La aprobación de la reforma fiscal de Estados Unidos obliga a México cuidar las finanzas públicas, ya que una decisión equivocada y modificaciones similares a las que implementará por el gobierno de Donald Trump, tendrían un impacto directo en la deuda y con ello aumentaría la inflación y debilitaría aún más al peso frente al dólar, afectando directamente la economía de las familias.
Ciudad de México.- El panorama es complicada y nos acercamos a una disyuntiva muy peligrosa con respecto a las acciones que debe implementar el gobierno federal con respecto a la política fiscal a seguir luego de la aprobación de la reforma fiscal en los Estados Unidos, que ha modificado los marcos competitivos entre ambos países.
Lo único seguro hasta el momento según los especialistas, es que no hay margen de acción para que México reduzca la tasa empresarial en la misma medida en que lo ha hecho el país vecino, dejándola en 20 por ciento.
Según Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, “es una barbaridad cuando se habla de una estrategia o respuesta espejo, no podemos porque cualquier nueva deuda incrementa más el tipo de cambio y la inflación y es algo que por ningún motivo podemos aceptar”.
Por otra parte, algunos esperan reacciones más orientadas al alza de algunos impuestos generales, como el IVA alimentos y medicinas o que las autoridades apliquen medidas más estrictas en cuanto a la evasión fiscal y tratar de aumentar su base tributaria.
“Abrir la discusión de una reforma fiscal en año electoral sería peligroso”, señaló en su momento en declaraciones que retoma El Financiero, Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación en Económica y Presupuestaria, por lo que los nuevos impuestos tampoco se ven como una opción real, al menos en el corto plazo.
Sin embargo, “en un momento dado, el gobierno podría apretar un poquito en aspectos administrativos, combatiendo la evasión y elusión de impuestos y tratando de formalizar más a los que están fuera de la economía para mantener la recaudación”, dijo el experto.
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Constructores exigen que se tomen acciones precisas
Por otra parte, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) ha levantado la voz para afirmar que el gobierno federal debe trabajar de la mano de empresarios y representantes industriales, para buscar soluciones precisas a esto que no se tenía previsto.
“Aquí no se vale decir, no nos pasa nada”, aseguró Gustavo Arballo, presidente de la CMIC, quien además señaló que el impacto de la reforma fiscal de los Estados Unidos “es motivo de un análisis” ya que es “algo que no teníamos previsto y nosotros no estamos totalmente preparados” para afrontarlo.
Pero también señaló que la búsqueda de soluciones no necesariamente se tiene que ver desde la perspectiva de cambiar los márgenes tributarios, sino que tiene que ir mucho más allá para asegurar la estabilidad económica del país.
“Hoy tenemos la promesa del gobierno federal de no incrementar impuestos, en una reforma fiscal no todo es subir o bajar impuestos”, por lo que “México debe crear un plan estratégico para hacer frente a la reforma fiscal de Estados Unidos”, abundó Arballo en declaraciones que retoma Notimex.
