El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, anunció que la ciudad demandará al gobierno por retener dineros públicos destinados a mantener la seguridad pública, únicamente por su característica de ciudad de bienvenida a migrantes.
La ciudad de Chicago, la sexta con más población indocumentada de los Estados Unidos, se ha convertido en la primera de las llamadas “ciudades santuario” en iniciar una batalla legal ante los tribunales en contra de la administración del presidente Donald Trump.
Chicago presentó una demanda en contra del gobierno federal, en la que califica como ilegal los intentos de la nueva administración de retener las subvenciones como medida punitiva en contra de las ciudades que den asilo a los migrantes indocumentados.
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La importancia de las ciudades santuario
Chicago se encuentra en la misma lista que otras metrópolis como Nueva York, Los Ángeles o San Francisco, entre otras jurisdicciones estatales o locales que mantiene políticas de protección de indocumentados y se han negado a cooperar con agentes federales de Inmigración.
Esto significa que cuando las policías de estas jurisdicciones entran en contacto con migrantes en casos de infracciones mínimas, como paradas de tránsito, los agentes nunca preguntan por el estatus migratorio de las personas detenidas.
Sin embargo, desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, el gobierno ha pedido como requisito que las ciudades detengan a cualquier sospechoso de residencia ilegal para que sean interrogados por las autoridades de inmigración, destaca El Economista.
La primera demanda en su tipo
Este domingo, el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, anunció que la ciudad demandará al gobierno por retener dineros públicos destinados a mantener la seguridad pública, únicamente por su característica de ciudad de bienvenida a migrantes.
Según rescata El Diario, el anuncio se produce menos de dos semanas después de que el Fiscal General Jeff Sessions informó que el Departamento de Justicia prohibiría a las ciudades santuario de un programa de subvención con fondos públicos.
Emanuel, sin embargo, dijo que esta medida es contraproducente y que la ciudad peleará en los tribunales la decisión de la nueva administración.
“Al forzarnos, o al departamento de policía, a elegir entre los valores de la ciudad y la filosofía del departamento de policía, creo que es una elección errónea y socava nuestra agenda real de seguridad”, declaró a la cadena CNN, rescata El Economista.
“Siempre seremos una ciudad de bienvenida. Nuestro departamento de policía es parte de un barrio, parte de una comunidad, construida sobre la base de la confianza”, advirtió Emanuel.
