Una “guerra justificada” llamada 9/11

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Cuando la seguridad de la nación más poderosa del mundo se vio vulnerada por los ataques del 11 de septiembre, se configuró un nuevo mapa que estuvo cerca de convertir a cualquier ciudadano en amenaza, han transcurrido 13 años y la respuesta a las interrogantes acerca de lo sucedido resuenan en el eco de una guerra que recrudece en Medio Oriente.

Ciudad de México.- Hace más de una década el mundo se sacudió con imágenes de aviones atravesando, dos edificios icónicos del americanismo, las Torres Gemelas, el World Trade Center (WTC), en Nueva York, un tercer aeroplano se estrelló contra el edificio del servicio de inteligencia del Pentágono.

Esta destrucción casi simultánea sumó tres mil muertos, la versión oficial atañe el atentado a 19 extremistas árabes, en su mayoría de origen saudí, que lograron secuestrar dichas aeronaves comerciales y articularon el ataque desde las alturas.

El 11 de septiembre de 2001, Nueva York, el centro neurálgico de Estados Unidos había sido devastado, su caída convirtió en víctima a la población mundial, y en culpable a la región asiática, donde desde entonces se vive una guerra “justificada” por el ánimo de “redención y justicia” de este atentado.

Después de localizar al enemigo, Afganistán recibió el embate americano al ser, de acuerdo al gobierno estadounidense, el centro de operaciones del autor intelectual de tales siniestros, Osama Bin Laden se convirtió en la bandera de dicha incursión militar, que a la fecha continúa con su avance.

Tropas estadounidenses derriban la estatua del líder iraquí Sadam Hussein.
Tropas estadounidenses derriban la estatua del líder iraquí Sadam Hussein.

Para 2003, el puntero colocó a Irak en la mira, y tropas norteamericanas lo invadieron, derrocando a uno de los dictadores más señalados de la historia, Sadam Hussein, este embate fue un paso más para, por medio de la guerra, articular una hegemonía americana en Asia.

En 2011 el rostro de otro líder se convirtió en el centro de ataque, Muamar Gadafi y su dictadura, abrieron la puerta a la incursión militar, y Libia se sumó al destino de las naciones anteriores.

En 2011 la OTAN lanza ataques en territorio libio.
En 2011 la OTAN lanza ataques en territorio libio.

El resultado de aquel 11 de septiembre, cuestionó la seguridad mundial, y alineó la política estadounidense a la idea de “guerra preventiva”, término acuñado por el ex presidente George W. Bush, quien calificó a la nación afgana como “eje del mal” en un discurso que pronunció el 29 de enero del 2002, y el cual señaló a Irak, Irán, Corea del Norte, Libia, Siria y Cuba como regímenes que apoyaban al terrorismo.

Esta situación originó seguros contra el terrorismo, se incrementaron las medidas de seguridad en aeropuertos con vuelos hacia Estados Unidos, además de crearse instituciones que marcarían la política exterior de ese país como el Departamento de Seguridad Nacional y la Agencia de Seguridad Nacional que cambió su modelo de operación.

Se firmó el Acta Patriota que permite la reducción de libertades individuales en aras de la seguridad nacional, y la vigilancia de telecomunicaciones, tarea que ha dado paso a una red de espionaje a nivel global a cargo de este ideal de justicia y prevención.

Lo cierto es que a una década de uno de los ataques más atroces de la historia, el siniestro sigue cobrando vidas, esta vez, del otro lado del Océano Atlántico.

Por Vianey Pichardo

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