Cambio climático: una amenaza que corre de prisa sobre el campo

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Miles de hectáreas de cultivos perdidas; cientos de cabezas de ganado muertas y la necesidad de importar los recursos que México más produce, fueron los estragos de la sequía que el país encarnó en el 2011 —la peor que ha experimentado a lo largo de varias décadas—. Y es que la escasez de lluvias de hace nueve años, solo fue muestra de los gritos que emite el planeta a fin de suplicar que se frene una de las problemáticas más gigantes del momento: el cambio climático en el campo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO), México dedica 145 millones de hectáreas —de 198 que tiene— a las actividades agropecuarias. En este sentido, el sector no solo aporta al Producto Interno Bruto (PIB), si no que representa la fuente de alimentos más importante del país y una gran base para la industria y el comercio.

Pese a su gran importancia en el desarrollo nacional, el campo comenzó a ser víctima de los efectos del cambio climático y con ello, puso en riesgo la seguridad alimentaria de todo el país. Precisamente bajo este panorama, Sol Ortiz García,  directora general de Atención al Cambio Climático en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, expresó a El Semanario, la importancia de tomar cartas en el asunto.

Doctora Sol Ortiz, directora general de Atención al Cambio Climático en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural

¿Qué es el cambio climático y cuáles son sus efectos en el campo?

De acuerdo con la bióloga y Doctora en Ecología, en primer lugar es importante hacer una distinción entre el llamado “cambio climático” y las “variaciones climáticas”. Esto, sobre todo porque mientras el primer fenómeno es producto de la acción humana, las segundas, siempre han existido y por ende, las actividades económicas se han adaptado a ellas.

Según información de la fundación Acciona, el cambio climático tiene como principal causa el calentamiento global e involucra toda una serie de daños físicos y biológicos. Al respecto, Sol Ortiz puso de manifiesto que el problema consiste en acciones humanas que han incrementado el nivel de Dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera y que están teniendo consecuencias muy fuertes en la vida del planeta.

La funcionaria de la Secretaría de Agricultura explicó que entre los efectos más notables del cambio climático se encuentran las sequías o las lluvias extremas —como lo ocurrido últimamente en los estados de Tabasco y Chiapas—. No obstante, agregó que son fenómenos que varían y se desarrollan según las situaciones de cada territorio.

La Doctora expresó que una de las mayores cargas negativas del cambio climático reside en las modificaciones sobre la condición del suelo. Incluso, agregó que las consecuencias del proceso han llegado a los océanos del país al grado de poner en peligro algunas especies marinas.

Por si fuera poco, otro de los estragos más grandes del problema que México y el mundo enfrentan, es el poner en riesgo la seguridad alimentaria. De continuar con actos que contribuyen a la degradación de la atmósfera, cultivos como el maíz podrían reducirse hasta en un 50 por ciento. ¿Es imaginable una alimentación mexicana sin dicho cereal?

Y es que si no se empieza a actuar desde ahora a nivel nacional e internacional, las consecuencias llegarán a niveles estratosféricos Entre la escasez de lluvia o el exceso de la misma, podría estar en riesgo la economía, alimentación y crecimiento de todo el planeta.

Cambio climático, campo y prácticas sustentables

Sol Ortiz García enfatizó la importancia de que en la agricultura nacional e internacional se realicen prácticas sustentables. Explicó que de no comenzar ahora, los recursos no llegarán para las futuras generaciones —incluso para los habitantes de los años próximos—.

“Si hacemos un uso irracional de estos recursos, simple y sencillamente no los vamos a tener en los próximos años. El suelo se ha visto afectada por malas prácticas y  mal uso de insumos agrícolas. Y esto reduce las posibilidades de dónde producir alimentos”, dijo la especialista.

Cabe señalar que la postura de la experta ha sido reforzada en múltiples ocasiones por la FAO. Resulta que según información del organismo, la producción sostenible minimiza la presión sobre los recursos naturales debido al adecuado manejo de la biodiversidad, la reducción de insumos nocivos y el uso de policultivos.

¿Qué acciones se han tomado en México?

Para empezar, la Doctora en Ecología informó que por el momento, el trabajo del campo de México y el mundo necesita adaptarse a las manifestaciones del cambio climático. Sin embargo, comentó que es una tarea que debe realizarse con sumo cuidado a fin de que la misma producción no fomente la descomposición de la atmósfera.

De acuerdo con Ortiz García, uno de los proyectos en los que participa el país para erradicar el cambio climático es el Acuerdo de Paris. En este consenso, las naciones participantes pretenden que la temperatura mundial no supere los 1.5 grados centígrados de aquí a 2030 y así, se puedan evitar panoramas más complejos.

Sumando a lo anterior, la funcionaria advirtió que el Estado Mexicano también forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; el Convenio sobre Diversidad Biológica y el de la de Lucha contra la Desertificación.

A nivel nacional, Sol Ortiz explicó que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, encabezada por Víctor Manuel Villalobos Arámbula, tiene especial preocupación por tener un plan integral en materia de cambio climático. En este sentido, agregó que la actual administración se rige por un programa sectorial con tres pilares fundamentales: productividad, inclusión y la sustentabilidad.

Según el testimonio de la Doctora, la dependencia se ha encargado de trabajar en políticas públicas dirigidas a la conservación de recursos naturales. De dicha forma, tiene acciones encaminadas a la reducción del uso del agua; la captura y uso del carbono de los suelos; así como la campaña “Mi parcela no se quema”.

Bajo este escenario, la Secretaría de Agricultura ha buscado la unión con otros combatientes contra el cambio climático. Dos de los actores con quienes se empeñó en unir fuerzas son la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME)

Pese a los esfuerzos de la autollamada Cuarta Transformación, la especialista aseguró que el control de los efectos del cambio climático depende del trabajo coordinado entre gobierno, sector privado y sociedad civil. Incluso, manifestó que la pandemia de COVID-19 sirvió para demostrar que cada parte del mundo conforma un todo que depende de los actores restantes del juego.

“Llegó la posibilidad de sensibilizarnos debido a la pandemia de COVID-19. No estamos aislados, lo que pase en China, eventualmente, va a afectar a nosotros. ¿Qué pasaría si se detiene el campo? Somos un todo y lo que hacemos afecta a otros”, comentó la experta.

Así, como bien lo dijo Ortiz García, es momento de unir esfuerzos para controlar y adaptarnos a una problemática que está ocasionando una crisis no solo nacional, o continental, sino planetaria. En 2011 se perdieron cultivos; este año las lluvias en Tabasco han dejado miles de personas damnificadas, ¿debemos esperar las consecuencias del 2030 para empezar a actuar?

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