Andrés Manuel – ¿Una bendición al huachicol?

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No cabe duda que el oportunismo es mancuerna inseparable del liderazgo político. Tras los sucesos lamentables de la semana pasada en el llamado “triángulo rojo” de Puebla, Andrés Manuel hizo un llamado a la paz entre hermanos uniformados y civiles. Seguramente, su intención en esencia es buena: buscar la paz nacional debiese ser el objetivo primario de todos los mexicanos.

Andrés Manuel logró generar proselitismo político al declarar: “No hay que usar la fuerza, hay que hacer una convocatoria a la unidad, a la paz, que no se esté azuzando porque duele mucho que asesinen a soldados, pero también duele que asesinen a civiles. Al triunfo de Morena, se va a acabar con la guerra, se va a serenar México”.

Todos los líderes partidistas, como era de esperar, se han pronunciado sobre el tema del robo descarado del combustible. Prioritariamente, cada uno de ellos, se ha referido a su(s) contrincante(s) en lo personal o a sus correspondientes partidos como los culpables del problema de los huachicoleros.

Es obvio que los partidos locales eran y son conscientes del tráfico de combustible (de no serlo, pues entonces qué magnífica actuación de ceguera-sordera a lo acontecido durante años, donde les tocaba estar enterados).

En este caso, lo comentado por Andrés Manuel sobresalió sobre el resto. Es una expresión en donde, independientemente de no haber tenido tiempo de involucrarse en los años de silencio, es prudente dando bendiciones a los actores cuando se convirtió en noticia pública.

Su mejor señal de que “los dejen en paz, que mal no hacían” es de avanzar hacia el camino para tomar la presidencia en ambiente de tranquilidad. Le apoyo en su expresión si de eso se trata, que México bien merece un mejor clima de bienestar, a pesar de todo. Más no debíamos ni debemos permitir el acto huachicolero, desde ningún punto de vista.

Ahora sí que como dice el dicho: “alabanza en boca propia es vituperio”.

Hagamos lo prudente por componer lo sucedido de inmediato y por iniciar un camino de cambio pertinente en un ambiente de bienestar. Las guerras demuestran que de haberlo hecho sin conflicto, habría existido mayor riqueza integradora de largo plazo. Los resentimientos entre asesinos y ladrones que justifican su actuar, se nulifican de raíz cuando su motivo al actuar se desmembrana de raíz. ¡Resolvamos México!

Samuel Podolsky

@sampodol

spodolsky@elsemanario.com

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