Se presentan en este país mas que en ningún otro un esquema claramente dividido entre los estratos sociales, la brecha entre uno y otro es descomunal y no parece existir la intervención adecuada para minimizarlo.
Ciudad de México (elsemanario.com).- México es un país de ejes sumamente marcados, el país presenta una diferencia clara en cuanto al modo de vida al que acceden algunos. Mientras que por un lado existe una reducida cifra de personas cuyos ingresos les permiten acceder a un estrato social económicamente favorecido, por el otro, la cifra de personas que se denominan en pobreza aumenta año con año.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cuenta con la participación de 34 países que se convergen con el objetivo de crear un crecimiento económico ‘sano’ entre sus integrantes. Dentro de esta organización se encuentran los países con mayor crecimiento a nivel mundial, aportando el 80 por ciento del PIB mundial.
Junto con la promoción del comercio y la creación de políticas económicas, la OCDE se encarga de crear indicadores sociales sobre los países que son miembros; México, aun cuando es miembro desde 1990, no ha logrado crecer mas allá del 2.5 por ciento anual, según cidras del INEGI, durante los últimos 20 años.
La OCDE es un mecanismo que interrelaciona a los países y crea normas que ayudan a entrelazar los comercios, una de sus principales aportaciones fue la invitación que realizo al país para entrar al tratado de libre comercio y cambiar así el viejo sistema por industrialización por sustitución de operaciones bajo el cual se manejaba.
Esta última permitía que el país se mantuviera conservando una riqueza interna al consumir únicamente productos hechos dentro del territorio, para esto exigían el cumplimiento de demasiadas leyes cuando de importación se trataba. También existía una política cambiaría en donde el tipo de cambio alcanzaba niveles exageradamente elevados y sobre todo hacia promoción a las industrias del sector primario pues el progreso técnico genera desigualdades.
Aun cuando esta podía ser una política interna inteligente para movilizar al país de forma inmediata, también lo llevo a alienarse del resto del mundo, países que ya comercializaban entre ellos y lograban adquirir nuevas tecnologías para muchos diversos ámbitos de su desarrollo, México por otro lado perdió tiempo importante, se mantuvo como un país de lento desarrollo que nunca había invertido en la creación de tecnologías y se mantenía en su perfil económico primario.
Al momento de ingresar a la OCDE y manejar acuerdos de libre comercio se pretendía para él lograr un crecimiento descomunal que significaría en amplias ganancias para la población en general, excepto que no fue así. En su lugar, el país lleva dos décadas viviendo bajo uno de los niveles mas elevados de pobreza y desigualdad, sus cifras duplican las del resto de los países que participan en la organización con un 38.3 por ciento de la población que declara no tener dinero para comer ni que hablar de acceder a otro tipo de requerimientos básicos como la educación o la vivienda.
En México el 0.18 por ciento de la población concentra el 45 por ciento de toda la riqueza del país mientras que 12.2 millones de personas cayeron desde el 2011 en pobreza extrema, cifra que no ha logrado ningún tipo de disminución.
Uno de los problemas ejes radica en que México es un productor de materia prima que tiene que exportar en orden a que algún otro país las transforme, posteriormente las vuelve a comprar y las comercializa, no existe la tecnología necesaria para avanzar a otras ramas de la economía.
Por otro lado, el país compra indiscriminadamente productos de origen extranjero y escoge pasar de largo de sus propios materiales. Pero el mayor problema radica en que la educación es mínima, y en ocasiones llega a ser nula, no existe inversión en aquello que podría llegar a cambiar significativamente los procesos de manufactura y tecnología.
La OCDE indica que dentro de los países latinoamericanos existe una deficiencia en la calidad de la educación que se refleja como una falta de capacidades y por lo tanto un desajuste en el mercado.
Con el fin de reducir las desigualdades socioeconómicas, es necesaria la formulación de políticas que regulen la adquisición de conocimientos, así como la asignación y protección de los recursos designados a la educación, reduciendo al mínimo las diferencias de acceso a la información que existen dependiendo del estrato social al que se pertenezca.
Con informacion de: Pijama Surf
