Gonzalo N. Santos: vergüenza y deshonra para el Ejército Nacional y para México

Lectura: 6 minutos

Mucho agradezco a Don José Antonio Aspiros Villagómez y a Don Carlos Ravelo la atinada corrección que hicieron a mi escrito en donde erróneamente aparece el nombre “González N. Santos” en lugar de Gonzalo N. Santos, mismo que fue debido a la autocorrección que realizó la computadora. El nombre correcto y completo de ese hombre era Gonzalo Natividad Santos Rivera.

Independientemente de la corrección que mucho agradezco, debo señalar que el número de comentarios que he recibido por la referencia que hice acerca de este individuo, ha sido enorme, y siempre hablando de su conducta delincuencial y lo nocivo que fue para México, pues sus acciones lo convirtieron en un auténtico estereotipo de lo que ha sido la corrupción de la política y la administración pública mexicana durante más de 90 años. La foto que presento a continuación muestra su enorme frivolidad y la poca seriedad del individuo que fue una vergüenza para la política y la milicia mexicana, pues aparece como un remedo de militar usando la gorra oficial como un “pachuco con mucho estilo”, como muchos de los característicos seguidores de Álvaro Obregón y Calles.

gonzalo n santos
Gonzalo Natividad Santos Rivera, ex político y militar mexicano

Incluyo a continuación algunos comentarios sobre su nefasta participación en la política mexicana. Al igual que Abelardo L. Rodríguez, fue otro de los consentidos de Obregón y Calles, considerado como el primer presidente mafioso por un reportaje de History Channel, pues se dice que en su rancho “El Gargaleote”, dedicado a la ganadería, también cultivaba mariguana y amapola.

Sin embargo, el régimen priista, para aprovechar sus conocimientos de ganadería y fortalecer a las instituciones corruptas que creó y tanto cacareó Calles, lo nombró Subsecretario de Pesca y, para que conocieran las finezas y exquisitos modales de los “políticos mexicanos” en el exterior, Santos también fue nombrado Embajador de México ante el reino de Bélgica.

De Gonzalo Santos se puede decir cualquier cosa, empezando porque fue un líder corrupto, asesino y sanguinario que en sus memorias, con enorme y sorprendente cinismo, hizo un recuento de algunas de sus raterías y hasta de algunos de los asesinatos que cometió, sosteniéndose como cacique del Estado de San Luis Potosí gracias al apoyo que todos los presidentes de México hasta 1978, año en que el gobierno Federal con López Portillo a la cabeza, decidió acabar con sus privilegios y le confiscó su latifundio, dos meses después de lo cual falleció.

A Santos le cabe el nada agradable honor de ser reconocido como un paradigma de la corrupción en la política mexicana.

En 1927 Santos encabezó a la fracción parlamentaria que promovió la modificación a la Constitución para permitir la reelección de Álvaro Obregón en 1928, señalando que iba a darle un sacudida a la Constitución y, muy probablemente como agente de Estados Unidos, ya que después de las enormes concesiones que Obregón realizó a través de los Tratados de Bucareli, mucho convenía a Estados Unidos tener otra vez a un hombre maleable y dispuesto a seguir traicionando a su país como lo hizo Álvaro Obregón cuando era presidente de México.

Durante su gestión como presidente de la República entre 1920-1924, Obregón se ganó la reputación de egocéntrico, megalómano, prepotente, abusivo, cínico, ambicioso, corrupto, perverso, traicionero y asesino.

Gonzalo N Santos
Gonzalo N. Santos rindiendo protesta como Secretario General del Partido Nacional Revolucionario (Fotografía: Colección Archivo Casasola-Fototeca Nacional).

Para julio de 1927, la actitud frívola y aires de grandeza de Obregón se habían convertido en una actitud demencial acelerada por la avanzada sífilis que padecía. (Informe de M. Lagarde, Ministro de la Embajada de Francia, al Quai d’Orsay, Ministerio de Asuntos Internacionales de Francia, el 1º de Julio de 1927).

Afortunadamente, Obregón no llegó por segunda ocasión al poder a pesar de los esfuerzos de Santos, de Calles y de la corrupta y conservadora reacción mexicana que los rodeaba, pero la escuela que creo junto con Plutarco Elías Calles obliga a decir que estos tipos son una vergüenza para el Ejército Nacional y para México; y que casi seguramente, por esa pérfida relación con el gobierno norteamericano, Santos pudo mantener su latifundio intocable y fuera de la ley durante más de 50 años. Su idea sobre la política, la ética y la honradez se basaba en los “ierros” que presumía que aplicaba a sus enemigos (encierro, destierro y entierro), y se reflejaba con precisión en muchas de sus frases “célebres” en las que incluía sus “principios y valores”totalmente distorsionados pero acordes a las ideas y acciones características de Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Joaquín Amaro, etcétera:

La moral es un árbol que da moras o sirve para una chingada.
No me gustan los bandidos porque para bandidos, basta conmigo y mi gente.
Indio, gachupín o gringo, al que se me atraviese, lo chingo.

Gonzalo Santos era verdaderamente un hombre despreciable en todos los sentidos y a continuación narro una anécdota de, afortunadamente, mi único encuentro con ese individuo.

En el año de 1973 yo estaba becado en París por CONACYT y por la Agencia de Cooperación Técnica, Industrial y Económica del Gobierno Francés (ACTIM), y mi padre me envió un paquete con un amigo que se hospedaría en el Hilton Torre Eiffel el día 13 de julio, mismo día en que pasé a recogerlo.

Al llegar al mostrador de la recepción había una chica guapísima atendiendo a un viejo que al final me di cuenta de que la estaba tratando de ligar invitándola a cenar y, como el individuo insistía en sus pretensiones, la chica le dijo “usted está muy viejo para mí” y, cortando abruptamente su incómodo intercambio de palabras, se dirigió a mí preguntándome qué deseaba.

Gonzalo N Santos
(Fotografía: Colección Archivo Casasola-Fototeca Nacional).

Cuando ella se retiró para hacer la llamada al amigo de mi padre, me llamó mucho la atención la facha del viejo, pues iba vestido con traje, botas vaqueras, camisa y corbata todo en color blanco, y tras cavilar un momento, me di cuenta de que era Gonzalo N. Santos y se lo pregunté, a lo que respondió, “sí, ¿tú quién eres?”. Mi respuesta fue “Yo soy Arnulfo R. Gómez”, y Santos replicó “¿Qué eres del General?” […]

En ese momento interrumpió la chica señalando que en un momento bajaría el Sr. Albert, amigo de mi padre.

 […] Le respondí “soy su nieto”, respuesta que lo desconcertó momentáneamente, a lo que yo aproveché para decirle “viejo ridículo” y, aunque quiso decirme algo, me retiré sin hacerle caso, para esperar al amigo de mi padre en un sillón de la recepción. 

La realidad es que Santos daba pena con su aspecto de payaso y el ridículo que hacía tratando de ligar a su edad a una veinteañera, sin embargo, lo peor fue que, como ente verdaderamente nefasto, lo identificaban como mexicano.

Posteriormente, un muy apreciado amigo mío me comentó esta situación de una manera muy realista señalando que, un ex-todo activo ancestral de la política mexicana le dijo que, el secreto para andar con chavas guapas en la tercera edad era “darles más dólares que asco”… sin duda, una realidad que encarnaba perfectamente Gonzalo N. Santos.

diputados mexicanos
Gonzalo N. Santos, acompañado de hombres, durante una reunión en un salón (Fotografía: Colección Archivo Casasola-Fototeca Nacional).

Aprovecho la ocasión para comentar que mi estancia en París, en el año de 1973, fue como becario de CONACYT y el ACTIM, y que fue en ese año que inicié el estudio del mercado del aguacate en Europa, por lo que posteriormente, en 1984, siendo Cónsul en Rotterdam y Consejero Comercial de México para el BENELUX y Países Escandinavos, creé el Proyecto de Promoción y Exportación de Aguacate a Europa, mismo que permitió iniciar la exportación continua y sistemática de aguacate a Europa de forma tan exitosa que actualmente, el aguacate, es el principal producto agrícola de exportación mexicana y, nuestro país, el principal productor y exportador de este producto a nivel mundial.

En 1987, sin todavía haber iniciado la implementación del proyecto de exportación de aguacate, las ventas mexicanas al exterior totalizaron 1,675 toneladas; en 1988, primer año de implementación del proyecto de aguacate, la exportación fue de 13,100 toneladas, es decir, un incremento de 682% en sólo un año.

En el año 2016, la exportación total de aguacate ascendió a 1 millón 22,210 toneladas, es decir, 2,314 millones USD, lo que convirtió al aguacate en el primer producto agrícola de exportación mexicana al desbancar al tomate (1,905 millones USD), y se ubicó como el 30º producto más importante de la exportación total de México.

Para el año 2019, el aguacate se consolidó como el principal producto agrícola de exportación mexicana con un valor total de 3,104 millones USD (1,280,930 toneladas), y ascendió al 22º lugar en la exportación total de México, consolidando a nuestro país como el principal productor y exportador mundial de aguacate.


También te puede interesar: Asesinato del General Arnulfo R. Gómez.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x