El Día del Comunicador

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El pasado 12 de mayo se celebró el día de comunicador. Hablamos de una profesión tan nueva que viven aún la mayoría de sus primeras generaciones de egresados. Es una actividad profesional aún en gestación.

Los primeros egresados de aproximadamente 65 años se han caracterizado por abrir y abrirse espacios en un mundo en el que hace 40 años muy pocos entendían y justificaban esa profesión. Se trata de una generación de luchadores que han logado que el mundo laboral reconozca hoy la importancia de profesionalizar la comunicación en todos los niveles.

En los años setentas cuando la profesión nacía no había en las empresas ni gerencias ni direcciones de comunicación, ahora hay vicepresidencias de comunicación corporativa.

Pero cuál es la magia de la profesión que orgullosamente tengo desde el año 1976. El médico cura, el ingeniero civil construye, el mercadólogo vende, el arquitecto diseña (…), pero los comunicadores ¿qué hacen?, ¿cuál es su magia?, ¿qué varita mágica se les otorga con el título?

Fundamentalmente lo que somos capaces de lograr es, si podemos cuadrar bien la ecuación de cuatro variables -definición de audiencias, elaboración de mensajes, capacitación de voceros y elección de medios y momentos- es influir en un número importante de personas.

El padre de la comunicación, Marshall McLuhan, fue un filósofo, erudito y educador canadiense, nacido en el año 1911, quien durante los setentas acuñó el término “Aldea Global” y logró describir las consecuencias socioculturales de la comunicación; un profeta de nuestros tiempos que predijo entre otras cosas un mundo en el que las distancias dejarían de ser barreras y los mensajes viajarían en tiempo real de un lugar a otro.

La comunicación es una ciencia en proceso, es la ciencia de lo común, y en la medida en la que laboramos en esa actividad, entendiendo que el secreto está en ubicar los elementos comunes entre receptores y emisores, podremos ser más eficaces.

Vale la pena mencionar también que, en todos los casos, los procesos de comunicación bien llevados son lo más parecido a los procesos de oxigenación. La Comunicación, repito, cuando es bien llevada, es tan saludable y positiva como el oxígeno mismo, capaz siempre de dar vida tanto a las personas como a las instituciones o grupos sociales.

Un profesor en la universidad nos pedía siempre hacer con cuidado nuestro trabajo, porque mientras los médicos -decía él- sus errores los entierran, nosotros -los comunicadores- los publicamos. Era el mismo profesor que nos recomendaba no dejar de lado la realidad, porque la verdad, insistía, nos hará siempre libres.

En nuestro país, cada año ingresan a las universidades poco más de 70 mil estudiantes en carreras afines a la comunicación, de los cuales un promedio de 11 mil logran finalizar sus estudios. Aproximadamente, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 24 por ciento de los egresados se ocupa en áreas relacionadas a sus estudios, y en el mercado actual del mundo de la comunicación predominan los jóvenes de entre 25 a 30 años, registrando un auge laboral en las ciudades como el Distrito Federal, Hidalgo, México, Puebla y Tlaxcala, con un ingreso promedio de 10 mil pesos.

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