La crisis allá y la situación acá, ¿visiones y medidas tardías?

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Las noticias sobre la cumbre de los jefes de Estado y Gobierno del Consejo de la Unión Europea manifiestan la clara continuidad de la crisis del euro, tal como se ha estado enfatizando en El Semanario, desde hace casi ya un año. El gobierno español y el italiano condicionaron en la cumbre “el pacto de crecimiento a acciones inmediatas para su deuda y alertan del riesgo de demora”, que agravaría los problemas que enfrentan por la elevada tasa de interés para financiar su deuda. En el caso de España la tasa esta por arriba de 7%, en tanto Italia tiene que pagar tasas alrededor de 6%. La posición de España e Italia fue claramente apoyada por Francia, por lo que la aprobación de los 120,000 millones de euros propuestos para el crecimiento se vio ensombrecida; cifra que equivale a 1% del PIB de la zona euro y que deberá ser canalizado a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). La posición asumida por varios países encabezados por Alemania se oponían a que el Banco Central Europeo (BCE) directamente, a través de Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF) o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) compren deuda soberana y capitalicen a los bancos con problemas. Tales acciones permitirían abatir las tasas de interés sustancialmente y, en el caso de los bancos, no registrar la capitalización como deuda soberana.

A la fecha se ha canalizado a los bancos, fundamentalmente para la compra de deuda soberana, alrededor de un millón de euros, a una taza de 1%, en tanto los bonos de deuda soberana pagan casi siete veces más. De canalizarse los recursos para la capitalización de los bancos de manera directa, no se considerarían como deuda soberana, por lo que no sería necesario aplicar más medidas de contracción del gasto público para abatir el déficit, tal como lo han impuesto las autoridades de la zona Euro. Bien ha dicho el presidente Rajoy, hay en este momento instituciones que carecen de recursos para su financiamiento.

A última hora el País, difundió que “Alemania. Berlín podría […] ceder en la compra de bonos, pero siempre […] que España suba el IVA inmediatamente, que presente un presupuesto bianual o que endurezca la reforma laboral.” De igual manera que “El rescate al sistema financiero español dejará de contabilizarse como deuda cuando el BCE asuma en los próximos meses el papel de supervisor. Tal acuerdo, según el periódico ibérico, fue alcanzado tras más de cinco horas de discusión. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, accedió finalmente que el “fondo de rescate pueda recapitalizar directamente a la banca española, aunque solo una vez que el Banco Central Europeo (BCE) se convierta en supervisor único de las entidades financieras.”

Aunque podría caer la prima de riesgo de España e Italia, la instrumentación de las decisiones convenidas puede de nuevo ser tardía y minar más la credibilidad de las instituciones comunitarias y la confianza sobre el euro. Aspectos enfatizados desde el semanario, como causas del devenir adverso de la atención de la crisis europea. Sin embargo, se espera que la segunda, tercera y cuarta economías de la zona euro puedan salvar a la moneda comunitaria, a pesar de la inflexibilidad principalmente Alemana.

En medio de estas noticias, la Moody´s degradó la calificación de 10 instituciones financieras mexicanas, entre las que, por su tamaño, destacan BBVA-Bancomer, Banamex (CITIBANK) y Santander. Fuera de los cambios técnicos para definir las calificaciones que de Moody´s, que se han ajustado en el presente año, sobresale su posición de “que existen pocas razones, si acaso, para considerar que estos bancos estarían aislados de una crisis de deuda del gobierno, lo que refleja la importante relación entre el gobierno soberano y los perfiles crediticios de los bancos; específicamente, su importante exposición a instrumentos del gobierno mexicano, equivalente a 3 veces el capital básico (tier 1), en promedio, con base en información consolidada públicamente disponible a marzo de 2012. Adicionalmente, estos bancos mexicanos son instituciones mayoritariamente locales con exposiciones macroeconómicas similares a las del gobierno soberano; por lo tanto, las calificaciones sin soporte ahora se encuentran posicionadas al nivel de la calificación de deuda en moneda local del gobierno mexicano.”

Estas consideraciones enuncian la preocupación sobre la deuda soberana mexicana y por la alta concentración de papel público federal que presentan los bancos. Hechos que El Semanario ha estado presentado en su revista semanal. En el primer caso, ha evidenciado que la deuda pública federal pasó de casi dos billones de pesos en 2006, a alrededor de 5.5 billones de abril de 2012. Esta tendencia ha significado un aumento anual de la deuda pública por alrededor de medio billón de pesos, destinado fundamentalmente al pago de intereses, comisiones y al programa de apoyo a los deudores resultante por la crisis bancaria pasada.

En segundo lugar, también Moody´s manifiesta preocupación por la alta concentración del activo bancario en deuda soberana, concentración que, como se ha dicho en este medio, se encuentra en inversiones y en operaciones de instrumentos sintéticos, como derivados, divisas, edge funds, entre otros. Esperemos que la visión y las medidas sobre la situación económica real no vayan a ser tardías y desde hoy algunos consideren un “deja vu” del futuro mediato del país.

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