El gobierno federal reaccionó de inmediato a las medidas proteccionistas del país vecino del norte pero más allá de lo económico, el éxito de estas decisiones radica en que los aranceles y la guerra comercial tiene un alto costo político para Trump.
Ciudad de México.- Tal como lo señaló en su momento el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, los aranceles impuestos por México a las importaciones de 71 productos de origen estadounidense, tienen una doble intención: económica y política.
En el caso del costo económico, esto representa alrededor de 3 mil millones de dólares, según cifras de la Secretaría de Economía (SE); pero a nivel político, estos dardos han sido envenenados para afectar las próximas elecciones de los Estados Unidos.
Y parece que comienzan a tener efectos, ya que el hecho de gravar las importaciones de whisky bourbon, piernas y paletas de puerco, diversos quesos, manzanas y arándanos, entre otros productos, afectan directamente al sector agrícola de los Estados Unidos y con ello, un nicho de simpatizantes electorales de Donald Trump.
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Disparos mexicanos dan en el blanco
De esta manera, la guerra comercial que se ha intensificado entre México y Estados Unidos ahora tiene un componente interno muy poderoso: influir en las elecciones de noviembre próximo para que los republicanos pierdan mayoría en el Congreso.
Según Reuters, “las medidas fueron diseñadas para concentrarse muy específicamente en republicanos vulnerables” y que el tema de los aranceles “sea una prioridad para quienes toman decisiones en el más alto nivel”, dijo otra autoridad mexicana consultada por esta agencia y que pidió no ser identificada.
Entonces la apuesta del gobierno mexicano es presionar vía aranceles decisiones políticas y electorales, en una estrategia que parece haber sido acertada, al menos a nivel local.
Ya que como lo aseguró Jason Crow, candidato demócrata a la Cámara de Representantes, “las represalias arancelarias de México dañarán a los habitantes y la culpa la tienen únicamente el presidente Trump y los republicanos en el Congreso que permiten sus políticas destructivas”.
Configuración del próximo Congreso de los Estados Unidos
Con un ambiente de fricciones internas y descontento social, las medidas espejo impuestas por México podrían ser uno de los detonantes que hagan que los sectores agrícolas de los Estados Unidos le dén la espalda a Donald Trump en las urnas.
Ya que para mantener el control de la cámara baja, los demócratas necesitan ganar 23 escaños y según cálculos del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) de México, la realidad indica que Trump correría el riesgo de perder la mayoría en el Congreso, “al pasar de 52 por ciento de apoyo hasta 42 por ciento de votantes”.
Según Bosco de la Vega, presidente del CNA, el sector agrícola mexicano trabaja de la mano con el estadounidense para presionar su decisión de voto, ya que “los agricultores estadounidenses saben que Trump es parte del gran problema y el que mete ruido a la relación comercial entre México y Estados Unidos”.
Así, campesinos de los estados de Illinois, Kentucky, Iowa, Colorado, Washington, California y Virginia, principalmente, son los más afectados con esta situación y esperan que esto los haga recapacitar en cuanto su apoyo electoral a Trump.
Esto es “para que su presidente valore que los agricultores mexicanos y estadounidenses somos la unión más importante del mundo”, afirmó Bosco de la Vega.
Buena y atinada medusa mexicana
no siempre el que pega primero pega 2 veces