Con más de 155 mil muertes en el país, es inaceptable que Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados hayan rechazado que las Secretarías de Salud (Ssa) y Relaciones Exteriores Interiores (SRE) transparenten el proceso de adquisición de las vacunas antiCOVID-19. No obstante, resulta peor que intenten eludir que el Instituto Nacional Electoral (INE) evite el uso del remedio con fines electorales.
La jornada del 27 de enero, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión desechó un punto de acuerdo cuyo objetivo consistía en emitir un exhorto al Gobierno para que dé a conocer los detalles de la compra y aplicación de la vacuna contra el virus SARS-CoV-2. La propuesta también incluía un llamado al INE a fin de que vigilara el no uso electoral del proceso de inmunización.
Pese a los esfuerzos de los legisladores de oposición, la diputada Dulce María Sauri Riancho, presidenta de la Mesa Directiva, calificó al expediente como concluido y la solicitud simplemente pasó al archivo. Con ello se demostró que la autollamada Cuarta Transformación además de no ser tan transparente como presume, está lucrando con la salud de los mexicanos.
A la par de ser un Derecho Humano, el artículo 4 de la Constitución Política de los Estado Unidos Mexicanos expresa que toda persona debe tener acceso a la protección de su salud. En este sentido, cuando la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador centraliza la cura de un padecimiento mortal, está violando una garantía fundamental y atenta contra la vida de los habitantes de toda una nación.
Sin embargo, no es casualidad que Morena y sus títeres rechacen un punto de acuerdo cuyo objetivo es dar a conocer cómo ha actuado el primer mandatario y su equipo de coordinación. Esto resulta un punto más a la lista de razones que ponen de manifiesto el miedo de la Cuarta Transformación a hablar con la verdad. ¿Desaparición de organismos autónomos?, ¿mayoría en la Cámara?, ¿rompimiento con las instituciones? Vivimos en un país gobernado bajo una línea: la de quien ocupa Palacio Nacional.
Falta de transparencia y fines electorales en la vacunación
Si los legisladores morenistas se negaron a exigir transparencia, es porque saben perfectamente que la Política Nacional de Vacunación es un total fracaso. Al respecto, no hay mayor prueba de que luego de un mes de aplicaciones, todavía exista personal médico en la primera línea de la batalla, sin el remedio en su organismo.
Según cifras de la misma Secretaría de Salud, hasta este 27 de enero, en México se lograron aplicar 656 mil 044 dosis contra el coronavirus. Es decir, a 35 días del arranque del proceso, todavía no se consigue llegar ni al 1 por ciento de la población mexicana.
A lo anterior se suma que el Gobierno de López Obrador sigue sin dar santo y seña de los contratos pactados con las empresas farmacéuticas que trabajan en la vacuna para México. Es más, ni siquiera se sabe a ciencia cierta quiénes han sido ya los beneficiarios de la preparación de Pfizer y cuáles serán los mecanismos para las segundas aplicaciones.
Por si esto fuera poco, la el plan contra el virus SARS-CoV-2 tiene muchos vacíos con relación a la aplicación de la fórmula en personas con alguna morbilidad. Tal situación resulta preocupante, dado que de las 153 mil 639 víctimas mortales de la pandemia —hasta la última actualización— el 45. 76 por ciento padecía hipertensión y el 38.09 por ciento sufría diabetes.
Incluso no está de más decir que hay una confusión en las prioridades de la distribución de dosis. ¿Por qué vacunar a maestros de un estado en semáforo verde, cuando hay lugares como la Ciudad de México (CDMX) con más de 7 mil contagios al día? Aunque la educación es una pieza clave en el progreso social de la nación, nada vale más que la vida de un ser humano.
Por otro lado, las elecciones del próximo 6 de junio parecen ser el trofeo que busca la autollamada Cuarta Transformación a cambio de distribuir vacunas antiCOVID-19. De no ser así, qué chiste tendría evitar a toda costa que los gobiernos estatales participen en la repartición de la solución a una pandemia de tal magnitud.
Cabe señalar que hace apenas algunos días, el presidente de la República anunció que tanto gobernadores como empresas bien podrían comenzar a tramitar la vacuna por su cuenta. No obstante y hasta de forma burlona, expresó que dudaba que lo consiguieron.
La participación de los llamados “servidores de la nación” en las campañas de vacunación también ha causado gran polémica. Y es que este grupo de personas en apoyo de Morena, estarán presentes en los “Correcaminos”, aquellos operativos destinados a vacunar al total de la población.
De acuerdo con el Partido Acción Nacional (PAN), los “servidores de la nación” dependientes de la Secretaría de Bienestar a la par que entregan los apoyos asistenciales de la actual gestión, se encargan de hacer propaganda morenista. En este sentido, si ellos aplican la vacuna —en lugar de personal médico y profesional— estarían promoviendo un intercambio de la cura por votos para los comicios 2021.
Finalmente, no es difícil distinguir la manera en que López Obrador ha querido llevarse los aplausos de una vacunación que, aunque ineficiente y llena de opacidad, no deja de dar toques de esperanza a los mexicanos.