Bajo lemas como “primero los pobres” o “ayuda sin intermediarios”, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha echado a andar diversos “Programas de Bienestar”. Todos con el argumento de ser apoyos directos hacia grupos vulnerables. No obstante, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) demostró que son insuficientes para atender los riesgos de la población mexicana.
Por medio de su Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, el Coneval advirtió que los programas de la autollamada Cuarta Transformación se dedican a repartir dinero sin dar verdaderas soluciones. En este sentido, señaló que no se toman en cuenta “la prevención y mitigación de los riesgos que enfrentan las personas en el curso de vida”.
De acuerdo con el Consejo, en aras de reducir el número de intermediarios en la entrega de los “Programas de Bienestar”, se está descuidando la correcta planeación del proyecto. Por ello, señaló la importancia de que se delimiten responsabilidades entre las personas que participan a fin de fortalecer la coordinación y distribución.
Asimismo, el Coneval apuntó que la actual administración necesita mejorar la conformación del Padrón Único de Beneficiarios, la continuidad de los apoyos y los calendarios de las entregas. Pese a ello, el primer mandatario a lo largo de su gestión ha visto a sus pensiones de adultos mayores, ayudas para personas con discapacidad o becas estudiantiles, como máximas soluciones.
AMLO cree que los “Programas de Bienestar” harán magia
En su lucha por bajar los índices de pobreza en México, el presidente de la República piensa que los “Programas de Bienestar” son una varita mágica. De dicha forma, esas ayudas asistencialistas se han convertido en una de sus principales banderas, sin que necesariamente representen oportunidades para poblaciones vulnerables.
Un ejemplo de lo anterior son las becas a estudiantes del país. De acuerdo con su Segundo Informe de Gobierno, la administración de López Obrador ha entregado apoyos económicos a 11 millones de estudiantes en el territorio nacional. No obstante, para el Coneval tales medidas no son suficientes y ni siquiera puede comprobarse que atiendan las necesidades de tal sector.
Algo similar ocurre con la población de la tercera edad. En la misma rendición de cuentas, el líder de la autollamada Cuarta Transformación aseguró que más de 8 millones de adultos mayores reciben su pensión bimestral. Pero ello no significa que estén atendidas todas sus carencias.
De acuerdo con el Consejo, las pensiones a gente mayor de 68 años, no toman en cuenta los riesgos por enfermedad que puede tener una persona mayor. Es decir, dejan de lado toda mejoría en el acceso a los servicios médicos requeridos por dicho rango poblacional.
En cuanto a los habitantes en su etapa adulta, el Gobierno Federal ignoró también la cobertura plena de salud. Incluso, el Coneval puso de manifiesto que son muchas los habitantes que no han podido beneficiarse de los programas de desempleo, discapacidad o maternidad.
Aunque López Obrador presuma que 23 millones de familias mexicanas cuentan con por lo menos un apoyo de su gestión, es imposible decir que se está cumpliendo con las carencias sociales. Incluso, si siete de cada 10 hogares tienen algún “Programa de Bienestar” —como lo aseguró el jefe del Ejecutivo— la pobreza y desigualdad no bajan porque no hay soluciones de raíz. ¿Qué pasaría si un día desaparecen estas ayudas gubernamentales?
COVID-19 disminuye bienestar social
Si bien el presidente de la República se ha mostrado muy optimista con la recuperación económica luego de la pandemia, existen cifras no muy alentadoras. Un pronóstico del Coneval hace referencia a que los mexicanos en condición de pobreza extrema podrían aumentar entre 6.1 y 10.7 millones.
Lo mismo está cerca de pasar con los habitantes en condición de pobreza por ingresos. De acuerdo con el Consejo, el aumento de personas con alguna carencia social corre el riesgo de crecer hasta en 9.8 millones. Esto, incluye rezagos en educación, salud, seguridad social, servicios básicos y vivienda.
De este modo, existen evidencias de que la COVID-19 cuenta con la capacidad de revertir los avances que México tenía en cuanto a carencias sociales. Precisamente por ello, el Coneval recalcó la urgencia de que las autoridades refuercen la atención a grupos vulnerables y garanticen el acceso de servicios a todos los habitantes del territorio.
Es momento de que AMLO demuestre su interés por trabajar con las necesidades poblacionales de “abajo hacia arriba” y no sólo con “Programas de Bienestar“. La contingencia sanitaria ha traspasado hospitales y llegó a violentar los Derechos Humanos. El tiempo es escaso para frenar los fallecimientos por el virus SARS-CoV-2, el hambre, el desabasto de medicamentos, la inseguridad y toda urgencia que griten los mexicanos.