En nuestro país nos hemos acostumbrado a ver a menores de edad limpiado vidrios, vendiendo en las calles, pidiendo dinero o haciendo labores domésticas, pero a pesar de que en México se ha reducido el trabajo infantil ¿por qué trabajan los niños?
Ciudad de México.- Cuando se supone que los menores de edad por ley deben de estudiar como parte de sus derechos fundamentales, en México hay 3.2 millones de niños y adolescentes que en lugar de esto, trabajan de manera informal y algunas veces, en situaciones que pone en peligro su integridad.
Esto de acuerdo con los resultados del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en donde se determina que el 39.3 por ciento de ellos no recibe ingreso alguno y 1.4 millones realizan trabajo doméstico en condiciones no adecuadas.
Además, “2.1 millones de los menores de edad de entre 5 y 17 años que trabajan, lo hacen en actividades no permitidas, o bien están por debajo de la edad o en empleos peligrosos”, dice el estudio.
Pero según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), “se han logrado avances importantes”, ya que en 2010 había “3.5 millones de niñas, niños y adolescentes que se encontraban en una ocupación prohibida por su edad”; ahora en 2018, se redujo a 2.1 millones.
Y “aunque las cifras son positivas, el reto es llegar a cero, es decir, a que se elimine por completo el trabajo infantil”, aseguró Roberto Campa, titular de la STPS.
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Falta de recursos en las familias
Sin embrago, tal como lo señala la Unicef, “existe la creencia relativamente extendida en México de que el trabajo infantil es inevitable”, esto derivado de la situación económica que enfrentan millones de familias, sobre todo fuera de las grandes áreas urbanizadas.
Según este organismo, “la población infantil que trabaja se ubica principalmente en las áreas menos urbanizadas del país” y “aproximadamente siete de cada diez niños trabajadores vive en zonas rurales”.
Además, cifras de la Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) señalan que al menos 30 de cada 100 niñas y 25 de cada 100 niños, trabajan porque en su hogar necesitan de recursos; mientras que 3 de cada 10 casos lo hacen para pagar sus estudios.
“Lo anterior significa que ante las mayores carencias y bajos ingresos, las familias requieren de ingresos complementarios en donde incluso los niños y niñas tienen que trabajar, lo cual los obliga a aprender un oficio como medio de vida desde su niñez”, asegura la Conapred.
En esto coincide Mónica González Contró, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, quien asegura que “el trabajo infantil está presente en prácticamente todos los sectores productivos, aunque en condición de informalidad e ilegalidad”, originado por la “situación de pobreza de muchas familias en México”.
Inadmisible el trabajo infantil
A pesar de todas estas condicionantes socioeconómicas, empresas como GINgroup consideran que “el trabajo infantil es inadmisible bajo cualquier escenario” y lo más preocupante es que “se trata de las generaciones que -en su momento- encabezarán el destino de México”, por lo que es fundamental darle “todas las facilidades para que se dediquen a estudiar y a jugar”.
Por su parte, la Unicef considera que “el trabajo infantil constituye una violación de los derechos de niños, niñas y adolescentes, especialmente a estar protegido contra la explotación, al sano crecimiento, a la educación, al juego, la cultura y el deporte. Es decir, a desarrollarse plenamente”.
