El espíritu de Conques

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Francia es un universo a la vez unitario e ilimitado que ofrece en todos sus rincones, sobre todo en su hexágono europeo, elementos variadísimos enmarcados en la continuidad histórica que permite reconocer su identidad.

Por lo general asisto cada año al festival de teatro de Avignon que este año, sobre glosar las razones, fue cancelado. Otros horizontes me acogieron, les cuento.

Existen en Francia innumerables sitios que tienen una fuerza particular que les diferencia significativamente a unos de otros. Tal es el caso de la región de Occitania, que incluye los pirineos orientales, en el departamento de Aveyron.

Tomando carreteras terciarias se llega, después de un corto trayecto pasando desde París por la ruta al sur a la región del Perigord Noir, con su riqueza culinaria y sus vestigios prehistóricos más al suroeste, a través de una zona balonada de pequeñas elevaciones a la pequeña ciudad de Conques o Cuencas en español. Punto obligado del trayecto francés en el camino de Santiago y por tanto una región frecuentada por peregrinos de todo el mundo que encuentran en esta encantadora villa, un refugio en su largo andar. La distancia entre Conques y Santiago es de mas de 700 kilómetros, por lo general entre siete y nueve semanas de camino a pie.

En la ciudad se yergue la abacial de Sainte Foy, una de las primeras mártires del cristianismo. El maestro Pierre Soulages la intervino en la década de los años noventa del siglo pasado con extraordinarios vitrales después de largos años de investigación sobre la translucidez y la calidad de los cristales, el trabajo agrega una sobriedad y elegancia singulares al recinto religioso.

Por lo general en los meses de julio y agosto se llevan a cabo allí los Encuentros Musicales de Conques, que dieron este año el motivo principal para nuestra visita a la zona. Bajo la dirección discreta, eficaz, pertinente y elocuente de Anne Pinson, las jornadas se acortaron debido a la crisis sanitaria global y se redujeron a una semana de actividades realizadas todas bajo las normas del comportamiento y los obligados gestos barrera.

Antes de abordar el contenido expresivo de estas jornadas vale la pena que nos tomemos unas líneas para contarles del Museo Soulages que, bajo la supervisión del Maestro, fue encomendado a un grupo de arquitectos catalanes.  El museo se encuentra en la ciudad de Rodez, a unos 45 minutos de Conques, una ciudad importante en la zona del Mediodía-Pirineos. El Museo Soulages muestra una arquitectura imponente por su simplicidad bien puesta en valor por su entorno jardinado y sus muros lisos con textura de láminas de acero finamente oxidadas. Vale la pena el viaje a Rodez sólo por la visita a este impresionante museo que nos muestra la obra del maestro en todas sus etapas, desde los años 40 que hace reconocer el camino artístico de un maestro cuya huella es tan clara que una sola vista a sus trabajos marca indeleblemente las memorias. La museografía es una afirmación profesional que acompaña el extraordinario trabajo de los arquitectos catalanes.

En el camino a Rodez debe visitarse el castillo medieval de Belcastel que es un clisé de belleza y el palacio renacentista de Bournazel, decorado por la familia que le tiene en propiedad y en perfectas condiciones con un mobiliario de gran gusto y colecciones bellísimas de diversos objetos.

Pero volvamos a Conques, cuyo festival ofreció este año tres maravillosos conciertos inspirados por una intervención innovadora en la recuperación de antiguos instrumentos tradicionales. El primero, de música irlandesa, ofrecido por The Curious bards, que desde 2015 formaron un ensamble de profesionales de la música gaélica del siglo XVIII.

A diferencia de otros grupos irlandeses contemporáneos, Los Bardos Curiosos, nos ofrecen un estilo más clásico y respetuoso de las sonoridades de sus instrumentos, violín, violoncelo, harpa celta, pipos, flautas y cistro (que no debe confundirse con el sistro que es un instrumento de percusión, con aros metálicos encerrados en una herradura igualmente metálica). El cistro es una guitarra de 10 cuerdas metálicas distribuidas en ordenes dobles, caja amplia como mandolina y brazo largo, un instrumento antiguo de tres siglos que retoman para compartir una sonoridad casi perdida de tono a la vez añoso y actual. Los bardos no olvidan la voz en sus representaciones regalándonos esa caricia a la imaginación que constituyen sus relatos.

iglesia abacial de Santa Fe de Conques
La iglesia abacial de Santa Fe de Conques.

En el escenario del jardín abacial, en medio del silencio boscoso de Conques, se llevó a cabo el segundo concierto que propuso la complicitaria intervención de Michel Godard y Ursula S. Yeo. Haciéndose acompañar de la extraordinaria trompetista Airelle Besson y el tiorbista alsaciano Bruno Helstroffer.

Una particularidad de este concierto estuvo dada por las notas perfumadas de la alemana Ursula S. Yeo. Quien a lo largo del exquisito recital hunde abanicos gigantes de telas de algodón en mezclas perfumadas adecuadas a algunas de las interpretaciones. En actitud elegante y distanciada, cercana, sin embargo, de ninfas olímpicas, hermosas jóvenes, se pasan entre el público esparciendo desde los enormes abanicos, las esencias e inspirando a los músicos con exquisitos perfumes que distribuyen aromas en el ambiente que se intima y cobra un sentido más holístico. Una experiencia singular y marcante que alimenta y acentúa la memoria.

Michel Godard es interprete exquisito de la Serpiente, un instrumento que nos viene de la frontera entre el barroco y el renacimiento, hecho en madera de nogal cubierta de cuero, su forma da pie a una sonoridad cálida como tuba, pero mucho más cercana a las variaciones del aliento que lo anima. Godard se hace uno con el instrumento. Unidad que se resuelve en un espejo que muestra al intérprete y valora el instrumento, perfecta, la búsqueda constante y complicitaria de los intérpretes da pie a la intervención de una trompeta de timbre sutil que se hunde en el delicado ritmo del Théorbe o Tiorba, o archilaúd para algunos. Las piezas con diversos ritmos nos llevan sin problema del barroco al jazz, son pertinentemente perfumadas por Ursula y sus ninfas. El concierto se benefició de una noche tibia y se resolvió en favor de una audiencia extasiada y agradecida a punto de fruición colectiva: una delicia.

El tercer concierto, animado por Brothers of String, con Mathias Duplessy y les violons du monde (20 millones de vistas en Facebook), como bien lo señala André Manoukian, director artístico del festival, nos embarcan hacia una epopeya inolvidable.

cartel de Encuentro Musical de Conques

Cómo no habría de serlo, si la narrativa asociada al concierto es ya un diamante. Duplessy es un excelente guitarrista, compositor y productor artístico, cuya trayectoria a través de una geografía dispersa paricularmente en Asia, África y Europa le ha permitido entrar en contacto con músicos extraordinarios que ha sabido poner en valor. Tal es el caso de Guo Gan, descendiente de un linaje peculiar de intérpretes del Erhu, o viela duocorde de China, cuya sonoridad no deja indiferente y convida a un viaje al alma de ese milenario país; su figura afilada y su atuendo hacen además aparecer en la escena a un personaje que pudiera ser (lo es acaso) un monje budista enérgico y alto venido de lo más profundo del país que contiene el origen de sus expresiones. Epi, por su nombre abreviado, es un alegre mongol que interpreta con donaire y maestría el morin khuur, duo cordio también cuya musicalidad acompaña con un ejercicio duofónico que silva y canta. Las cuerdas del instrumento, nos explica Gérard Kourdjian, de quien hablaremos más adelante, están hechas para una sonoridad dual masculina y femenina, la una trenzada por 130 pelos de cola de caballo, garañón przewalskii de la estepa, y el otro de 110 pelos de cola de yegua de la misma raza.

Aliosha es el cuarto intérprete de origen sueco. Aliosha utiliza una viola escandinava nyckelharpa, semejante a un salterio de arco. El improbable ensamble produce preciosas armonías que legan un retrogusto único de este ensamble de cuerdas que se reconocen, admiran y hacen pasar de lo moderno a lo antiguo y lo clásico con sus diversas interpretaciones. Algunas composiciones de Duplessy, otras de los extraoridinarios vielistas, y algunas piezas del repertorio clásico español, compusieron el programa para Conques.

castillo de Bournazel
El castillo de Bournazel.

Por las tardes, la semana acoge una meditación musical con el célebre Gerard Kourdjian, quien fue nuestro magnífico anfitrión durante el festival, 40 minutos de viaje relajado y relajante a través de una propuesta musical acompañada por una respiración profunda y un vacío de todo pensamiento, otro que el de ser y estar con las notas musicales. Varios libros suyos son constantemente consultados para acompañar este procedimiento a la vez sencillo y profundo que hace vibrar los sentidos y despertar la conciencia. Gerard presenta cada día los conciertos de Conques, en la Abacial, en el Centro Europeo que alberga un excelente auditorio bien dotado o en el atrio contiguo a la abacial. Gerard, que es asesor artístico de varios festivales de música sagrada en el mundo, presenta cada día y como parte del encuentro, los instrumentos que se utilizan en los conciertos, la trayectoria de los músicos, los procesos de laudería y la pertinencia de su conjugación. En conjunto, Conques conquista cerebros, corazones y almas peregrinas. Una gozosísima recomendación para los itinerarios de verano en Francia.

*Todas las fotografías, excepto las del exterior del Museo Soulages, fueron tomadas por Gastón Melo.


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