Innovación, tecnología y cooperación para el desarrollo en el post-COVID

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Tan globales como radicalmente locales podamos ser. Tan locales como responsablemente globales seamos capaces de ser.

La primera pandemia de la Era global, el COVID-19, cimbra y reafirma, fisura y, a la vez, asienta el tiempo de una nueva época.

Siendo como es una enfermedad cuyo contagio planetario creció con rapidez, hay cierto nivel de respuesta que compete a eso, a una estrategia multinacional para abatirlo.

Mas, de la misma manera, cada país ha entendido que, si no es desde la raíz de su historia cultural y la muy particular ingeniería institucional con que cada nación cuenta, la lucha está de antemano perdida.

Comprender que nadie puede desligarse de sus responsabilidades supranacionales, vale tanto, como ser capaz de conocer a fondo el sustrato cultural de cada nación y actuar en consecuencia.

Es en ese punto donde se cruza lo que de entrada podría considerarse como elementos divergentes: abocarse con imaginación y audacia a consolidar un modelo propio, a la vez que tomar parte de manera central en el mundo sin fronteras.

cooperacion internacional
Imagen: Katy Smith.

Tomo dos ejemplos de esa nación pequeñamente grande que es Países Bajos para tratar de ilustrar el modo en que esta paradoja esencial de nuestro tiempo entre lo propio y lo de todos, configura una idea clara de horizonte de futuro.

Lo primero que salta a la vista, aunque no debería serlo tanto, pues corresponde a la dinámica de los tiempos, es que, la también llamada por mucho tiempo Holanda, tenga un ministerio en el que, bajo una misma denominación empareje Comercio internacional y Cooperación para el desarrollo.

Y ha sido precisamente la titular de dicho ministerio, Sigrid Kaag, quien ha afirmado de modo categórico su convencimiento de que la era post-COVID estará marcada por la cooperación internacional.

“Ahora es el momento de mirar hacia afuera”, ha dicho hace unos días la también líder de su partido, “ahora es el momento de honrar nuestra perspectiva internacional”.

En lo que es un espejo de aquello que en los hechos ha venido sucediendo en buena parte del mundo, Kaag, subrayó: “Sólo ganaremos nuestra lucha contra el virus a través de científicos que trabajen juntos a nivel internacional”.

Ciertamente, el impacto que el COVID ha tenido sobre la economía global ha sido poco menos que desastroso, pero a la vez, como bien enfatiza Kaag, la manera en que se han conformado alianzas supranacionales para la investigación de vacunas y la cadena de suministro ha sido notable.

Por otra parte, también en Países Bajos, el gobierno de esta nación ha anunciado un muy ambicioso Fondo Nacional de Desarrollo para estimular proyectos con horizonte de futuro.

vacunas
Imagen: Kieran Blakey.

Dotado con la nada despreciable suma de 20 mil millones de euros, el Fondo Nacional para el Desarrollo, pretende dotar de recursos a iniciativas centradas en la reconversión tecnológica y la sustentabilidad ambiental.

A cargo del Ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, y el de Asuntos Económicos, Eric Wiebes, el planteamiento es claro: “tenemos que cambiar de rumbo”, han dicho, sin ambages.

Debemos asegurarnos de crecer, sí, ha dicho Wiebes, pero dirigiendo la riqueza que seamos capaces de generar al gasto social y sustentabilidad ambiental.

Se trata, en ese sentido, pues, no sólo de generar una economía próspera, y de dirigirla hacia proyectos de educación, salud o vivienda, entre otros, sino en revisar a fondo la manera cómo esa prosperidad será alcanzada.

Tecnología e innovación son los dos pilares sobre los que este ambicioso Fondo Nacional para el Desarrollo, se sitúa.

Mas, sobre de ellos a manera de eje articulador se encuentra la decisión de asumir por completo la responsabilidad global frente al cambio climático.

Es interesante que, a pesar de que pudiera parecer un plan de inversiones resultado del impacto del COVID, en realidad el Fondo Nacional para el Desarrollo estaba aprobado desde el año pasado.

No se trata pues, en estricto sentido, de una política de inversión pública planteada a la luz de la pandemia, sino de una apuesta para la que, si bien la coyuntura es insoslayable, la mira está puesta en los próximos 25 años, al menos.

innovacion post pandemia
Imagen: Freepik.

No debe extrañar entonces que, a pesar de que no se han proyectos concretos aún a los que se les vayan a asignar parte de esos 20 mil millones de euros, éstos con toda seguridad se enfocarán a temas de un futuro cada vez más presente.

Infraestructura visible, como se ha llamado a la construcción a la vista, pero también se está pensando en la inminente llegada del hidrógeno como combustible que sustituirá al gas.

De la misma manera que, por supuesto, se habla de Inteligencia Artificial, robótica, biotecnología.

Se trata de un Fondo que comprende la necesaria inyección de recursos para desarrollar eso que en Países Bajos se ha denominado “puertos cerebrales”, y que no es otra cosa que el aliento para que institutos y universidades puedan hacer su trabajo principal en condiciones óptimas.

No podemos perder tiempo, el mundo cambia rápidamente, afirmaba con razón el Ministro Wiebes.

Quien además pueda cambiar entendiendo su circunstancia nacional y su responsabilidad global, lo hará mejor.

Sin duda.


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Sara Gerson

Siempre tomando en cuenta el impacto ambiental. Esa es la constante, las demás son variables y habrá un número infinito de ellas, pero el desarrollo únicamente es posible lograrlo tomando en cuenta el medio ambiente, si queda fuera de la ecuación, como bien señalas, no es posible el progreso.

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