Cuál es tu favorita de Lanthimos, Parte II. Langosta: ¿Qué es eso que llaman amor?

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¿Acaso quien no está en pareja se ha puesto a pensar en lo peligroso que es vivir solo: quién lo va a salvar de la muerte por ahogo si durante una comida se atraganta? ¿Existe alguien que nunca haya fingido –quizá incluso logró auto convencerse– que comparte una característica definitoria con la persona a quien quiere conquistar? ¿Durante una crisis de pareja a alguno de los dos se le ha ocurrido que quizá un hijo fuera la solución a sus diferencias? “El amor es ciego”, “el hombre es un animal como los otros”… Los clichés más conocidos, lo mismo que cuestionamientos como los anteriores, que van del humor negro a miedos tan auténticos como ignorados, o quizá inconfesables, conforman la rara propuesta que presenta la película Langosta del director griego Yiorgos Lanthimos.

El primero de sus largometrajes donde se habla en inglés, la obra fue rodada en Irlanda, condado de Kerry, sobre todo dentro y en los alrededores del hotel Parknasilla en la localidad de Sneem. Se trata de una más de las retorcidamente profundas historias que el director ha escrito en colaboración con Efthymis Filippou, en la que el hotel es el sitio donde cierta sociedad de una época indeterminada recluta a la gente soltera con el fin de que encuentre pareja. Evidente es que tienen un tiempo límite para lograrlo y que si fallan la consecuencia será fatal: los convertirán en el animal que hayan elegido al momento de su ingreso. Reglas tan incoherentes como estrictas soportan esa atmósfera entre absurda e irreal característica del cine de Yiorgo. A excepción de algunas escenas que pasan durante la noche, el rodaje se hizo con luz natural y sin maquillaje; el director de fotografía, Thimios Bakatakis, otro de los colaboradores habituales de Lanthimos, fue calificado como “su mejor aliado” para revelar el ambiente de restricción en el que viven los personajes de esta cinta, y que reduce sus emociones a la monotonía. Por vía de una terrosa paleta de colores ocre, y de encuadres más distantes que en películas anteriores y, sin embargo, igual de encajonados, el espectador tiene la impresión de estar observando las rutinas de apareamiento de una extraña especie de zoológico con la que le cuesta trabajo, o digamos más bien, le incomoda identificarse.

película La Langosta, director Lanthimos
The Lobster (2015) Dir. Yorgos Lanthimos.

Como todos los que pertenecen al cineasta griego, el relato es imprevisible, efecto que quizá se potencie por su manera de narrar: primero se muestran las consecuencias y poco a poco se van develando las causas. En este caso en que se trata de diseccionar los porqués de un sentimiento que en esencia debiera ser inédito cada vez: lo que menos debemos esperar es la típica historia cinematográfica. Descubrimos al grupo rebelde fuera del hotel, huyendo de una cacería organizada para atraparlos, y después los vemos acogiendo amablemente a nuevos disidentes… poco a poco entendemos que son todo menos libres porque, si el sistema condena la soltería, las reglas que los rigen a ellos son implacables en contra del enamoramiento. Mucho más que alguna respuesta, la película plantea interrogantes: ¿en verdad existe alguna relación exenta de modelos y prejuicios?, ¿cómo rescatar o al menos identificar la atracción original?, ¿cómo amar no perteneciendo a la manada? Por momentos pensamos que el director nos está compartiendo su punto de vista al respecto, hasta que el siguiente plano nos trae una nueva interrogante. Quizá sea que, para Lanthimos, nadie comprende el amor, hipótesis que soportaría con el detalle de la preciosa canción, tema que, quizá como un auto regalo, se permite en griego:

Τι είναι αυτό που το λένε αγάπη (Ti einai afto pou to lene agapi, ¿Qué es eso que llaman amor? en la versión con Sophia Loren y Tonis Maroudas)‘. Según lo dijo el actor Colin Farrell, uno de los protagonistas principales, de las obras en las que ha participado, The Lobster, es la que queda más abierta a la interpretación personal.

película La Langosta, director Lanthimos
Fotogramas de la película The Lobster (2015) (Pinterest).

Con su título original, The Lobster ganó el Premio del Jurado del Festival de Cannes 2015. El mismo año consiguió cinco nominaciones en los Premios del Cine Europeo y obtuvo el del Mejor Diseño de Vestuario. En cambio, en algunos foros ha sido juzgada una obra fría o incluso plana. En mi opinión, tales juicios pierden de vista su contenido más evidente, el hecho de que cualquier reglamento impuesto deviene absurdo al menos en algún momento, pero, sobre todo, cuando pretende gobernar los sentimientos humanos; si alguna denuncia hace la cinta es precisamente la falta de pasión que existe en las relaciones de la sociedad actual, y así es como refleja dicha sociedad. Rachel Weisz, otra de las principales protagonistas, confesó no haber comprendido el guion y por tanto rechazó el papel en primera instancia y, sin embargo, tras el rodaje lo describiría como el más emocionante de los que haya interpretado. “Nadie durante los ensayos se detenía a reflexionar sobre las metáforas e implicaciones de las líneas que decíamos, simplemente sonar convencidos al repetirlas nos demandaba completa concentración”. Cuenta que le fue un reto “prepararse” para interpretar un personaje del que no contaba con antecedentes, sin recurso técnico alguno. Creo que la opinión de la actriz es también válida para nosotros como público de Lanthimos: hay que permitir que nos seduzca, con plena confianza de que su inteligente propuesta está cargada de significado.


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