Espiritualidad en tiempos de pandemia

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En estos momentos la vida nos reta con un acontecimiento extraordinario, seguramente el más fuerte que nos ha tocado vivir a esta generación y, para muchos, el más difícil de su existencia. Ninguna certeza de raza, cultura, posición económica, afiliación política, educación, género, religión, edad, ni alguna otra que se nos pueda ocurrir nos asegura quedar exentos de las consecuencias en salud y/o económicas que la pandemia trae consigo. Como tampoco, las explicaciones, los escenarios, ni las estadísticas más apocalípticas son oráculos dramáticos de nuestro destino personal ni comunitario.

En efecto, estamos sometidos a una experiencia que ha roto nuestro orden, nuestra rutina, nuestra manera de resolver las tareas cotidianas; sin embargo, esta situación también es la oportunidad para descubrir que no son las únicas y que podemos encontrar nuevas formas para solventar la existencia mientras pasa la emergencia.

La pandemia es una realidad que no elegimos, pero sí podemos decidir cómo enfrentarla para hacer de este acontecimiento un camino para fortalecernos y humanizarnos. Para ello necesitamos coordinar la fuerza espiritual presente en nuestra persona, aunada a los pensamientos correctos para reconocer los recursos internos con los cuales ya contamos, examinar las posibilidades que nos ofrece el entorno y establecer las estrategias pertinentes para lograr nuestro objetivo. Aquí están algunas recomendaciones.

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Ilustración: Jonathan Bartlett
Aceptar la realidad

Independientemente de lo dramática o adversa que pueda ser una situación, es la que es, reconocerla y aceptarla permite lidiar con ella sin disminuir ni exagerar el suceso. Para considerar los auténticos límites es necesario acudir a fuentes fidedignas y adaptar la conducta de acuerdo a la exigencia del momento.

Verbalizar

Expresar las emociones y sentimientos presentes especialmente con personas que ayuden a contener las sensaciones. En este sentido, si no se conoce alguien en particular que pueda proporcionar este apoyo, hay una serie de líneas telefónicas de ayuda disponibles, algunas con horarios limitados y otras 24/7. Es conveniente averiguar los números telefónicos y tenerlos a la mano para acceder fácilmente a ellos en caso necesario.

Evitar la sobre exposición

Si bien es necesario estar enterado, la exposición constante principalmente a situaciones extremas fuera de la región, puede incrementar la preocupación, el miedo y la angustia, sobre todo en personas vulnerables. En este momento sólo es indispensable saber qué corresponde hacer dependiendo de la actividad y las condiciones personales; el resto de la información se puede evitar con el fin de conservar la calma y un estado de ánimo favorable.

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Ilustración: Léna Fradier.
Administrar

Administrar el tiempo, los espacios y las actividades durante la cuarentena es vital para establecer una rutina que nos dé orden, armonía y tranquilidad. Si se vive solo es importante establecer comunicación remota con familiares y amigos. Si se vive en familia o con otras personas también es primordial acordar tiempo privado para cada uno de los miembros y que éste sea respetado por todos.

Confiar

Confiar en dos cosas principales: primero, que esta situación va a pasar, tarde o temprano, acabará; segundo, que dentro de todas las personas ya están las habilidades necesarias para enfrentar cualquier situación que se presente, las cuales sólo esperan la oportunidad para salir y mostrarse.

Paciencia

Una de las cualidades más importantes a desarrollar durante este tiempo es la paciencia. Aún no sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo va a llevar la emergencia, así que es importante aprender a conservar las energías y el ánimo para aguantar el tiempo que sea necesario.

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Ilustración: Artigan Creation.
Cuidar

Cuidar tanto nuestra salud física, mental y espiritual como la de los demás. Conviene reconocer que podemos ser portadores del virus aun cuando no presentemos síntomas. Por tal motivo, si necesitamos salir de nuestras casas, mantengamos las medidas pertinentes para evitar contagiar a otros. También evitemos reenviar información que puede inquietar a otros independientemente que a uno le guste.

Apoyarnos de la propia creencia religiosa o espiritual

Independientemente de la religión o filosofía que se tenga, todas ellas proporcionan a sus seguidores prácticas específicas para aplicar en momentos de crisis. Acudamos a ellas con una visión reflexiva e incluyente, que vea por nosotros mismos y también por los demás.

Comprensión comunitaria

Ésta es una emergencia que nos afecta a todos y que requiere de todos salir de ella de la mejor forma posible. Nos faltan aún muchas semanas por delante, prepararnos para la peor parte y unirnos para salir de la eventualidad. Hagamos un solo frente, independientemente de nuestras diferencias, y agradezcamos a quienes arriesgan su vida por mantener nuestra salud y bienestar.

Para terminar, aceptemos que esta emergencia pone en crisis dos características de este tiempo: la inmediatez y la individualidad. Seguramente, con el tiempo reconoceremos que la espera genera esperanza, que sin los demás no somos nada porque todos necesitamos de todos, y que la paz es una condición interna que se construye en, por y a pesar de la adversidad.


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Martha Aguilar Ibarra

Muchas gracias, muy valiosa tu aportación, si me permites la voy a compartir con mis demás contactos
ismarthaa@hotmail.com

Griselda García

Gracias por la orientación y el estímulo que nos da este artículo. Todos los puntos mencionados son importantes pero empezar por el reconocimiento de la realidad es fundamental.

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