Mexicanos esquivan el ahorro formal

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En México, 30 millones de personas guardan su dinero en casa, mientras que otros quince millones ahorran en tandas. Significa que el 56 por ciento de la población adulta carece de una cuenta de ahorro formal.

El que organiza -a veces son más- establece la cantidad de personas que se necesitan para llevar a cabo el ahorro con base en la cantidad a pagar mensualmente por cada miembro.

Por ejemplo, si varias personas desean comprar un dispositivo electrónico el cual tiene un costo de cuatro mil pesos y si la intención es que al mes se compre ese dispositivo, se requiere que ocho personas liberen un pago de 500 pesos.

Bien, si la intención es que esos ochos personas obtengan sus ocho dispositivos, las ocho personas deberán sacar de su bolsillo 500 pesos mensualmente durante ocho meses.

¿Escenario conocido?

La tanda y el famoso “cochinito” se entienden como un sistema financiero que ya se volvió una actividad regular entre los mexicanos.

De acuerdo con un documento elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el 56 por ciento de la población adulta mexicana carece de una cuenta de ahorro formal y 30 millones de personas resguardan su dinero en casa y quince ahorran en tandas.

El presidente de la CNBV, Jaime González Aguadé explicó:

“Si bien estas cifras nos muestran un importante avance, también nos hablan de que más de la mitad de la población no tiene una cuenta en una institución formal por lo que es claro que falta mucho por hacer para tener un sistema financiero al que accedan todos los mexicanos”.

Pero, ¿por qué la gente esquiva las instituciones financieras?

En abril pasado, un testimonio recogido por El Financiero, explicó los desafíos que enfrentan los bancos:

“Por motivos de regulación, costos, riesgos y constitución de reservas, han preferido ofrecer fondos de inversión, que generan rendimientos positivos, pero no garantizan una tasa determinada y el riesgo lo absorbe el inversionista”, explicó el coordinador del Centro de Estudios Financieros y de Finanzas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM, Manuel González.

Mientras las instituciones financieras enfrentan sus desafíos, los mexicanos optan por articular sus propios sistemas de ahorro.

Entre las ventajas que tienen las tandas o ahorrar en casa, es que no hay ningún tipo de interés, el que encabeza la tanda no pide documentos, por lo tanto, no hay algo que avale el sistema de ahorro.

Pese a esto, una tanda puede detonar una pesadilla pues no existen ningún respaldo legal, además de que las tandas nunca darán rendimientos y tampoco pagan intereses. Otra desventaja es que, a veces, el organizador, por mucho que sea de confianza, puede terminar siendo un estafador.

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