España, una casa Latinoamericana

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Llegar a Madrid es descubrir en nuestra identidad latinoamericana  un espacio significante.

Mirar en la calle, en los transportes públicos, en los restaurantes algunas figuras goyescas otras ya retratadas por Velázquez,  es cuestión de reconocer los acentos de  la identidad. Así como el hispano mira en Quito,  Lima o en México, algunos rasgos  acentuadamente quechuas u otomíes que prevalecen sobre las afiladas narices españolas y los larguiruchos rostros asturianos, los fortachones celtas gallegos o los morochos Vascos,  así el latinoamericano en España descubre la diferencia en el acento de los fenotipos.

Los rubios estudiantes, las altas figuras de hombres y mujeres ,  la moda y un diseño que ha hecho las mayores fortunas del país, como la de Amancio Ortega,  con Zara, Balenciaga, Adolfo Domínguez, Mango, Don Algodón, Purificación García, entre muchos, coinciden con una oferta culinaria de grandes maestros, medianos oficiantes y pequeños comerciantes de la industria alimentaria.

La infraestructura de servicios públicos es a veces muy superior a la de los estándares europeos. Su metro es silencioso, ágil y bien trazado, sus autobuses impecables y modernos, sus trenes son referencia.

Los museos Thyssen, Reina Sofía, del Prado, Arqueológico, por mencionar los mas conocidos son de una riqueza singular en el continente y conservan algunos de los mayores tesoros pictóricos y escultóricos del mundo.

La Corona Española es al tiempo referencia de los mayores escándalos de corrupción y de la mas rancia y añosa nobleza europea, siendo la mas antigua casas¡ de gobernantes en Europa..

La Industria española en Madrid y sus alrededores está orientada a los grandes bancos, Caixa, Santander,  BBV,  la aviación, con Airbus, por la industria de las telecomunicaciones con Telefónica,  aunque no haya mucho desarrollo tecnológico como en Francia o Alemania. Iniciativas como Emprende Madrid, que buscaba reforzar la innovación y el emprendurismo, fracasaron.

Las Universidades son referente europeo en algunos casos como el IE,  otras como la Complutense , la Carlos III, la Menéndez Pelayo, pelean con programas innovadores una matrícula en recesión.

El gobierno no parece hoy convencer ni a sus propios correligionarios en la derecha. Su revisión de la ley de Aborto esta siendo cuestionada en toda geometría política.

España se queja  y sin embargo goza de un estándar de vida privilegiado. Alemania se lleva a sus mejores ingenieros y  científicos, otros profesionales se buscan espacios en América, el número de desempleados si bien ya no crece, tampoco disminuye de modo significativo.

El turismo sigue siendo una fuente de ingresos importante y se le sabe mimar, se le comprende y trata bien, muy bien, mejor que en Italia o Inglaterra. España gusta. Granada sigue siendo uno de los destinos mas solicitados por los estudiantes del programa Erasmus y sabe hacer gozar a los jóvenes que han hecho de esa joya andaluza su bastión predilecto.

Siguen muchas ciudades romanas como Mérida siendo redescubiertas. En Cantabria Altamira nos remite a los primeros artistas cromañones, Santillana y su Colegiata, son un primor,, en Santander la elegancia es insospechada, en Barcelona el rabal marca la pauta en arte con iniciativas  creativas extraordinarias y reivindicando su excepción cultural.

Recientemente viste Trujillo, en Cáceres y quede sobrecogido de su belleza austera, con su imponente Pizarro, que dicen es en realidad Cortés pero que no fue aceptada la escultura en México , de modo que en la cabalgata de vuelta a España se convirtió en Cortes. Y hablando de caballos, cabalgué hace un año de O Cebreiro en Lugo, Galicia  hasta Santiago de Compostela y arriamos potros en la sierra para acompañar después la rapa das bestas  en Sabucedo, una España medieval que abre sus puertas para quien quiera mirarla y dejarse sorprender.

Visite España por primera vez en 1971,  y he vuelto muchas, incontables veces para hacer de estas tierras, un poco ya mi casa también.

Soy un mestizo y me reclamo latinoamericano o mas precisamente un latino de América, pero no dejo como muchos, como la mayoría quizá, de sentirme en España también como pez en el agua. Un pez distinto en un agua diferente pero pez al fin.

He comentado con mis amigos españoles, la conveniencia para ellos de ser mejores con Latinoamérica de lo que son con Europa.  Si la noción de Iberoamérica hace sentido, será porque España aprenda a tejer desde sus diferencia la armonía de identidad en el amplío territorio de la hispanidad. Una América sin rencores y una España renovada en su asentir de una conquista traducida en sensibilidad, curiosidad, capacidad de diálogo y sensible intercambio de saberes, de sentires, de sabores y placeres.

 

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