El árbol de Navidad es uno de los adornos más utilizados en los hogares y es también parte esencial de estos festejo, gracias a la magia y luz que irradia a su alrededor.
Sin embargo, cada año, cuando hay que preparar todo para poner el árbol, siempre surge una duda existencial que no es fácil responder. ¿Es mejor un árbol natural o uno artificial?
La realidad esto depende más del gusto personal, pero aquí te decimos algunas cosas sobre cada uno de ellos, para tengas algunas referencias y sea más fácil decidir.
Sin duda, uno artificial tiene la ventaja de ser reutilizable por muchos años. Esto permite hacer un solo gasto y ahorrarse durante todo ese tiempo desembolsos posteriores.
Actualmente ya existen mucha diversidad de modelos, que incluyen diversos tipos de hojas, colores formas; algunos ya tienen integradas las luces y la mayoría, están diseñados para darle un toque estético a su entorno.
Sin embargo, los materiales con lo que se elaboran pueden resultar dañinos al medio ambiente una vez que se desechen. Según The Huffington Post, algunos de estos árboles contienen restos de plomo y mercurio, que en grandes cantidades pueden ser dañinos para la salud.
Además, están elaborados con PVC y otros plásticos derivados del petróleo, por lo que no se degradan rápidamente, aunque ya hay líneas más ecológicas que cuidan todos estos aspectos.
En cambio, uno natural tiene un periodo corto de vida y solo será para una temporada. Además, no todos tienen se mantienen frescos al menos hasta el Día de los Reyes Magos, por lo que pueden perder su magia muy rápidamente.
Pero estos árboles tienen muchas ventajas. La primera, es que si procede de viveros certificados, seguro durará fresco y sobre todo, dará un toque muy especial al hogar, con ese olor particular que siempre remite a la campiña.
Otra ventaja, es que aunque su periodo de vida ornamental sea muy corto, en realidad tardan al menos tres años en crecer y poder ser cortados, tiempo en el cual cumple con su función natural de servir como pulmón del planeta y transformar el CO2 en oxígeno.
Y todavía son útiles una vez que se desechan, ya que algunos gobiernos locales, entre ellos el de la CDMX, tienen programas de reciclaje de árboles naturales de navidad, con los que fabrican compostas y otros materiales biodegradables.