La semana pasada surgió la noticia del fallecimiento en Nueva Palestina, Ocosingo Chiapas, de una alumna de la carrera de Médico Cirujano de la Universidad Autónoma de Chiapas que se hallaba haciendo su Servicio Social en esa comunidad, tenemos sólo versiones periodísticas que nos relatan que apareció muerta en su habitación el día 27 de enero con huellas de asfixia por estrangulación, que fueron atribuidas inicialmente a suicidio, aunque después se han venido desmintiendo. Si se suicidó o fue asesinada, aunque cambia mucho el fondo del asunto, sigue mostrando muchas dificultades por las que transcurren ahora los estudiantes en Servicio Social.
Al parecer la alumna venía siendo acosada e incluso violada, por lo que asistió con las autoridades sanitarias y escolares a presentar una queja o una denuncia, y pretendiendo renunciar, sin embargo, la conminaron a tomar unos días de descanso y regresar a su plaza, uno o dos días después de regresar sucedió la tragedia. Para colmo su cuerpo fue incinerado, con lo que las averiguaciones serán más difíciles. En todo caso, queda claro que una mujer sola, desarraigada de su ambiente familiar, que se siente acosada y quizá violada, acude con sus autoridades, las que en lugar de intentar solucionar el problema –un simple cambio de plaza hubiera bastado–, le indican seguir en el mismo sitio, sin tomar otras medidas y dejándola abandonada. Por los datos que tenemos estaba más o menos a la mitad del tiempo que se les exige a los médicos para cumplir el requisito de Servicio Social.
El Servicio Social se estableció en la UNAM a principios de los años 30, el presidente Calles y los presidentes que le siguieron, unos interinos y otros electos, se enfrentaron a una opinión que empezó a extenderse entre parte de los miembros del gobierno revolucionario, formado fundamentalmente por Generales. Consistía en que la UNAM era una instancia elitista, que no se acercaba al pueblo y por tanto invertir en ella era antirevolucionario, lo que además ocasionaba que las condiciones económicas de la universidad empezaban a ser críticas. Uno de los que encabezaban esta postura era el General Saturnino Cedillo, que había pasado de ser orozquista, anticarrancista, siendo miembro de la Convención y luego obregonista; fue ministro de agricultura en el efímero gobierno de Ortiz Rubio, para luego tener el mismo cargo al principio del gobierno del general Cárdenas, luego pasó a ser gobernador de San Luis Potosí, donde se levanto en armas y fue combatido hasta derrotarlo y morir en la batalla.
A su llegada Lázaro Cárdenas decidió combatir esa corriente, la que suponía a la universidad como elitista, se sirvió de su relación con los rectores Ocaranza, primero, y Chico Goerne, quien culmino el proyecto; y sobre todo de su relación con el Dr. Gustavo Baz, quien era director de la Escuela de Medicina, para implementar un plan que desvirtuara esa opinión. Se creo el Servicio Social, estableciendo una instancia universitaria que lo manejara, para quitar todo viso de acción gubernamental y se estableció en 1935, siguiendo como modelo uno que se desarrollaba en el Reino Unido. Desde 1928 en Europa corrían tendencias para acercar a la universidad, ayudando a los más necesitados con las acciones de los egresados.
Por su cercanía, además de con el rector Chico, con el Dr. Baz se empezó con la escuela de Medicina, al principio en grupos pequeños, pero al cabo del tiempo se estableció como un requisito, formal e ineludible. Los alumnos antes de terminar sus estudios y para poder graduarse tenían que estar un año en una comunidad rural, siendo responsables del Centro de Salud de la comunidad. Para ello se establecieron las plazas y se dotó de un estipendio a los alumnos. El resto de las licenciaturas o no participó o lo hizo relativamente, muchas tienen obligación de realizar Servicio Social, pero lo pueden hacer durante sus estudios y a tiempo parcial. Los médicos tienen que hacerlo durante un año, al final de los estudios y generalmente en una comunidad rural. Así el servicio social surge como una acción política y en ningún momento con consideraciones académicas, se le fueron añadiendo en el camino, pero nunca de una manera ni formal ni organizada.
Yo realicé mi Servicio Social en 1969 en una comunidad rural del estado de Puebla, que ahora es prácticamente suburbana y, por cierto, muy conflictiva, resultó una experiencia extraordinaria, y que me ayudó a iniciarme como médico. Desde luego, antes de irme nadie me instruyó qué tenía que hacer y cómo, llegué a los Servicios Coordinados del estado y de ahí me mandaron a la Jurisdicción Sanitaria y luego al Centro de Salud B que sería mi sede y mi responsabilidad. Poco a poco me fui apropiando de las responsabilidades y las obligaciones y, al final, sin duda, el autoaprendizaje resultó absolutamente enriquecedor, porque me enseñó, me obligó a tomar decisiones, que al final es la tarea del médico.
Resalto que fui recibido muy cordialmente por muchas personas y ayudado por ellas, que mi vida personal transcurrió muy gratamente, a pesar del cambio de un individuo absolutamente urbano y cobijado por su familia a la vida solitaria y rural que pasé durante un año. El salario o beca que me otorgaron era muy abajo aun para la época, pero alcanzaba para pasar la vida, que tampoco implicaba grandes gastos; pronto aprendí a tener algunos ingresos extras con alguna consulta privada, lo que estaba permitido, y la situación económica no acabó siendo un problema.
Al final, creo que se cumplió el objetivo, no escrito, del Servicio Social, el inicio de una vida profesional como médico. Pero la situación ha cambiado mucho en estos más de 50 años, primero académicamente; aunque en la medicina siempre el enfermo ha sido lo más importante, no estaba desarrollado el concepto de Seguridad del paciente, que obliga a un aprendizaje cercanamente supervisado, no puede dejarse sólo al alumno decisiones que pueden resultar trascendentes, muchos intentos se han hecho sin conseguirlo, para brindar al SS un programa académico.
El cambio social y académico que ha acontecido en nuestro país es notable, los pasantes no son ya recibidos, cuando menos siempre, con cariño y deseo de ayudarlos en sus acciones, existe una gran violencia, en todo el país, de la que no escapan las comunidades donde son asignados los alumnos, y por lo tanto son víctimas de ella. La beca o salario se ha venido empobreciendo y ahora no alcanza para vivir durante su estancia, por eso el estudiante de medicina y su familia tienen que hacer un esfuerzo para conseguirlo. Pero, ¿por qué ha sobrevivido el SS?, porque los pasantes hacen las veces de médico de atención primaria en los servicios de salud de esas comunidades con un salario bajísimo, sin costos laborales y con un recambio anual que impide una evaluación seria del sistema.
No me cabe duda que no existiendo un sustento académico, al realizarse este aprendizaje solitario sin supervisión, se agreden varios conceptos fundamentales, especialmente los de la seguridad del paciente; su existencia queda seriamente expuesta. La atención en los centros de atención primaria debe ser resuelto de otra forma con la asignación de personal profesional adecuadamente formado. El año que quedará a los alumnos al suspenderse el SS puede ser ocupado para cursar materias que realmente los preparen al ejercicio profesional que, por cierto, tanto ha cambiado en los últimos años.
Lecturas recomendadas:
– Enrique Graue Wiechers. 80 años de Servicio Social. México Social: 2015; 8:15.
– Ivonne Meza Huacuja. De la universidad al campo: El establecimiento del servicio médico social en la UNAM. HMex 2014; 64 (2): 607-644.
– Cristina López García, Francisco Xavier López Lara, Arturo Estorgio Rojas Sánchez. Programa de formación académica para el Servicio Social en medicina: una propuesta de evaluación. Congreso Nacional de Investigación Educativa. San Luis Potosí, México. 2017.
– Enrique Graue Wiechers. El Servicio Social en Medicina a 75 años de su instalación. Gac Med Mex. 2012; 148: 276.
– Gustavo Nigenda. Servicio social en Medicina en México. Una reforma urgente y posible. Salud Pública Mex. 201;55(5).
– Elda Montero Mendoza, Marcelina Cruz Sánchez. Servicio Social en Medicina en el primer nivel de atención médica: de la elección a la práctica. Rev Educ Sup 2014; 43, 172.
– Joaquín López Bárcena, Marcela González de Cossío Ortiz, Mónica Velasco Martínez. Servicio Social en Medicina en México. Factibilidad del cumplimiento académico en el área rural. Rev Fac Med (Mex), 2004; 47(5).
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Entiendo, entonces que desaparece en SS, pero de todo esto es la vulnerabilidad (sobretodo de las mujeres) con el fenómeno inexplicable y fuera de control de los feminicidios. El problema es que tengan ( o tenían) que ir a esos lugares sin ley. Que tristeza lo que está pasando en nuestro México
El servicio social cumplió una función formativa indudable. El problema es.la estructura de salud que menosprecia la aportación de lospasantes, no los apoya ni supervisa, no los protege y sí los explota.
Pienso que el SS es una experiencia muy determinante en el inicio del desarrollo de un profesionista. Desafortunadamente las mujeres actualmente están viviendo una situación completamente insegura y sufren situaciones terribles que terminan con su vida después de estar entregadas a su carrera y sacrificando en la mayoría de veces no estar con la familia , olvidarse de su vida social, carecer del factor económico y todo por entregarse a una profesión en la cuál quieren ayudar al ser humano con sus conocimientos e investigaciones y finalmente pierden la vida y se destroza la familia de una persona que quiso hacer lo mejor en su vida. Que tristeza de verdad.
Tema muy discutido pero sin ningun ninguna toma de decisiones que sean adecuada a las necesidades de atención a la salud, la realidad social de nuestro país y sin un programa de apoyo y supervisión educativa. Cómo está hoy el SS es un despropósito
Anotó que cuando hice el servicio social en 1962 como estudiante de la FM UNAM era de 6 meses,valdría la pena revisarlo