La ley fue aprobada por el Senado y el jueves pasado estaba previsto que se debatiera la Cámara de Diputados, pero violentas protestas impidieron la votación.
Este lunes, Argentina vivió una jornada violenta de enfrentamientos entre manifestantes y policías, luego de que diputados debatieron una polémica reforma del sistema de pensiones impulsada por el gobierno de Mauricio Macri.
La Confederación General del Trabajo (CGT), convocó ayer a una huelga general a la que se sumaron decenas de ciudadanos en las calles, que buscan desarticular el proyecto de reforma provisional. Los enfrentamientos en las calles, que duraron alrededor de cuatro horas, dejaron un saldo de 48 detenidos y 81 heridos.
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La polémica iniciativa que ha generado las protestas fue promovida por el oficialismo para modificar la fórmula para calcular los aumentos del monto económico correspondiente a las jubilaciones. Según el Gobierno de Mauricio Macri los pensionados ganarán más en 2018 con esta reforma, sin embargo, la oposición y los sindicatos argumentan que el proyecto supondrá una rebaja de los ingresos para los más vulnerables.
El oficialismo falló la semana pasada en sus intentos por sacar adelante la ley, en medio también de violentas protestas, no obstante, este lunes el oficialismo logró quórum para iniciar la discusión del proyecto durante los próximos días.
La ley había sido aprobada por el Senado y el jueves pasado estaba previsto que se debatiera la Cámara de Diputados, pero las violentas protestas impidieron que se iniciara la sesión dentro del Congreso. La reforma se aprobó finalmente por 127 votos a favor, 117 en contra y dos abstenciones, pero la jornada de este lunes también se vio marcada por la violencia y por lo que decenas han denunciado como represión policiaca.
Cabe destacar que las centrales obreras lanzaron este martes una huelga general por 24 horas que termina el mediodía de este martes, aunque sin la adhesión del sindicato de autobuses urbanos. Trenes, aviones y el metro de Argentina, sí participan.
Por la madrugada centenares de manifestantes volvieron a concentrarse frente al Congreso batiendo cacerolas y fueron dispersados por la policía, que mantiene al Parlamento acordonado.
