Así como el mundo cambia a un ritmo acelerado, en esa misma medida lo hace el mercado, por lo que los hábitos y necesidades de las personan son diferentes y por lo cual, el perfil del consumidor mexicano actual es más exigente, menos confiado y abierto a experimentar.
Ciudad de México.- La tecnología, el acceso a Internet y una cantidad de información desmedida, ha hecho que el consumidor actual sea mucho más independiente que hace unas décadas, donde estaba sujeto a los designios de ciertas marcas y a utilizar sus productos de manera automática.
Ahora, los consumidores mexicanos son mucho más flexibles en sus gustos y preferencias, pueden combinar artículos de lujo y consumir otros de menor calidad y prestigio; pero las condiciones socioeconómicas siguen marcando la pauta de su comportamiento.
De acuerdo al libro Efecto Mezcal, donde se analizan los diversos perfiles del consumidor mexicano, ahora hay ciertos sectores bien identificados que actúan de manera “contradictoria”, ya que “así como compra una bolsa Louis Vuitton, va a la esquina a comerse un taco”, dice esta publicación.
Esto complica poder determinar de manera cerrada su perfil, pero también es una muestra de que se han liberado de prejuicios y que ahora, “el consumidor mexicano se ha convertido en un tejedor de marcas, se siente con el empoderamiento de criticarlas en las redes sociales, foros o blogs”, explica este libro.
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Situación social afecta su comportamiento
Por otra parte, también se ha comprobado que la situación social, política y económica que viven los diversos sectores de la sociedad mexicana, también influyen para establecer sus hábitos de consumo.
De acuerdo a cifras de un estudio elaborado por la consultora Lexia, 22.5 por ciento de los consumidores nacionales ganan entre 5 mil y 10 mil pesos mensuales, lo que les dan pocas posibilidades de acceder a marcas costosas, salvo que adquieran deudas para obtener esos productos.
Esto podría dar pie a especular sobre el crecimiento del mercado ilegal y las réplicas “piratas” de ropa, relojes y accesorios, un negocio que genera alrededor de 75 mil millones de dólares anuales en el país, según la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco Servitur).
Confían más en sí mismos que en el país
Otro dato relevante que destaca Lexia, es el hecho de que ha crecido un sentimiento más de “individualismo” que de integración social, sobre todo en los jóvenes consumidores, que aspiran a tener acceso a una mejor calidad de vida material basado en un esfuerzo propio.
Según sus resultados, “7 de cada 10 jóvenes mexicanos declaran esforzarse mucho por cambiar su vida y declaran que no dependen del país para cambiarla, sino de su propio esfuerzo”, lo que genera que visualicen su futuro independientemente de la realidad política actual.
Así, sus hábitos de compra podrían ser “el resultado de un deseo transitorio que impulsa una compra en determinado momento y no necesariamente refleja la forma de pensar o las creencias de la persona que toma la decisión”, dice Javier Otaduy, uno de los autores del libro Efecto Mezcal.
Así sería de manera general el consumidor mexicano actual, que es muy difícil de conquistar, que está más informado y que no le interesa una visión tradicional de las marcas, sino lo que son capaces de ofrecerles para mejorar su experiencia de compra.
