Las políticas de Donald Trump tienen un efecto directo en América Latina y estas son las economías más afectadas de la región.
Las políticas y órdenes ejecutivas del actual presidente Donald Trump, parecen afectar la estabilidad diplomática y económica de diversas regiones del mundo, más de lo que él supone. Prueba de lo anterior, son las repercusiones que se prevén y se pueden empezar a vislumbrar para los países de la región de Latinoamérica.
Sin duda, México es la nación que más agravada se vería de continuar Trump con su encomienda de reestructurar el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), ya que México exporta el 73% de sus productos a los Estados Unidos. Una cifra mucho muy elevada en comparación con Guatemala, que le vende al país vecino el 40% de sus productos; mientras que naciones del cono sur como Uruguay, apenas exportan a los Estados Unidos la cantidad del 5% de sus productos.
Agravando el clima comercial de México, se asoma la iniciativa de Trump de castigar a las automotrices y diversas empresas que establezcan sus productoras en territorio nacional. Situación delicada si consideramos que México es uno de los mayores fabricantes de autos de América, y su principal competidor en esta industria son los Estados Unidos.
Cuba es otro de los países que se vería afectado por las políticas de Trump. Desde el 2014 el país caribeño reestableció sus relaciones diplomáticas, tras años de enemista, con los Estados Unidos.
Pero con el triunfo del candidato republicano, el panorama para Cuba es muy poco claro. Tras la caída en el precio del petróleo, Venezuela no pudo seguir ayudando a la isla, por lo que sus esperanzas de sustentabilidad económica, provenían en gran medida de la inversión que pudiera generar el gobierno estadounidense en este país caribeño. De tal modo, que Cuba deberá superar varias barreras políticas y económicas.
La volatilidad en los precios del dólar puede generar una inflación en los Estados Unidos, lo que podría llevar al Banco Federal a subir las tasas de interés para combatir la inflación. Pero tasas de interés más altas, significa que Estados Unidos será más atractivo para los inversionistas.
Lo anterior afectaría substancialmente a naciones como Panamá, Ecuador y El Salvador, naciones que utilizan el dólar como su moneda principal. Por ejemplo, si el dólar sube, Ecuador tendría un alza en sus exportaciones, por lo que sus clientes tendrían precios más caros. Lo que tendría un efecto negativo para su comercio.
Sin duda, esta especulación no capta en su totalidad las consecuencias político-económicas de las reformas de la era Trump. Tal vez, esta sea la oportunidad de que Latinoamérica busque solidificarse como una región potencia e independizarse económicamente de los Estados Unidos.
