El COVID-19 y el futuro del Orden Internacional

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La pandemia del COVID-19 plantea retos inéditos en el mundo, tanto en el aspecto sanitario como por las consecuencias económicas, sociales y políticas que se deberán afrontar a nivel global.

En el corto plazo los esfuerzos están dirigidos al control y erradicación de la pandemia. En la parte económica a mitigar los efectos de la crisis y a sentar las bases de la recuperación económica. En este aspecto se plantea que los efectos de esta crisis son los más profundos en un siglo. El Fondo Monetario Internacional (FMI), pronostica para la economía mundial en 2020 -3.0%. En cuanto a las economías avanzadas el pronóstico es de -6.1%. En el caso de los Estados Unidos, el FMI prevé un -5.9%; la zona de los países del Euro -7.5% y para Japón -5.2%.

Para América Latina y el Caribe, dicho organismo internacional estima -5.2%. En el caso de México, el FMI, el Banco Mundial, la CEPAL, el Bank of America, JP Morgan y Credit Swisse prevé entre el -6.6 al -11.0%. En el panorama internacional esto significa el cierre de miles de empresas así como de millones de desempleados.

Un ejemplo de esta crisis económica internacional es el desplome del mercado petrolero, que podría requerir años para recuperarse. Sin embargo, para las empresas petroleras esta situación económica no es la peor de sus preocupaciones, sino el cambio climático.

mercado petrolero
Fotografía: El Economista.

Cada país deberá articular sus mecanismos de solución para sortear esta crisis. Estados Unidos, las economías más grandes de Europa y Japón, han comenzado a aplicar medidas económicas y sociales que van desde el 11% hasta el 30% de sus respectivos PIBs.

Las economías emergentes y los países pobres tienen mucho menor espacio fiscal. Sin embargo, una vez pasada la contingencia sanitaria y el rescate económico, todos deberán enfrentar los problemas de la deuda asumida. Asimismo, a nivel internacional se enfrenta la encrucijada entre mantener el confinamiento, para salvar vidas y proteger la salud de las personas, frente a las presiones para regresar al desarrollo de las actividades económicas para evitar que se profundicen las consecuencias económicas y sociales de esta crisis. Frente a este dilema es frecuente escuchar las advertencias  de que un regreso anticipado a las actividades económicas puede generar un rebote de los contagios y volver a afectar tanto la salud como la economía.

Los efectos económicos pueden ser tan graves o mayores en los países con economías emergentes, tanto por su estructura institucional como por las características socio-económicas de la población. Es difícil cumplir con el confinamiento con altos niveles de pobreza e informalidad en los mercados laborales. Además, hay que añadir que los tiempos de propagación de la pandemia han sido diferentes en las distintas regiones en el mundo. Esto dificulta la reactivación de las cadenas productivas.

La pandemia del COVID-19 es sólo uno de los riesgos globales que enfrentamos. La humanidad está sujeta a diversos riesgos. Existe, desde luego, la posibilidad de catástrofes cósmicas, como un meteorito muy pesado que se impacte contra la Tierra, o el vulcanismo y los terremotos. Pero también existen otros riesgos globales derivados de la destrucción que el hombre está causando en la naturaleza o bien directamente provocados por la acción humana.

El Centro de Estudios de Riesgos Existenciales de Cambridge señala, entre otros, la biología sintética, capaz de producir virus o bacterias con un alto potencial infeccioso o letal, o el manejo descuidado de los mismos; la geoingeniería, esto es, las intervenciones tecnológicas a gran escala para ralentizar el calentamiento global, pero sin control de los efectos secundarios no deseados; hasta los avances de la Inteligencia Artificial, hacia la “singularidad” postulada por Ray Kurzweil y sus efectos, tema que preocupa cada vez más.

Raymond Kurzweil
Raymond Kurzweil, director de Ingeniería en Google (Fotografía: TED-Talks).

Se encuentra también la amenaza nuclear, que generó enormes preocupaciones hace algunas décadas, pero que sigue vigente con cerca de 15 mil armas nucleares en poder principalmente de Estados Unidos y Rusia, pero pertenecen a este peligroso Club Francia, Gran Bretaña, China, Pakistán, India, Israel y Corea del Norte.

Pero sin duda, el problema más grave causado por el hombre que enfrenta la humanidad es el cambio climático, así como todo el proceso de destrucción de la naturaleza. Johan Rockstrom y Will Steffen identificaron nueve parámetros de soportes vitales del planeta, esenciales para la supervivencia humana y cuantificaron hasta qué punto han sido ya sobrecargados. Todos ellos están interrelacionados. Además del cambio climático, la destrucción de la capa de ozono; la pérdida de la biodiversidad y la extinción masiva de especies; la contaminación química y la emisión de nuevos compuestos; la acidificación de los océanos; la degradación de los suelos; el consumo de agua dulce y el ciclo hidrológico global; los vertidos de nitrógeno y fósforo a la biósfera y los océanos y la concentración atmosférica de aerosoles.

Esta pandemia puso de manifiesto muchas debilidades del orden internacional. Henry Kissinger apuntó recientemente en un artículo publicado en el Washington Post, que el COVID-19 nos ha mostrado que muchas instituciones han fallado. Recomienda a Estados Unidos, pero es aplicable a nivel global, fortalecer la resiliencia contra las enfermedades infecciosas, sanar las heridas de la economía mundial y salvaguardar los principios del orden mundial liberal.

Como señala Yuval Noah Harari, el desafío de los líderes es manejar la crisis mientras se construye el futuro. El fracaso puede ser catastrófico. En suma, es necesario iniciar un diálogo serio sobre la reestructura del orden internacional para enfrentar nuevos y crecientes riesgos globales en un mundo saturado y en creciente destrucción. Por último, en esta crisis hay que reconocer el liderazgo femenino. Cabe señalar el destacado papel de la Canciller alemana Angela Merkel, de Jacinda Ardern, Primer Ministro de Nueva Zelanda, de Kristalina Georgieva, Directora-Gerente del FMI, y de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de CEPAL, entre otras.


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Humberto Hernández Haddad

Brillante y oportuno artículo del Dr. Gerardo Gil Valdivia.

Anónimo

Creo que lo que mas afecta a todos son las desiciones de los gobiernos tan absurdas pues a todo le quieren sacar provecho para si mismos

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