El pasado lunes 30 de marzo se llevó a cabo una reunión en la que se notificó a la sociedad el estado de la pandemia de COVID-19 en nuestro país y las medidas que el gobierno propone para tratar de contenerla. Se anunció por varios medios que iba a llevarse a cabo después de una reunión que diversas instancias gubernamentales tendrían con el Consejo de Salubridad General. Hago notar que jerárquicamente el Secretario del Consejo de Salubridad General es la segunda autoridad sanitaria del país, y en ocasiones, la primera, ahora lo es el Dr. José Ignacio Santos Preciado. El Consejo reúne, además de diversos funcionarios, a varias organizaciones del sector como las universidades, las organizaciones médicas y los Secretarios de Salud de los estados, entre otros; su institución es incluso anterior a la Secretaría de Salud y quizá fue creado para situaciones como la que atravesamos.
Si pensamos el adagio de que En política la forma es fondo, y que yo creo que sigue siendo válido –alguien puede pensar que es de la época neoliberal y ya no tiene valor–, la reunión fue un desastre, aunque se emitieron mensajes de sumo relevantes. Porque afirmo esto: aunque se llevó a cabo en las instalaciones más importantes del Estado mexicano (Palacio Nacional), no asistió el titular del Poder Ejecutivo; a él parece que le gustan más los monólogos que las obras corales o de conjunto. El mensaje que se dio fue para informar el mayor problema que tenemos los mexicanos, quizá sólo comparable con la Revolución, muy superior a los temblores del 19 de septiembre de 1985 y 2017, la Declaración de la participación en la Segunda Guerra Mundial, diversos huracanes que nos han abatido y cualesquiera otras circunstancias.
La reunión para emitir el Comunicado fue presidida por el Secretario de Salud, el Dr. Jorge Alcocer Varela, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el de la Defensa Nacional, el General Luis Cresencio Sandoval González, el de Marina Armada de México, el Almirante José Rafael Ojeda Durán –por cierto, ambos llevaban uniformes de campaña y no el de gala que pensamos debían haber portado–, y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el Dr. Hugo López-Gatell. A Jorge Alcocer le sucedió algo que estoy casi seguro no le había acontecido en su dilatada carrera como conferencista, no pudo hablar porque sus transparencias e imágenes nunca pudieron ser mostradas y optó por interrumpir su mensaje, de manera que su papel en el resto de la conferencia fue el de “pasa-palabra”. Por cierto, se equivocó al presentar al Secretario de Marina, al que le llamó “Coronel”.
El colmo fue que Marcelo Ebrard quien anunció el desarrollo de un protocolo de investigación sobre los resultados de diversos tratamientos para el COVID-19; siendo que Alcocer es un investigador probado, es SNI III emérito, fue ampliamente rebasado y opacado por el desarrollo de la conferencia. La Lic. Sánchez Cordero permaneció de “florero” –sabemos que así se le llama en el argot a quien está en una mesa de discusión sin tomar la palabra–. El Almirante Ojeda estuvo descriptivo y sobrio, haciéndonos saber que los hospitales instalados a lo largo de nuestros litorales están preparados, lo mismo que los buques tanto en el Pacífico como en el Golfo y el Mar Caribe. Los comentarios del General Sandoval fueron, cuando menos, sorprendentes, nos hizo saber que el Ejército ha sido designado para encabezar, en parte, el Plan Sanitario de Emergencia.
Fue nombrado para poner en marcha hospitales y albergues para atender a los enfermos que sufran COVID-19; tarea que no parece fácil porque sólo lo vi en la transparencia que mostró –a él si le funcionó el proyeccionista–, y nos dimos cuenta que los hospitales que intentan poner en marcha, tienen déficits muy importantes, algunos no cuentan con agua ni energía eléctrica, no sabemos el nivel de equipamiento, y se mencionó un plan emergente de contratación de personal de salud, especialmente para médicos y enfermeras. Tanto la Escuela Médico Militar –recientemente le fue cambiado el nombre por el de Escuela Militar de Medicina– como los hospitales militares – al menos existe uno en cada zona militar–, están diseñados y pensados para atender los problemas de salud del personal militar y sus familiares.
Ciertamente los médicos y enfermeras militares se han distinguido siempre por su alta capacidad y deseo de servicio; sin embargo, ampliar su responsabilidad a propósitos tan amplios no estoy seguro que tenga tan buenos resultados, a pesar de que estoy seguro que muchos de ellos, aun estando en condición de retiro, acudirán al nuevo llamado a filas. El Sr. Presidente confía poco en la sociedad civil y sus organizaciones, sus grandes tareas les han sido asignadas al Ejército; el combate a la violencia, la construcción de sus obras insignias. No cabe duda que estamos ante una militarización gubernamental y no parece ser por los miembros del Ejército, sino por el gobierno civil; ellos atienden órdenes y podrán cumplirlas o no.
Respecto a la presencia de Marcelo Ebrard en su papel de “Canciller”, me parece que el cargo como tal, llamado así, no existe en el organigrama del gabinete, menos aun el de “Vicepresidente”, como algunos le llaman ya. No se puede negar que su participación resultó muy descriptiva y aleccionadora, explicó la importancia de las medidas tomadas y las propuestas y las metas que se tienen; decía yo que, incluso, mencionó los proyectos de investigación en los que participan los médicos mexicanos, los cuales tienen un desarrollo en México, pero son parte de un proceso tanto local como internacional. Su explicación sobre las consecuencias económicas que la pandemia tiene fue muy clara, e incluso resultó alentadora porque mostró posibilidades que no habían sido explicadas antes. López-Gatell estuvo, como siempre, técnicamente correcto, y menos optimista que en otras ocasiones.
Ante la magnitud del problema y la importancia del Comunicado a la Nación, me parece que no hay una explicación suficiente para que no fuera presidido por el titular del Poder Ejecutivo, o bien por la ministra Sánchez Cordero, y que a Jorge Alcocer no lo dejaran o no pudiera mostrar su liderazgo. En la Secretaría de Salud necesitamos un líder fuerte, capacitado y entregado, posición que hasta ahora ha sido substituida por López-Gatell, y la Dra. Laurel no ha aparecido hasta el momento. La ausencia del Secretario del Consejo de Salubridad General –o el propio Presidente de la República– para hacernos saber las consideraciones, determinaciones y recomendaciones que fueron tomadas, tampoco tiene una explicación suficiente.
Para mí tampoco existe diferencia alguna que haya sido el Secretario de Relaciones Exteriores el que participará y no el Secretario de Hacienda y Crédito Público. Me parece que debieron haber estado presentes el titular del IMSS –institución responsable de la salud de aproximadamente el 50% de la población mexicana–, del ISSSTE –institución que atiende más o menos al 10% de la población– y del INSABI –que atiende o debería atender al resto de la población, por cierto, la no asegurada–. Menos aun tengo suficiente explicación para que a las fuerzas armadas se les hayan asignado las tareas extraordinarias y no a diversas instancias civiles que tienen mayor capacidad resolutiva y la misma entrega.
Me parece que el Comunicado a la Nación no tuvo ni orden ni concierto y espero que no refleje la organización gubernamental ante el mayor problema en lo que va del siglo y probablemente de la última centuria.
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Excelente su narrativa Dr. casi como una corrida de toros
Pues tiene usted mucha razón, no vemos organización ni liderazgo, y si una fuerte tendencia a querer resolver con personal militar, con mucho menor experiencia asistencial. La sociedad seguirá organizándose por la libre
Como dice el Presidente, con todo respecto el Secretario de Salud está de adorno. Que no pudiera concluir su intervención por falta de las diapositivas coincide con ese viejo precepto: “Experto: un p…o que lee diapositivas”. Sí, es un científico; pero resulta que en la Secretaría de Salud no requiere ser dirigida por un científico, sino por un profesional conocedor de todos los ámbitos que hacen a la salud, un ejecutivo que sepa escuchar, delegar y tomar decisiones; esto no pasa ahora.
El Ejército y la Marina, sus médicos, efectivamente no tienen experiencia para atender emergencias como la de COVID-19; son indispensables, pero dirigidos por un director ejecutivo que conozca los alcances de un Centro de Salud, de un Hospital Regional, de un Hospital Civil que conozca a fondo la infraestructura sanitaria. El científico no tiene estos alcances.
Se pregunta usted porqué no estuvo presente en esa reunión el Presidente y, de qué hubiera servido: ¿acaso alguna vez lo ha visto escuchando a la gente, a sus asesores, poner en marcha lo que le han asesorado o rectificar cuando ha tomado malas decisiones? Este hombre oculta su incapacidad en la sombra de sus adversarios, de los conservadores.
Que los hospitales recién inaugurados tengan carencias tan elementales como agua y electricidad hace pensar que hubo corrupción y, ya sabe como se resuelve hoy este delito: se cierra, se derrumba y se empieza de nuevo… ¿habrá tiempo para empezar otra vez?
Según mi humilde punto de vista, las fuerzas armadas de México tendrán un papel de apoyo en esta emergencia de salud nacional en la que nos encontramos, como han hecho siempre. El papel principal fue destinado a las instituciones de salud con que contamos, y otras que se irán habilitando, o reconvirtiendo, o expandiendo.
Estamos en tiempos inciertos Doctor, muy interesante lectura.
Creo que en gran parte, el gobierno federal no calculo el impacto que podría tener la pandemia y vamos a sufrir consecuencias en muchos sentidos irreparables.
Creo que no tienen idea ni la capacidad para enfrentar este problema y al presidente no le interesa lo que pasa en Mexico.
Excelente, oportuna y puntual narración Maestro Ramiro ! Amén de sus percepciones que comparto. (Funcionarios del más alto rango, con credenciales impresionantes, pero pasmados ! O amordazados ? )
Saludos
Excelente percepción y su particular forma de plasmarla Maestro Ramiro. La comparto. (Funcionarios de primer nivel pasmados o Amordazados?)
Saludos!!
Excelente percepción y su particular forma de plasmarla Maestro Ramiro. La comparto. (Funcionarios de primer nivel pasmados o Amordazados?)
Saludos!!
Coincido con Usted en la falta de liderazgo del Secretario de Salud, menos mal que a grandes males, grandes remedios y el sistema de salud cuenta con un Médico destacado como lo es el Dr. López Gatell, quien ha demostrado un absoluto liderazgo y control de la situación, comunicando de manera muy clara cual es la situación día a día por la que atraviesa México por la enfermedad de COVID 19. Ningún presidente, primer ministro, o cualquiera que dirija en este momento los destinos de un país esta libre de equivocarse y de tomar decisiones no muy acertadas, es un problema que ha rebasado todas las predicciones sobre el sistema de salud y económico, pero si es cierto que algunos, como es nuestro caso, no solo están rebasados sino que no cuentan con las aptitudes imprescindibles con las que debe contar cualquier dirigente de un país como son liderazgo, compromiso, seriedad, autoridad, inteligencia y que gobierne motivando, orientando y transmitiendo confianza ante una situación tan tremenda como lo es la pandemia que ocasiona el SARS-CoV-2. Tal vez no sea el momento de hacer una crítica de estos políticos, pero su actuación deja mucho que desear y transmiten inseguridad y temor de que no se estén haciendo bien las cosas, y como se dice coloquialmente no hay que ser buen dirigente, sino parecerlo.