Las lecciones de 2016

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El año 2016 deja varias lecciones de enorme trascendencia en el contexto global.

 

La primera es que la democracia contemporánea, que en muchos países desarrollados y en naciones con economías emergentes concebíamos como un régimen político que había llegado para quedarse, ahora resulta que no es así.

 

La elección de Donald Trump, el BREXIT y el resurgimiento de la ultraderecha en varios países europeos amenazan directamente los principios políticos que dieron origen y dan sustento a los sistemas democráticos. Las campañas electorales de Trump, de los promotores del BREXIT y de varios de los grupos ultraconservadores se han basado en el resentimiento, el racismo, la xenofobia, el nacionalismo y los prejuicios. Ha habido una profunda falta de respeto hacia el otro, el diferente. En las campañas prevaleció la intolerancia y la descalificación, con frecuencia basada en mentiras y medias verdades.

 

Frente al malestar de la globalización, la inequidad en los beneficios de la misma y la creciente desigualdad se ofrecen soluciones que lejos de resolver pueden agravar los problemas que pretenden remediar. El proteccionismo, el aislamiento y el uso de sanciones económicas selectivas para tomar decisiones de negocios no van a conducir a ningún resultado positivo y eficiente.

 

De hecho, están bajo ataque los principios de la libertad, el respeto, la tolerancia, la verdad, la transparencia y la rendición de cuentas aún en democracias que se presumían consolidadas. Desde luego, esto no es nuevo en América Latina. En la región tenemos los casos del desastre de Venezuela, el ataque a la libertad de expresión en Ecuador, el autoritarismo en Bolivia, el resurgimiento de la Dictadura en Nicaragua por no mencionar la ya muy antigua tiranía de Cuba.

 

La primera lección es que hay que seguir luchando por la democracia que nuevamente está en peligro en todo el mundo.

 

El segundo aspecto es que una de las luchas más trascendentes del ser humano contemporáneo que es la de preservar la vida en el planeta deteniendo la acelerada destrucción de la naturaleza y del ambiente, puede sufrir un contratiempo mayor con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos.

El proceso de destrucción de la naturaleza tiene muchas dimensiones pero una de las más significativas es el calentamiento global.

 

La Cumbre de París de 2015 y los compromisos derivados de ella significaron un avance sustancial en materia de cambio climático. Sin embargo, la posición de Donald Trump durante su campaña, así como la designación de Scott Pruitt como Director de la Agencia de Protección Ambiental y la posibilidad de que el nuevo gobierno retire a los Estados Unidos de sus compromisos ambientales puede tener graves consecuencias a nivel global.

 

La segunda lección es que a nivel mundial falta mucho por trabajar, más de lo que se creía, para lograr la sustentabilidad de la vida en el planeta, nuestro hogar común.

 

Estas lecciones globales se dan en el contexto de la profunda problemática que enfrenta México. A esta hay que agregar los riesgos que se apuntan para nuestra imperfecta democracia y de cara a la vulnerabilidad de nuestro país frente al cambio climático.

 

Hay que seguir trabajando para resolver los problemas del país, pero hay que tener presentes estas dos lecciones.

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