El enorme deseo de los altísimos funcionarios encargados de diseñar la política de comercio exterior para ser campeones del libre comercio ha sumido a México en un mar de pobreza y mediocridad, del que será difícil salir si no se define una estrategia integral, con programas, proyectos y políticas públicas realistas.
La irresponsabilidad mostrada por esos políticos en los 25 años más recientes al firmar TLCs compulsivamente (con 54 países en total); al implementar una incongruente y unilateral desgravación arancelaria; y, al firmar 33 APPRIS ha hecho retroceder al país como economía mundial, como generador de valor agregado, como captador de inversión extranjera directa y mucho más aberrante es que estos retrocesos se manifiestan crudamente en un constante decremento del nivel de ingresos per cápita, lo que significa mayor pobreza para grandes núcleos de la población mexicana.
En el periodo 1981/2018, un total de 7 países han desbancado a México del 8º hasta el 15º lugar como economía mundial: China, India, Brasil, Corea, Rusia, España y Australia.
El caso de Australia muestra lo errada de la “estrategia de México” o, más bien, la carencia de ésta, pues con sólo 25 millones de habitantes nos supera en todo, excepto en el número de habitantes, lo que ha hecho a este país mucho más competitivo y productivo, de tal manera que su PIB total es 19% superior al nuestro y, naturalmente, con un nivel de ingresos 490% más elevado que el de los mexicanos.
Como consecuencia del negativo “desarrollo” de México, en el periodo 1981/2018, nuestro PIB per cápita cayó de la 42ª a la 74ª posición, pero mucho más preocupante es que en el periodo 2001/2018, en que prácticamente han estado vigentes todos los TLCs con 48 países y los 33 APPIS, que se firmaron para lograr mayor número de empleos, mayor riqueza y mayor bienestar, los retrocesos de México se presentan con mayor crudeza, pues en este periodo el PIB per cápita mexicano cayó del 50º al 74º lugar, siendo superados por países muy cercanos a nosotros y, algunos de ellos, con supuesto menor grado de desarrollo relativo que México, entre los que se cuentan Uruguay, Trinidad-Tobago, Chile, Panamá, Costa Rica, Granada, Argentina y Santa Lucía; durante el periodo mencionado el incremento de nuestro PIB per cápita fue de sólo 30% (2,204 US), al pasar de 7,410 a 9,614 US, en tanto que, por ejemplo, el de Costa Rica, en el mismo periodo, creció 200% (8,065 US), al pasar de 4,030 US a 12,095 US.
Los países que nos superaron en el periodo se encuentran marcados con amarillo en el cuadro siguiente y, desgraciadamente, México es el país con menor crecimiento absoluto y relativo de su PIB per cápita en este universo de 35 países, sin excepción alguna.
Para no variar, China también nos superó ampliamente, siendo la 9ª economía mundial en el año de 1981. Actualmente es la 2ª potencia económica, en tanto que México cayó de la 8ª a la 15ª posición, y el PIB per cápita chino, entre 2001 y 2018, se incrementó 815 %, es decir, 8,580 US, al pasar de sólo 1,053 US a 9,633 US.
Ahora que entró en vigor el Nuevo TPP -un proyecto totalmente incongruente y dañino para México, aunque los funcionarios hayan dicho lo contrario- nuestro PIB total y el per cápita seguirán en franca caída, pero eso no tiene la menor importancia, lo importante es que nuestros altísimos funcionarios merecen una medalla, pues han sido extremadamente exitosos al lograr que México sea el campeón del libre comercio, siendo la manifestación más clara de este hecho la firma de TLCs con un total de 54 países, aunque en el periodo 1993/2017 nuestro déficit con ese universo se haya incrementado de 29 a 40 países, con un déficit acumulado para el periodo de -784,630 millones US, equivalente al 65% del PIB total de México en el año 2018.
Como el comercio exterior es un importante componente de nuestro PIB Total, y palanca fundamental de nuestro desarrollo, la persistente ausencia de una estructura adecuada, así como de un eficiente fomento industrial y de promoción del comercio exterior y, consecuentemente, la carencia de una estrategia integral en materia de competitividad, de fomento, de comercio exterior y de inversión extranjera -sin programas, proyectos y políticas públicas realistas- la simulación e improvisación que las ha caracterizado en los 25 años más recientes, continuará siendo la causa del enorme deterioro de todas las variables económicas del país.
