Los precios en México rompieron con su tendencia a la baja después de cinco meses, rebotando a una inflación de 4.65 por ciento en junio.
Ciudad de México.- Después de que en 2017 la tasa del Índice de Precios al Consumidor se disparara por arriba de los 6 puntos porcentuales en reacción al incremento en el costo de los combustibles y la dura volatilidad en el tipo de cambio, los precios volvían a su cauce y parecía que todo iba bien con la inflación desde enero.
Sin embargo, en la primera quincena de mayo, la inflación quincenal a tasa interanual empezó a mostrar señales de aceleración y romper sorpresivamente con la buena racha que dibujó sonrisas a los consumidores a finales del primer mes del 2018 después de tocar máximos en 17 años al cierre del año previo.
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De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación marcó una alza interanual de 4.65 por ciento en junio, comparado con el 4.51 por ciento del mes de mayo.
Los datos se encuentran por arriba de lo esperado por analistas que preveían un incremento generalizado de precios al consumidor del 4.59 por ciento (Bloomberg) y del 4.57 por ciento (Reuters).
La inflación subyacente, -el cual contempla sólo el desempeño de los bienes y servicios de consumo, eliminando la volatilidad de los precios de agropecuarios y las tarifas predeterminadas como las de energéticos y transporte-, llegó a 3.62 por ciento a tasa anual.
En su más reciente minuta, el Banco de México advirtió sobre el incremento en el riesgo de que la inflación presentara un ritmo de desaceleración más lento y señaló las dificultades a las que se enfrentaría para llegar a su tasa objetivo del 3.0 por ciento +/- un punto porcentual.
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