Un nuevo panorama se comienza a generar luego de la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá y por eso Trump le apuesta todo al T-MEC y podría acabar con el TLCAN antes de lo pensado.
Ciudad de México.- Cuando todo parecía que se regresaba a la normalidad en materia de libre comercio entre los tres países socios de América del Norte, una nueva declaración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha creado un entorno de incertidumbre y preocupación.
El mandatario estadounidense ha manifestado su deseo de salirse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que aún está vigente y de esta manera, presionar para que el Congreso de su país tenga que aprobar el nuevo T-MEC lo antes posible.
“Terminaré formalmente con NAFTA (por su siglas en inglés) en breve”, afirmó Trump el 1 de diciembre pasado mientras regresaba de Argentina de la cumbre del G20. Y agregó: “así el Congreso tendrá la opción del USMCA o pre-NAFTA, que funcionó muy bien”.
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Una estrategia riesgosa
Según Trump, el T-MEC o en inglés el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA) “es un acuerdo fenomenal” y lo considera “mucho, mucho mejor que el TLCAN”, por lo que al señalar que “es un gran acuerdo”, le apuesta todo a lo que considera como uno de los mayores éxitos de su gestión.
Pero el problema real radica en que una vez que los republicanos perdieron el control de la Cámara baja, las cosas se han emparejado con los demócratas, que ahora tiene el poder de modificar las iniciativas de Trump o incluso de vetarlas, lo que complica el escenario para el comercio regional.
En ese sentido, “el presidente Trump tiene facultad absoluta para mandar la carta” donde decide abandonar el TLCAN, dice Sergio Gómez, director de IQOM Inteligencia Comercial, pero “lo que no está claro es qué pasa si el Congreso decide no acatar la decisión del presidente y no implementar la denuncia”.
Es decir, sin la ratificación del T-MEC y con un TLCAN a la deriva, no habría ningún marco legal al que se pudieran acoger las exportaciones de México y Canadá, dando pie a que se regresara incluso a la implementación del pago de derechos de aduana y aranceles.
Sin embargo, las cosas serían diferentes para México y Canadá, ya que como lo señala Alejandro Gómez-Strozzi, del despacho Foley Gardere Arena, en declaraciones para El Financiero, el TLCAN permanecería vigente entre estos dos países, pero “el comercio bilateral México-EU regresaría o caería en la red de protección de la Organización Mundial del Comercio”.
T-MEC, una incertidumbre que no termina con una firma
Canadá está atenta a las decisiones de Trump
Pero estas declaraciones de Trump no han sido tomadas a la ligera, considerando las ganas que tiene el mandatario estadounidense de ser él quien termine con el TLCAN y por su manera tan peculiar de llevar las negociaciones.
Por este motivo, ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau, considera que la reacción de Trump es parte del nuevo proceso de ratificación del T-MEC. “Estamos comenzando a ver el inicio del proceso de negociación en Estados Unidos que esperamos, logre una ratificación del acuerdo”, señaló.
Sin embargo y dado las experiencias previas con el presidente de los Estados Unidos, ya no descarta ninguna posibilidad. “Nos tomamos todo en serio”, dijo el funcionario canadiense respecto a una eventual salida del TLCAN por parte de Trump.
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