En México, la “industria” ilícita del robo de combustibles deja ganancias tan altas como las de la venta de droga. Y como en el narcotráfico, la violencia asociada a estas prácticas también crece en el país.
No son narcotraficantes. Nunca han producido ni traficado drogas por la frontera. Operan, sin embargo, con una violencia parecida: son capaces de asesinar y torturar con hachas y machetes. Se trata de huachicoleros, la nueva “mafia” que crece día a día en México.
Y es que en el país se ha desarrollado una nueva “industria” ilícita que deja millones de pesos en ganancias. El robo de combustible de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), más de 23,500 barriles diarios, en gran parte tiene como destino a los Estados Unidos, y de acuerdo con varios testimonios, cuenta con la complicidad de trabajadores de la paraestatal mexicana.
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Un reportaje firmado por Seth Harp, publicado este fin de semana por la revista Rolling Stone, destaca testimonios de presuntos huachicoleros que aseguran que operan bajo el cobijo de policías, con información la complicidad de funcionarios de Pemex e incluso con el apoyo de los cárteles más poderosos del país.
Gasolina, diesel y gas robados en México por Huachicoleros ya se venden en Estados Unidos.
Los traficante ganan un peso por cada litro que cruzan, con apoyo de autoridades en varios municipios, revela la revista Rolling Stone.
Hoy en #LasNoticiasConKarlaIberia pic.twitter.com/RvZMe0UIJX— Karla Iberia Sánchez (@karlaiberia) September 10, 2018
Un negocio internacional
Los ladrones de combustible aseguran que, incluso, cuentan con el apoyo e interés de empresarios mexicanos y norteamericanos, quienes compran hidrocarburos a precios mucho más bajos.
Le cuesta am país cerca de 9 mil millones de pesos al año, el robo de gas, sin contar el robo de huachicoleros. Que grueso No? pic.twitter.com/bEDW0p6HeB
— Luis Morfín (@lmorfina) September 11, 2018
Sobre su forma de operar, los testimonios recabados destacan que las bandas de huachicoleros cuentan con informantes dentro de las instalaciones de Pemex en las cercanías a los doctos donde se realizan perforaciones.
Se trata de una red coordinada de bandas dedicadas al robo de combustibles. En Veracruz, por ejemplo, se tiene conocimiento de por lo menos seis bandas, cada una integrada por 25 personas en promedio. En un buen día, cada uno de estos grupos obtiene ganancias de hasta 200,00 pesos. Tan sólo en Orizaba, los huachicoleros han comprado a la policía de los cinco municipios más cercanos.
Tributo a los narcos
Desde Veracruz hasta la zona del llamado Triángulo Rojo de Puebla, los ladrones de combustibles tienen que pagar un tributo de 10,000 dólares a los Zetas. El Cártel Jalisco Nueva Generación, sin embargo, cuenta con mayor presencia en sitios donde más se roba combustible de los ductos de Pemex, como Guanajuato.
Lo más preocupante es que los cárteles y los huachicoleros están extendiendo sus zonas de influencia hacia el centro y oriente del país. Y la violencia con la que operan también se extiende.
De cualquier forma, los traficantes de combustible afirman que dicha actividad no sería posible sin la complicidad de los trabajadores de Pemex. Entre 2006 y 2015, 135 empleados de la petrolera fueron arrestados por estas actividades. Y es que son ellos quienes proveen a los grupos delictivos de los mapas de los ductos, horarios de uso, volúmenes de transportación e incluso de válvulas especiales para sustraer el combustible.
Un negocio millonario
Por el momento, los testimonios recabados por Rolling Stones parece estar de acuerdo en algo: las ganancias por el robo de combustibles son tan altas como las que se perciben por la venta de drogas. Los hombres y mujeres que se dedican a este delito, como ocurre en el narco, también se enfrentan a las consecuencias mortales de errores o pugnas con grupos rivales: muerte, tortura, desapariciones.
A final de cuentas, el mayor negocio se encuentra en la venta del combustible en los Estados Unidos. Un mercado que los grandes cárteles de la droga, que obtienen ganancias de los huachicoleros, se disputan. En Texas y Tamaulipas, el negocio ilegal sigue siendo controlado por el Cártel del Golfo. No hay un solo litro de combustible robado que no genere ganancias para el grupo criminal.
Con información de Rolling Stone