Crisis sanitaria, económica y política cansan a Sheinbaum

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El más de medio millón de contagios de COVID-19, manifestaciones de diversos sectores económicos e irregularidades en su equipo, son factores que han puesto en evidencia  el cansancio de Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX). Prueba de ello, son las respuestas que ha dado a la prensa en temas que la ponen en jaque, tales como el control del virus-SARS-CoV-2, la reactivación económica pese a la instauración del semáforo rojo y actos irregulares dentro de su gabinete.

Durante la conferencia de prensa de este 8 de febrero, Sheinbaum Pardo pidió a los y las periodistas asistir a todas sus exposiciones a fin de evitar que se repitan los temas a tratar. Esto, lo advirtió cuando fue cuestionada por problemáticas con la página de  datos de la Agencia Digital de la demarcación. 

Sin embargo, el hecho de cuestionar a los periodistas que la consultan, se ha vuelto una constante en cada uno de sus encuentros matutinos. Tan es así que en ocasiones anteriores ha debatido por las constantes preguntas acerca del número de hospitalizaciones por coronavirus. 

Razones que presionan a Sheinbaum

No es para menos el estrés que debe sentir la jefa de Gobierno ante los grandes retos que ha enfrentado en tan sólo dos años de gestión. En primer lugar, la Ciudad de México —con 502 mil 482 mil— registra más de la cuarta parte de contagios acumulados de COVID-19 en el país. Asimismo, el número de defunciones no ha cesado. Tal situación al grado de que en enero tuvo hasta más de 400 fallecimientos por día, a causa de la enfermedad. Con ello, hasta el recorte del 7 de febrero, la demarcación apuntó un total de 30 mil 641 pérdidas humanas.

Sumado a lo anterior, algunos sectores económicos no han podido salir a flote de la crisis ocasionada por la pandemia. Uno de los más afectados, ha sido el gremio restaurantero imposibilitado de abrir sus negocios en espacios al aire libre —tal como lo permitieron las autoridades locales—. 

Con todo y los acuerdos con los comercios de la capital del país, el pasado jueves 4 de enero,  un grupo de restauranteros organizó en el monumento a la Revolución el llamado “cacerolazo”. Es decir, una forma de protesta con el objetivo de que el Gobierno permita una extensión de los horarios en los negocios de comida, así como la autorización para el servicio de interiores. 

Por otro lado, Claudia Sheinbaum Pardo ha tenido que enfrentar el incendio de un Puesto Central de Control del Metro y la  suspensión de tres líneas del Sistema de Transporte Colectivo (STC), así como señalamientos a miembros de su gabinete, tales como Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, por su presunta participación en el caso Ayotzinapa

Semáforos rojo en la pandemia

Ahora bien, la tensión de Claudia Sheinbaum se comenzó a notar especialmente, desde que a finales del 2020 empezaron a aumentar los casos, decesos y hospitalizaciones por el virus SARS-CoV-2. Tras toda una serie de cuestionamientos por el no regreso al semáforo rojo —aún con escenarios peores a los del mes de mayo—, la jefa de Gobierno optó por recurrir a nuevas categorías para designar la etapa de la pandemia en la CDMX. 

Durante la conferencia de prensa del 11 de diciembre del 2020, la funcionaria local se negó a informar el color del semáforo epidemiológico para la semana que fue del 14 al 21 del mismo mes. En este sentido, únicamente le dio vueltas a la prensa y aseguró que la Ciudad de México permanecería en “alerta o emergencia por COVID-19”.

Aunque más de un reportero la cuestionó por no usar la escala de riesgo, Claudia Sheinbaum brindó un mensaje cerrado que dejó en incertidumbre a la población de la capital del país. Sin embargo y a final de cuentas,esas señales de alerta únicamente fueron la preparación para un nuevo inminente cierre de actividades. 

“Como mencioné nosotros llamamos alerta por COVID-19, emergencia por COVID-19 en la ciudad… Lo importante es la verdad, la información , en qué situación estamos y qué debemos hacer“, dijo la funcionaria tras ser cuestionada por el color del semáforo. 

Así es como la jefa de Gobierno se ha vuelto más hostil con los cuestionamientos hechos por la prensa. Incluso, ha optado por utilizar el recurso de “desconozco el tema” cuando se le cuestiona por hechos que pueden poner en la cuerda floja su administración. 

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