Millones de mamás se despiertan cada día para preparar a sus hijos y llevarlos a la escuela con la ilusión de que recibirán educación de calidad y la posibilidad de que tengan una vida plena. ¿Cómo lograr que este deseo sea realidad? ¡Con buenos maestros! Y contenidos pertinentes, actualizados y de calidad.
La educación en México tiene que ponerse al día, por tanto, es necesaria una reforma académica que prepare a las personas para los retos del futuro. No sólo tiene que modificarse la educación básica, sino que tenemos que encontrar maneras para que todos podamos seguir entrenándonos a lo largo de nuestra vida. Una manera de lograrlo es utilizando las herramientas electrónicas. Para esto es indispensable que haya conectividad nacional y acceso a dispositivos de costo moderado; además de crear cursos pertinentes de todo tipo de acceso libre.
A continuación, comentaré sobre lo que esperaría para la educación básica.
Desde mi punto de vista, un buen maestro es alguien que conoce las materias que quiere enseñar, que sabe de pedagogía, que está dispuesto a aprender, a ser evaluado para poder mejorar su práctica docente y que se puede adaptar a la diversidad de cada grupo escolar; es decir, una persona inteligente con vocación docente.
Por consiguiente, pienso que las escuelas normales y las universidades formadoras de maestros deben efectuar exámenes de ingreso para que sus alumnos cumplan con las cualidades requeridas. Además, es imprescindible que el Estado ofrezca salarios y condiciones de trabajo atractivos para que las personas más inteligentes quieran ser profesores y líderes morales e intelectuales.
Lo que se espera de la educación básica se ha transformado. Ahora los niños tienen que acudir a la escuela y sentirse seguros. En caso necesario deben recibir alimentación y atención médica. Tienen que estar contentos para poder aprender mejor.
Si los docentes muestran a los niños a trabajar en equipo, les ofrecen retos variados e interesantes, a buscar información, a aprender por sí mismos, y a sentirse satisfechos al final del día, les costará menos trabajo enseñar y los niños aprenderán más rápido y fácil.
Gran parte del aprendizaje es por imitación. En ese sentido, nosotros aprendemos a hablar en familia, y nuestras habilidades de comunicación mejoran en la escuela. Sin embargo, la nueva educación debe favorecer la creatividad. Si, por ejemplo, un niño con habilidades plásticas se ve forzado a abandonar sus diseños por dibujos simplones de cabañas en el bosque o payasos, le estaremos truncando la oportunidad de desarrollar su talento. Esto quiere decir que los profesores de educación básica moderna deben dejar espacios de libertad para fomentar el desarrollo de las cualidades de los estudiantes. Por eso es bueno que en la educación exista un porcentaje de tiempo que el docente pueda emplear de manera discrecional; para adaptarse a las peculiaridades de su grupo.
Una manera de ayudar a los profesores a actualizarse (ya que les resultará difícil al llevar años enseñando lo que se esperaba de ellos), es proporcionar asistencia en línea. Ésta podría ser mostrando maestros frente al aula, trabajando de la nueva manera. Por ejemplo, enseñando por medio de retos, o resolviendo problemas graves como el del acoso a docentes o el surgimiento de una pandilla fuera de la escuela, o involucrando a los padres de familia en la formación ética de sus hijos. Si los profesores tienen una duda de cómo abordar un tema que no dominan y se espera que apliquen una pedagogía que desconocen, podría haber un sitio de Internet donde pregunten cómo impartir una clase y reciban una respuesta de manera oportuna, clara, y de preferencia con ejemplos prácticos para el nivel de su grupo.
Hay excelentes docentes en México, es responsabilidad del Estado ofrecerles maneras de actualizarse, eficaces, que les hagan sentido, les sean útiles, de manera que no se sientan presionados, sino que aprendan con gusto, lo mismo que sus alumnos.
