fuertes presiones externas que limitan las proyecciones positivas importantes y a nivel interno, aún esperan que las políticas del nuevo gobierno surtan efecto y esto provoca incertidumbre en el entorno.
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Los factores internos
Sin duda, sigue pesando la decisión tomada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de cancelar las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que fue un duro golpe para la confianza de los mercados y los inversionistas, con lo que apenas se están recuperando de esto que si fuera box, se pareció a un puñetazo directo a la mandíbula que mareó y confundió al rival.
Por tal motivo, para el Banco de México es “particularmente importante que además de seguir una política monetaria prudente y firme, se impulse la adopción de medidas de den confianza y certidumbre a la inversión y propicien mayor crecimiento”.
Contemplando que si bien en el caso del NAIM comienza a verse una salida positiva, aún está el problema latente de Pemex, su crisis financiera y de productividad y las decisiones que pueda tomar el gobierno federal con respecto al futuro de esta empresa.
Además, existe un riesgo sobre la inflación, que de acuerdo a “lo observado y los niveles que ha alcanzado”, puede variar de manea negativa “ante la posible presencia de choques adicionales que la presionen y se presenten efectos de segundo orden en el proceso de formación de precios”.
Esto a pesar de que para este año, Banxico prevé que la inflación general se sitúe en 3.4 por ciento para cuarto trimestre de 2019.
También puede suceder que con los aumentos al salario mínimo, “además de su posible impacto directo, propicien revisiones salariales que rebasen las ganancias en productividad y generen presiones de costos, con posibles presiones de precios y afectaciones al empleo formal”.
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Factores externos que presionan a la economía
En este sector, las cosas también presentan cierto grado de dificultad, contemplando que las disputas comerciales continúan impulsadas por los Estados Unidos y que en general, existe una desaceleración económica global, lo que limita el desempeño doméstico.
“En el plano internacional se han venido revisando a la baja las previsiones para el crecimiento de la economía global y se anticipa que persistan los riesgos de un escalamiento de las disputas comerciales y de un menor apetito por riesgo en los mercados financieras globales”, dice Banxico en su Programa Monetario para 2019.
Y agrega otro factor importante a tomar en cuenta es el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que si bien es un acuerdo que ya se firmó, aún falta la ratificación en los congresos locales, algo que se puede complicar tomando en cuenta la mayoría que tienen los demócratas en la Cámara baja.
Por tal motivo, Banxico dice que “en cuanto a los riesgos asociados de manera más directa con la economía nacional, destaca que si bien el acuerdo comercial alcanzado con Estados Unidos y Canadá ha reducido uno de los factores de riesgo, aún está pendiente su ratificación”.
Con todo esto, es probable que el peso tenga un impacto y “que la cotización de la moneda nacional se vea presionada por factores externos o internos”, además que “se presente un escalamiento de medidas proteccionistas y compensatorias a nivel global”, lo que también es un importante factor de riesgo para la economía, dice el banco central.
De esta manera y con la posible combinación de todos estos elementos, “cabe señalar que el entorno actual presenta importantes riesgos de mediano y largo plazos que pudieran afectar las condiciones macroeconómicas del país, su capacidad de crecimiento y la formación de precios en la economía”.
Así, la economía está en pie de lucha contra presiones internas y factores externos, algo que el gobierno de AMLO debe de tomar en cuenta en la aplicación de sus políticas sociales y económicas, ya que en un modo globalizado el efecto mariposa se multiplica y puede provocar que algo que suceda al otro lado del mundo, repercuta en México con dimensiones mayores.