Un idealista es un hombre que, partiendo de que una rosa huele mejor que una col,
deduce que una sopa de rosas tendría también mejor sabor.
Ernest Hemingway.
Un día, mi hija apoyando a mi nieta que estaba en kínder, le explicaba acerca de las especies animales y sus características particulares. Le tocaba hablar de la serpiente. Entonces mi hija le preguntó: ̶ Sofía, ¿una serpiente es un animal mamífero, insecto o reptil? Mi nieta le respondió: ̶ ¡Peligrosa mami, peligrosa! Asimismo en política la ingenuidad es peligrosa, pero la democracia debe seguir.
Para manosear una serpiente venenosa se requiere conocer sus características y haber aprendido cómo tratarlas, es un proceso de años. No cualquiera lo sabe hacer; hacerlo –sin saber– es ponerse en peligro por ignorancia y por ingenuidad.
En la actualidad hay quienes en México están jugando con una serpiente venenosa, juegan al patriotismo, haciendo llamados a que Andrés Manuel López Obrador dimita. Hay muchos convencidos de que es la mejor salida a los males del país.
Me parece que los intereses políticos, por parte de los que sí saben qué quieren (electorismo) dentro de MORENA, y de aquellos que quisieran que el presidente deje la presidencia voluntariamente (o incluso hay quienes desean que muera para que haya cambio de presidente), es gente muy peligrosa para la nación. Tan peligrosa que son más peligrosas que el propio AMLO y su megalomanía.
Entiendo el afán dada la situación que se vive, pero la fiebre no está en la sábana, decía Omar Torrijos Herrera. No seamos ingenuos, que se vaya AMLO es una postura poco inteligente y nada beneficiosa, si bien el puesto, dado los resultados por lo pronto, le ha quedado grande.
Sostengo que cuando un político ofrece más de lo que puede dar objetivamente se expone por ingenuo, por osado, por ignorancia o porque lo que en verdad le interesa es llegar al poder.
Cuando esto ocurre, unos lo hacen por soberbia, por egocentrismo, por megalomanía, por narcisistas; u otros también porque no les importa nada con sus electores. Sólo se importan así mismos y su propio proyecto de vida.
En estos casos, lo peor es estar convencidos de que lo que dice y hace es absolutamente lo que debe hacerse porque sí y nada más porque sí. La historia está plagada de dirigentes y líderes con esos trastornos.
Sin embargo, estoy convencido que lo mejor para el país es que el presidente termine bien su mandato. Que llegue sano al final y diga adiós; de lo contrario, si no terminara, caeríamos en un estado de desestabilización a tal grado que sería peor el caldo que la albóndiga en tanto la polarización de siete pares que él mismo ha propiciado. Aún eso.
El Artículo 84 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reza: En caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo.
De suceder algo así (que sería lamentable), le tocaría a Olga Sánchez Cordero en el caso de seguir como secretaria de Estado. ¿Creen ustedes que ella podría con el potro?
Luego vendría el interino, que de darse tal situación, ya hay en fila varios, por ejemplo: Gerardo Fernández Noroña, quien se sacaría un ojo por ser presidente. También estarían esperando otro como Martí Batres Guadarrama; uno más distante es Marcelo Luis Ebrard Casaubón, y otro, Ricardo Monreal Ávila; aunque estos dos últimos quisieran el pastel de seis años y no la sobra de un sexenio cargado de tropiezos. ¿Creen que las cosas serían mejor con alguno de ellos?
Sin entrarle más a quitar costras a la herida, sostengo que debe haber mesura objetiva, paz social y buscar un antídoto y no es la ingenuidad. Si supiera mi nieta sobre este asunto, le preguntaría qué piensa de la ingenuidad, de seguro respondería: ¡peligrosa abue, peligrosa!
El tema de por sí es inagotable y tengo claro que este escrito no va a detener a nadie que esté contra AMLO y tampoco será la inspiración de conciencia para nadie en función de ser más responsables como oposición.
Antes de seguir dejo establecido que, en tan sólo un año y casi siete meses, desde el 1 de diciembre de 2018, el actual gobierno federal no evidencia claramente los resultados que prometió en la materia económica, ni en la de seguridad, tampoco en la política social, ni en la salud y ni decir de la educativa, entre otros aspectos.
Y lo menos evidente es la inexistencia de la corrupción y el neoliberalismo pese a que se habla mucho de haberlos abatido, si bien sí se ha establecido cierto rigor fuera de faramalla.
También es cierto que el país –con todo y todo– no está manga por hombros como se quiere hacer ver por parte de quienes se oponen políticamente. Yo, por ejemplo, lo adverso porque considero que hubo desde un inicio y hasta ahora, engaño; sin embargo, no creo que el asunto se resuelva empujando al presidente a dimitir.
En primera instancia no creo que sea una ruta viable bajo ningún criterio, de hecho, tampoco lo permitirían los militares, si bien antes no estuvieron de acuerdo con la llegada de AMLO; razones por las que se aprobó en el anterior sexenio la Ley de Seguridad Interior que les daba plenos poderes.
Pero nada tontos, permitieron que la Ley fuera abolida en este sexenio, sobre todo por la buena negociación con la clase castrense, en virtud de nuevos y más beneficios como el logrado con la construcción del aeropuerto de Santa Lucía y una sección del Tren Maya, donde ellos obtendrán pingues ganancias legales, sin necesidad de coludirse con la delincuencia organizada, aunque tampoco se han desvinculado del todo, según se dice.
Es por ello, que teniendo el presidente el apoyo de los militares, es casi imposible que haya un derrocamiento por presión social. Además, en la democracia es normal que las protestas antigobierno sucedan.
Es, en México, una fórmula para desviar el criterio que caminamos por la ruta de Venezuela, a la que al grito de ¡Maduro está cerca!, se forma la tembladera hasta de los aliados del régimen pro-omnipotencia.
Por otro lado, no es cierto que en este sexenio es cuando se permiten las protestas y la práctica verdadera de la democracia o la libertad de expresión, ¡falso! Eso viene de antes, quiérase o no admitir; inició con los gobiernos panistas y hoy –por lo pronto– se consolida.
El propio AMLO no sólo protestó cuando quiso y como quiso, sino que abusó de la democracia al crear verdades a su manera, mismas que yo le llamo engaño para lograr que tantos creyeran en el discurso de una megalomanía y narcisismo subyacentes.
Sin embargo, muchos ya están poniendo reversa. Algunos no sólo no están con él ahora, incluso niegan haberlo apoyado. No sé si por arrepentimiento, por vergüenza, por impotencia o cobardía.
Lo cierto es que –insisto– no hay los cambios que se gritan, ni por mucho que se diga haber otros datos. Pero no es con la incitación a que AMLO deje el cargo como se van a solucionar las contrariedades. El país requiere mesura, prudencia, tolerancia, y, definitivamente, respeto, paz y amor social de verdad.
Porque si bien al presente, con todas las leyes y decretos a modo, el gobierno federal no ha logrado mecanismos plenos para acabar con lo indeseado del pasado y presente, tampoco la oposición tiene las formas cuajadas para lograrlo.
Si la polarización no resuelve nada, tampoco que dimita AMLO. Eso es pura ingenuidad política o un pensamiento políticamente suicida para el país. Lo de peligro para México es verdad, pero afirman que en todos los sectores se defiende la democracia. ¿Le suena?…
“Cuando a tu yo verdadero lo lastiman, se levantan los yo falsos para protegerlo”
(Bernardo Stamateas).
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Yo creo en este momento en dos situaciones posibles:
1.- Existen ciclos de comportamiento, en este caso sería una pauta nacional, si hubo una revolución entre 1810 – 1824, otra entre 1910 – 1917, es muy posible que ya haya iniciado otra revolución desde 2018…
2.- Existen aprendizajes y cambios de tipo distinto orden lógico, esto a mi parecer quiere decir que antes si el PRI no funcionaba, se votaba, por el PAN, si el PAN no funcionaba, entonces se votaba por el PRD, si el PRI no funciona, entonces se vota por MORENA, y si MORENA no funciona (en lugar de lograr la consciencia de que nadie ha adquirido los secretos del Universo y que la realidad es muy compleja), se va a buscar un nuevo salvador… y supongo que la opción van a ser “nuevos partidos” (aunque a estas alturas ya es bastante evidente que no sirven más que para fines egoístas) o candidatos independientes.
Supongo que lo más probable es que MORENA intente lograr y logre casi todo el poder en 2021 y para 2024 haya tanta fractura que cualquier nuevo mesías sea una opción.
También sería muy cuidadoso de una posible tercera revolución en la historia del México contemporáneo con o a pesar de la 4T. Hace semanas que hubo una marcha para que renunciara AMLO, alguien grito “Pinches ridículos los obreros movemos al pueblo”, esa frase oculta una especie de epifanía ya que no estaba a favor o en contra del gobierno actual sino que es una especie de despertar y a mi modo de ver no está a favor o en contra de la 4T y es una posibilidad que un cambio en la sociedad mexicana pueda ocurrir semejante despertar con o sin la 4T.
Yo creo en este momento en dos situaciones posibles:
1.- Existen ciclos de comportamiento, en este caso sería una pauta nacional, si hubo una revolución entre 1810 – 1824, otra entre 1910 – 1917, es muy posible que ya haya iniciado otra revolución desde 2018…
2.- Existen aprendizajes y cambios de tipo distinto orden lógico, esto a mi parecer quiere decir que antes si el PRI no funcionaba, se votaba, por el PAN, si el PAN no funcionaba, entonces se votaba por el PRD, si el PRI no funciona, entonces se vota por MORENA, y si MORENA no funciona (en lugar de lograr la consciencia de que nadie ha adquirido los secretos del Universo y que la realidad es muy compleja), se va a buscar un nuevo salvador… y supongo que la opción van a ser “nuevos partidos” (aunque a estas alturas ya es bastante evidente que no sirven más que para fines egoístas) o candidatos independientes.
Supongo que lo más probable es que MORENA intente lograr y logre casi todo el poder en 2021 y para 2024 haya tanta fractura que cualquier nuevo mesías sea una opción.
También sería muy cuidadoso de una posible tercera revolución en la historia del México contemporáneo con o a pesar de la 4T. Hace semanas que hubo una marcha para que renunciara AMLO, alguien grito “Pinches ridículos los obreros movemos al pueblo”, esa frase oculta una especie de epifanía ya que no estaba a favor o en contra del gobierno actual sino que es una especie de despertar y a mi modo de ver no está a favor o en contra de la 4T y es una posibilidad que un cambio en la sociedad mexicana pueda ocurrir con o sin la 4T.