Los intentos adelantados por buscar la reelección y cumplir a cualquier precio sus promesas de campaña, llevan al presidente Trump a ejecutar un plan político que podría hundir a la potencia americana en crisis.
Argumentando que es un tema de seguridad económica y medidas para rescatar a los productores internos y fomentar el consumo interno de Estados Unidos, Donald Trump ha impulsado desde el primer día de su gobierno, políticas proteccionistas que se anteponen al modelo de libre mercado que ha regido por décadas a la economía global.
Su más reciente golpe al libre comercio fue la firma de la proclamación de aranceles sobre la importación del acero y el aluminio, con exención de México y Canadá, al menos en lo que se negocia el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Entre las promesas de Donald Trump en sus tiempos de campaña estuvo la de reactivar el sector manufacturero de Estados Unidos, el cual desde su perspectiva, ha sido diezmado por las políticas de economía abierta impulsada por gobiernos anteriores y que han beneficiado a mercados externos desmedidamente.
Para Trump, el que Estados Unidos cuente con un déficit comercial de 800 mil millones de dólares es la muestra clara de este “abuso y maltrato” hacia el país y sus políticas proteccionistas buscan resarcir el daño.
Sin embargo, los mercados internacionales no están dispuestos a quedarse con los brazos cruzados y permitir que Estados Unidos imponga impuestos a su antojo.
Las represaliar que podrían tener la Unión Europea y el mercado asiático liderado por China, podrían afectar otras industrias, lo que especialistas han instado al mandatario canalizar sus medidas sólo a países estratégicos.
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Las advertencias
Según un informe de la firma consultora, “The Trade Partnership”, la medida proteccionista de Trump creará al menos 33,000 empleos en el sector siderúrgico pero, simultáneamente, ocasionará la pérdida de 179,000 en otros rubros de la economía. Y eso no incluye el impacto de posibles represalias de socios comerciales.
“La pérdida neta de empleos es mayor que los márgenes de victoria que obtuvo Trump en Michigan, Pensilvania y Michigan, que lo catapultaron a la presidencia”, observó Ryan Collins, director de asuntos gubernamentales del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por su sigla en inglés).
Ese proteccionismo económico podría deprimir la demanda, los precios y ganancias del sector petrolero y, sería una traba garantizada para el crecimiento de la economía y el comercio, advirtió.
El jefe del banco central de México, Alejandro Díaz de León, dijo el viernes que las medidas proteccionistas son una fuente de riesgo para la economía y que es importante que se mantengan las condiciones de competitividad y la apertura comercial.
