Crisis de Brasil ¿hace temblar a Latinoamérica?

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Al nerviosismo por la debilidad económica de China, la política de la Fed de Estados Unidos y la baja en los precios del petróleo y el peso, tanto México como el resto de Latinoamérica deben empezar a poner atención a lo que pasa en Brasil.

México (elsemanario.com).- La incertidumbre por saber cuándo será la fecha en que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos haga el anuncio del aumento de sus tasas de interés y por cuánto lo hará, así como el impacto de la devaluación del yen tienen en jaque los mercados internacionales.

Sin embargo, para el caso de Latinoamérica, otro elemento por el que hay que preocuparse es Brasil. Su crisis económica, política y social debe ser observada por todos los países de la región, México incluido.

No olvidemos que la presidenta brasileña Dilma Rousseff vive momentos cruciales, pues a sólo siete meses de haber iniciado su segundo periodo al frente del país carioca, enfrenta su nivel más bajo de aceptación –el peor para un mandatario la reinstauración de la democracia–, una crisis política por los escándalos de corrupción y, para colmo, la crisis económica.

Los analistas estiman que para el cierre de2015, la economía brasileña se contraerá 2.06% y prevén que la recesión se prolongará hasta el próximo año con un pronóstico de contracción del 0.24 % del Producto Interior Bruto (PIB).

¿Qué pasa con México?

México es uno de los países que debe ocuparse de lo que sucede en la nación amazónica, pues además de los golpes que sufre por la devaluación del peso, la incertidumbre sobre la Fed y el más reciente impacto proveniente desde China, también debe considerar un posible ‘efecto samba’ en caso de que la economía del gigante sudamericano no mejore ya que es el primer socio comercial en la región.

La relación comercial entre ambos países ronda los 10 mil millones de dólares, un balance positivo para los mexicanos con un superávit comercial superior a los 260 mdd en 2014, y donde la industria automotriz es uno de sus protagonistas, debido a que la exportación de autos ha crecido en los últimos años.

Además, ambas naciones producen más de la mitad del PIB de Latinoamérica. Sin embargo, Brasil es la economía más grande de la América Latina generando el 56% del total, por ello se debe poner atención a su crisis económica. Recordemos que en mayo pasado Rousseff visitó el país con el objetivo de fortalecer las relaciones.

Resto de Latinoamérica atenta

Brasil lidera el bloque comercial que mantienen las principales economías de Sudamérica: el Mercosur. Donde junto con Argentina, Uruguay y Paraguay, con la reciente adición de Venezuela, se erige el tratado comercial más grande del Cono Sur.

En el caso de Argentina, existe expectativa sobre lo que pasa, pero pese a que los mercados de ese país resisten el embate de la crisis brasileña, algunos analistas lo ven como una oportunidad para retomar liderazgo en la región después de las elecciones del próximo 25 de octubre, de acuerdo con información publicada por El País.

Por un lado, los analistas señalan que la administración de Cristina Fernández de Kirchner mantiene limitadas las importaciones, con lo que evita una inundación de productos brasileños abaratados por la devaluación del real.

En tanto, estiman que con las elecciones presidenciales en puerta se podría derivar en un cambio de política económica abriendo la esperanza de que Argentina aproveche las oportunidades de negocio que deja vacantes Brasil y recupere liderazgo en la región.

La crisis económica de Brasil también repercute a Venezuela –resentido por el recrudecimiento de su propia crisis económica–, que ve incrementada su necesidad de productos brasileños, en especial, porque los productos subvencionados por parte del gobierno venezolano dependen del mercado de su vecino del sur. Pero además, sufre la disparidad en la balanza comercial.

No sería de sorprender que el resto de naciones sudamericanas como Bolivia, Colombia y Perú, pese a tener cada una sus particularidades (en relación con Brasil) empiecen a mostrar afectaciones por la crisis carioca.

Brasil y sus grandes eventos

El año pasado con la celebración del Mundial de Futbol 2014, los brasileños vivieron la amargura de quedar eliminados en semifinales y de dejar un legado de protestas y cuestionamientos por los recortes a diversos programas sociales. Los Juegos Olímpicos de Río 2016 viven una historia similar.

Pese a la situación, el gobierno de Rousseff se empeña en mantener los gastos en este tipo de justas, tal vez esperanzada en que la inversión extranjera invierta en su ambicioso programa de infraestructura aspirando a que, eso contribuya a reactivar su economía.

Tanto México como el resto de los países latinoamericanos deben estar pendientes de lo que suceda en el futuro cercano con Brasil. Si su crisis se agudiza existe el riesgo de un “efecto samba” que afectaría los mercados de la región.

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