Agradezco este texto a los Médicos del Servicio de Infectología del Hospital General de México, ellos y muchos más llevan luchando incansablemente durante toda su vida contra éste y otros seres infinitamente pequeños. Mi respeto y admiración a mis maestros, compañero y amigos que publicaron en la Revista del Hospital General de México estos conceptos.
Autores: Dr. Raúl Romero Cabello, Dra. María Luisa Hernández Medel, Dra. Silvia Noemí Martínez Jiménez y la Dra. Manuelita Zavala Pineda, médicos y profesores del Servicio Infectología Hospital General de México, Facultad de Medicina UNAM y Escuela de Medicina IPN.
Es de madrugada, tengo mucha tos y la fiebre no me deja, no puedo dormir, el cuerpo me duele, estoy sudando, siento que me voy a desmayar. Amanece y tengo temperatura de 38.5, el dolor sigue igual, me baño nuevamente; no importa que me esté bañando cada hora, pero que baje la temperatura, me falta mucho el aire, ¡no me quiero morir! Es mediodía, aún puedo firmar, me urge un notario, ya le avisé a mi hija que lo busque. No puedo estar acostada, no soporto el dolor de espalda y del pecho, lloro pidiéndole a Dios me permita respirar. Es noche y siento empeorar, la asfixia me está matando, me acuesto bocabajo, no aguanto, me bajo al suelo, no soporto, me quedo sentada en la silla toda la noche, pero no duermo, los dolores son demasiado fuertes, ahora también mucho dolor de oídos. Tengo mucho miedo, no quiero acostarme; seguro ya no paso la noche ¡ya no puedo!, como me recuerda cuando tenía 13 años y me dio hipotermia… No hay mejor definición del COVID- 19 que la vivencia del paciente.
Vino del lejano Oriente con corona sin ser rey, microrganismo esférico de la familia Coronaviridae, subfamilia Coronavirinae, los coronavirus fueron identificados por primera vez en la década de los 60 y se conocen a la fecha 39 especies, que se distribuyen en 4 géneros: alfa, beta, gama y delta; los dos primeros infectan mamíferos, a diferencia de los gama y delta que infectan a las aves (1). Los Alfa que están asociados al resfriado común son: HcoV-NL63, HcoV-229E. En los beta tenemos al SARS-CoV (causante del síndrome respiratorio agudo severo) y al MERS-CoV (causante del sídrome respiratorio del medio Oriente), ahora también al SARS-CoV2, el cual en su material genético tiene parecido al de un coronavirus de murciélago y casi un 80% de parecido al SARS-CoV. Son virus de 80 a 220 nanómetros, de ácido ribonucleico en una cadena positiva, de tal forma que pasa directamente a los ribosomas para producir las proteínas que requiere y luego copiarse, tiene una envoltura lipídica proveniente de las membranas celulares con proyecciones proteícas, que le dan la apariencia de la corona solar, a esto se debe su nombre. Tiene proteínas estructurales y no estructurales, el SARS-CoV2 posee 4 proteínas estructurales: la Proteína S, que se fija al receptor de la célula a infectar (ACE2), Proteína E presente en la envoltura, Proteína M de la matriz y la Proteína N de la nucleocápside. Proteínas no estructurales: Orf1ab, ORF3a, ORF6, ORF7a, ORF8 y ORF10, de las cuales alguna afecta al grupo hemo de la sangre (2,3).
La descripción del ciclo vital del SARS-CoV2, de manera muy simplificada, consiste en que el virus se une a los receptores celulares ACE2 de la célula a parasitar, se da la penetración del virus, dentro de la célula, el RNA viral induce la producción de proteínas, incluyendo la proteína copiadora del RNA; ya elaboradas las proteínas y copiado el RNA, el virus se ensambla, para a continuación salir de la célula por exocitosis, llevandose como envoltura una fracción de la membrana celular. El SARS-CoV2 queda libre y listo para invadir una nueva célula (2).
Desde el inicio del año 2020 la presencia de este microorganismo entre los seres humanos, primero en China y en el trascurso de los días, semanas y unos cuantos meses en todo el planeta, ha generado cambios no esperados en la dinámica de la vida, en lo individual, familiar, social, comunitario, poblacional y global. Con distanciamiento entre las personas, encierro por disposiciones de cuarentena, cambios en las rutinas de la vida y mucho más. Por otro lado ha ocasionado el desarrollo de sensación de angustia ante el riesgo de infección (miedo), hasta su máxima expresión como terror y el trastorno de pánico con episodios inesperados y repetidos de intenso miedo con dolor de pecho, palpitaciones, falta de aire, mareos, angustia y dolor abdominal, entre otros (5).
Las acciones de la atención para la salud se han visto muy alteradas: la atención del paciente de cualquier patología se cambió con la utilización de cubrebocas, mascarillas, guantes y demás objetos protectores, que han hecho una relación médico paciente diferente, al igual que médico enfermera, paciente enfermera, asistente y todo individuo presente en consultorios, clínicas y hospitales. En el caso de los enfermos con COVID-19, además de lo anterior, una vez consultada la persona e internada en la Institución, pasa a una cama, ese paso, representa la ruptura con su familia y seres cercanos, ya que nunca tendrá visitas durante su internamiento, la comunicación en el mejor de los casos y muy eventualmente será vía telefónica o por vía digital, excepcionalmente por carta escrita por su familiar, que por apoyo y compasión, lee alguien del equipo de salud al paciente gravemente enfermo.
El enfermo hospitalizado se encuentra solo, al grado de que únicamente ve figuras que lo atienden, ya que todos se encuentran con la vestimenta de protección, no ve sus caras, ni su piel, sólo caretas, mascarillas, goggles, uniformes, etc., siempre es tocado y manipulado con materiales plásticos. Al no ver la cara del médico, enfermera, técnico, camillero, afanador, etc., no conoce en manos de quién está. Conforme la evolución de la enfermedad el paciente empeora y si es necesario pasa a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde todo lo descrito se magnifica (4).
El enfermo sufre las manifestaciones clínicas en forma progresiva con la doble angustia del daño físico y la soledad. Ante la evolución terminal las últimas palabras que escucha son las de un integrante del equipo de salud, distorsionadas por el aditamento protector, sin haber sentido ni una vez más el contacto con la piel de una persona… muere en situación deshumanizada.
El fenómeno deshumanizante no acaba con la muerte, sus familiares no lo volvieron a ver, sólo en fotografía, no se pudo dar un momento de despedida, ni los rituales de separación final propios de cada sociedad, por tanto, no hay despedida ni rituales de despedida, con las consecuencias emocionales, psicológicas y religiosas. La familia y el entorno social quedan marcados (5).
En el ambito familiar se están dando enormes cambios, la dinámica familiar es otra en la cuarentena, además de encierro, hay limitación del acercamiento físico como el abrazo, el beso, el juego y el encuentro sexual, se generan trastornos emocionales, presiones económicas, irritabilidad de las personas, violencia intrafamiliar, etc.
En lo laboral la inactividad y el trabajo desde casa inducen incertidumbre, miedo a la pérdida del empleo, desconcierto de la productividad propia o el cumplimiento con lo esperado por la empresa, cambios en la remuneración y la posible insatisfacción de las demandas económicas; a su vez todo esto interactúa con la familia, también genera presión por la dificultad de cumplir con el trabajo desde casa, por las distracciones en la misma y la incomprensión de los familiares. Desde luego que hay muchas variantes en función de la actividad laboral de que se trate, los trabajadores informales se ven afectados de forma diferente, ya que su dependencia económica es directa de su actividad, cuando no se trabaja no se obtiene ingreso.
La economía, por acción de la pandemia, se ve muy alterada con riesgo a un declive hacia una magna depresión, si no se logra encontrar una fórmula que nos lleve al crecimiento y desarrollo, con la participación de todos los sectores económicos. El paro laboral se traduce en una parálisis de productividad, que nos lleva a desempleo, bajo consumo, mayor pobreza y carencia alimentaria. Esto indefectiblemente nos conducirá a cambios en las políticas nacionales y en las relaciones internacionales, con los riesgos implícitos de los cambios mayúsculos que sin duda vendrán a corto plazo. El Fondo Monetario Internacional ha publicado que la pandemia provocada por el Coronavirus nos llevará a la peor recesión económica desde la Gran Depresión (1).
Al inicio de la tercera década del siglo XXI, el SARS-CoV2, organismo infinitamente pequeño, con dimensiones de sólo algunas mil millonésimas del metro, le dio vuelta al planeta y lo trasformó al punto que la historia, ahora, se divide en: antes y después del Coronavirus (1,6,7).
Referencias:
1. Cedillo-Barron, L., V. López-Perrusquilla, C.J. García, C.G. Visosos (2020) “COVID-19, la enfermedad viral que se diseminó en el mundo”. Rev Avance y Perspectiva 6 (1): 1.
2. Cui, J., F. Li, Z.L. Shi (2019) “Origin and evolution of pathogenic coronaviruses”. Nature Reviews Microbiology 17(3): 181.
3. Guo, Y.R., Q.D. Cao, Z.S. Hong, Y.Y. Tan, S.D. Chen, H.J. Jin, K.S. Tan, D.Y. Wang, Y. Yan (2020) “The origin, transmission and clinical therapies on coronavirus disease 2019 (COVID-19) outbreak – an update on the status”. Military Medical Research 7(1): 11.
4. Guan, W.J., Z.Y. Ni ZY, Y. Hu, W.H. Liang, C.Q. Ou, J.X. He, et al. (2020) “Clinical characteristics of coronavirus disease 2019 in China”. N. Engl. J. Med., Feb 28.
5. Ho, C.S., C.Y. Chee, R.C. Ho (2020) “Mental health strategies to combat the psychological impact of COVID-19 beyond paranoia and panic”. Annals of the Academy of Medicine, Singapore, 49(1): 1.
6. Li, Q., X. Guan, P. Wu, X. Wang, L. Zhou, Y. Tong, et al. (2020) “Early transmission dynamics in Wuhan, China, of novel coronavirus-infected pneumonia”. N. Engl. J. Med. 382(13): 1199.
7. Perlman, S. (2020) “Another decade another coronavirus”. N. Engl. J. Med. 382: 760.
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