Entramos a la fase más delicada de esta pandemia que nos ha cambiado la vida por completo y hoy, más que nunca, mantenernos en casa, aislados, es una cuestión de salud o de grave enfermedad.
En estas condiciones creo que empezamos a sentir que muchas cosas pierden sentido: el tiempo, las rutinas que teníamos, la vestimenta o hasta la higiene personal, pero aquí no perder la brújula será la diferencia para superar esta crisis y las que vengan.
Por eso es importante pensar en el presente, resolver lo que podemos ahora, reforzar nuestros lazos familiares y de amistad vía remota, y reflexionar sobre cómo podemos aprovechar el tiempo que tenemos en las manos.
Si ya nos sentimos aburridos o desesperados tomemos en cuenta que nuestras vidas muchas veces son un camino de superación de obstáculos y que esas hazañas que hoy apreciamos a través de las enfermeras, los doctores, los policías o los bomberos, entre muchos auténticos héroes durante esta pandemia, son realizadas por personas igual a nosotros y que las han venido haciendo mucho antes de que surgiera este tipo de coronavirus.
Reconocer que somos capaces de sobrepasar lo que parece imposible es un rasgo de la especie humana. También lo es rectificar y mejorar todo aquello que nos impedía tener un buen y bien vivir; esa oportunidad la tenemos ahora que debemos quedarnos en casa.
Aquí es donde pensar de manera diferente para inspirar, crear, prevenir y construir liderazgo, se vuelven actividades que cualquiera puede hacer empezando consigo mismo y extendiéndolo a la familia, a los amigos, a nuestra comunidad inmediata.
Muchas de las grandes ideas, de los conceptos que transforman nuestra existencia, surgen de los momentos más complicados. Lo que muchos podían considerar impensable en tiempos de calma y estabilidad, se convierte en el cimiento de nuevas formas de pensar y de actuar que nos ayudan a vivir en mejores condiciones.
Sin embargo, no es sencillo; la historia de nuestras comunidades así lo demuestra, porque la resistencia al cambio es poderosa y, sobre todo, brinda comodidad. Salir de nuestra zona de confort nunca es fácil, ya que nos da una falsa sensación de seguridad, aunque nada en esta vida lo sea.
Hoy enfrentamos un reto enorme, semejante sólo a lo que algunos de nuestros abuelos vivieron y que en muchas partes de nuestra historia está relatado: peligros que nos acechan e impulsan al mismo tiempo a encontrar maneras en las que podamos aportar en beneficio de la mayoría.
Una frase que escuché hace poco pone el ejemplo del que hablamos: “si no sabes para qué vives, todavía no has vivido” (Rav Noaj Weinberg). Hallar sentido es primordial para atravesar por estos momentos, y si ya sentimos que esta situación inédita nos rebasa, pidamos ayuda y cambiemos malos hábitos.
Para ello reiteramos constantemente que tenemos a disposición de todos el 5511-8575-55, la línea de auxilios emocionales de Confianza e Impulso Ciudadano A.C., sus redes sociales y vía WhatsApp el 55-2323-0303.
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