La desigualdad de ingresos en México es una de las más altas en los países de la OCDE y ha aumentado de nuevo en años recientes; el 10 por ciento de la población más rica percibe ingresos 30.5 veces mayores a los del 10 por ciento más pobre.
París, Francia (elsemanario.com).- La desigualdad en México ha crecido en años recientes, al grado que el 10 por ciento de la población más rica percibe ingresos 30.5 veces mayores a los del 10 por ciento más pobre, señala un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El informe In It Together: Why Less Inequality Benefits All (Todos juntos: ¿Por qué reducir la desigualdad nos beneficia?) dado a conocer este jueves puntualiza que si bien, la desigualdad bajó en la década previa a 2005, en la reciente recesión económica aumentó de nuevo, México es, después de Chile, el país con mayor inequidad entre 34 países que conforman el organismo.
Asimismo, la OCDE sugiere que el ingreso familiar real de los mexicano dramáticamente durante el periodo posterior a la crisis financiera y resalta que entre 2010 y 2012, el ingreso familiar total creció ligeramente.
Sin embargo, especifica que sólo creció en los ubicados en el extremo superior se beneficiaron, alrededor de un 7 por ciento, en tanto que los ingresos entre el 40 por ciento en el extremo inferior se redujeron en un 3 por ciento, indica. “De forma preocupante, este fenómeno no ocurrió sólo durante la crisis, sino que se trata de una tendencia de largo plazo”, agrega.
Esta tendencia se replica en el ámbito global. El organismo alerta que la inequidad entre ricos y pobres se amplió hasta alcanzar su nivel más elevado en tres décadas.
Señala que la desigualdad alcanza los niveles más altos en Chile, México, Turquía, Estados Unidos e Israel. Y advierte, “la desigualdad es aún más alta en las grandes economías emergentes, aunque en muchas, entre ellas la de Brasil, ha disminuido”.
En contraste, el organismo internacional con sede en París destaca que el nivel más bajo se ve en Dinamarca, Eslovenia, la República Eslovaca y Noruega.
En promedio, el 10 por ciento de la población gana 9.6 veces más que el ingreso del 10 por ciento más pobre, en comparación con el 7.1 por ciento de la década de los 80 y del 9.1 por ciento de la primera década del siglo XXI.
El informe de la OCDE, advierte también que el patrimonio se concentra aún más en el extremo superior que el ingreso, lo cual incrementa la desventaja general de las familias de ingresos bajos.
“En 2012, aquellos en el 40 por ciento inferior de la escala de ingresos poseía sólo el 3 por ciento del patrimonio familiar total en los 18 países de la OCDE que contaban con datos comparables. En contraste, la población ubicada en el 10 por ciento superior controlaba la mitad del patrimonio familiar total y el 1 por ciento más adinerado poseía el 18 por ciento”, indica.
En ese sentido, el secretario general del organismo, José Ángel Gurría alertó que la desigualdad ha llegado un punto de inflexión, a su nivel más alto desde que empezaron a registrarse estadísticas.
“La evidencia indica que una alta desigualdad es negativa para el crecimiento. La razón de ser de una acción de política es tanto económica como social. Al no trabajar en resolver la desigualdad, los gobiernos afectan el tejido social de sus países y perjudican su crecimiento económico de largo plazo”, comentó Gurría, en la presentación del informe en París.
El organismo concluye que para reducir la desigualdad y aumentar el crecimiento incluyente, los gobiernos requieren promover la igualdad de género en el empleo, ampliar el acceso a mejores empleos, y estimular una mayor inversión en formación y adquisición de competencias durante toda la vida laboral.
Además, señala que la redistribución mediante impuestos y transferencias es también una manera eficaz de reducir la desigualdad. Enfatiza que para resolver esta situación, es necesario que las políticas garanticen que las personas más ricas, así como las empresas multinacionales, paguen la parte que les corresponde de la carga fiscal.
