El tiempo es tu amigo,
camina con él,
ni detrás, ni adelante.
Una de las realidades más misteriosas del hombre, y que forma parte del misterio humano fundamental, es la temporalidad. Ser hombre es vivir en el tiempo, pero el tiempo no es sólo algo que afecta al ser humano, sino es algo que lo acosa y lo agobia. El tiempo pasa y lo traspasa, lo golpea y lo hiere.
Una de las quejas constantes que escuchamos es: “me falto tiempo”… La pregunta sería: ¿tiempo para qué?
Esto nos lleva a reflexionar sobre el valor del tiempo. Muchas veces nos quejamos de lo corto del tiempo, pero no caemos en la cuenta de que frecuentemente tenemos tiempo más que suficiente para realizar cosas importantes. Nos lamentamos de que la vida es breve, pero debemos hacernos conscientes de que en ocasiones nosotros la hacemos breve porque despilfarramos el tiempo.
Por esto, es importante saber cerrar ciclos y abrir proyectos: considerando que todo fin marca un comienzo, y todo comienzo nos obliga a tener la sabiduría de cerrar un círculo, un ciclo; soltar y atesorar lo vivido, sin que esto implique renunciar a nuestros nuevos proyectos, propósitos, a nuestros sueños y a lo que deseamos conquistar.
Es importante vivir el día a día, con eficiencia, sin posponer, aprovechando cada instante, ya que pasado un instante, viene otro, aunque el que ya pasó nunca más volveremos a vivirlo.
“El pasado ha dejado de existir, el futuro todavía no existe, y el presente tiene una presencia tan huidiza que cuando pienso en él ya pasó”…
¿Por qué sufrir creyendo que la vida es cerrar ciclos si la vida es un continuo de abrir y cerrar puertas?
¿Por qué vivir ansioso ante los cambios y no vivirlos como oportunidades?
¿Por qué los sentimientos que te acompañan son más de tristeza, angustia, ansiedad y nostalgia, que de alegría, fe, optimismo y esperanza?
Generalmente esperamos vivir situaciones inestables o pasar por circunstancias difíciles como alguna enfermedad, un accidente o una pérdida para replantear el significado de la vida y hacer una proyección a futuro. Sin embargo, cualquier momento es propicio para cuestionar y construir un proyecto de vida, reflexionando sobre cómo quieres vivir, desde qué estado emocional y físico quieres continuar trabajando, viviendo y existiendo. No es lo mismo sobrevivir que vivir a plenitud.
Te invito a empezar hoy, cuestionar qué áreas de tu vida quieres cambiar y mejorar.
¿Cómo está tu rueda del Bienestar? Qué quieres mejorar o implementar en las diferentes áreas de tu vida como el área física, emocional, familiar y social, intelectual, profesional y espiritual:
– Bienestar físico: es estar saludable, practicar algún deporte, alimentarte para estar sano y no obsesivo por el culto a la delgadez, cuidarte día a día, conéctate con tu cuerpo escuchando tus señales de hambre y saciedad, aprende a manejar la ansiedad, acude a tus chequeos médicos en forma periódica, y siéntete bien contigo mismo.
-Bienestar emocional: es conectarte contigo mismo continuamente, respetando tus emociones y cuidando las señales en cuanto a descanso, excesos, manejo asertivo del estrés, aprendiendo la relación mente-cuerpo y encontrando espacios de ayuda, terapia, silencio.
-Bienestar espiritual: es vivir sabiendo que eres parte de todo lo que te rodea, conectado con la naturaleza o fuerza superior, y en tu camino entender que todo lo que te suceda es parte de un aprendizaje para te vuelvas más sabio, intuitivo y logres crecer continuamente con los retos que te impone la vida.
-Bienestar familiar y social: es saber equilibrar y disfrutar de un tiempo acompañado de tus seres queridos quienes son parte de tu salud integral. Pertenecer a grupos familiares y sociales enriquece tu vida en muchos aspectos, sin olvidarte de tu individualidad y de saber estar solo contigo mismo.
-Bienestar intelectual: es darte el tiempo para adquirir nuevos conocimientos en cualquier área, estimula tu cerebro generando nuevas conexiones y brinda una oportunidad para nutrir tu mente, tu confianza, y continuar tu crecimiento en forma permanente.
-Bienestar profesional: es estar dedicado y ocupado para generar nuevas ideas, creatividad, logros y metas enriqueciendo tu proyecto de trabajo.
Y recuerda que cualquier crisis, obstáculo o dificultad debe ser trabajada internamente para acomodarla y poder seguir adelante porque la vida no puede vivirse con borrador, lo que vivimos, vivimos, pero de lo que sí somos responsables, es de lo que elegimos hacer con aquello que vivimos…
No es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa…