Como lo hemos señalado reiteradamente, la humanidad vive un conjunto de retos inéditos derivados del acelerado proceso de destrucción de la naturaleza, de la sobreexplotación de los recursos naturales y el aún acelerado crecimiento de la población mundial. Los modelos de crecimiento económico que empleamos a nivel global han sido altamente contaminantes y destructivos de la naturaleza. El cambio climático es una expresión de este proceso de contaminación y degradación causado por la actividad humana. Directamente vinculados con el cambio climático están los nueve límites naturales del planeta que están siendo rebasados y que significan las condiciones básicas para la preservación de la vida social e individual en el mundo.
Este panorama se ve agravado por la pandemia del COVID-19 que está afectando la vida y la salud de las personas. De igual forma, esta pandemia generó una profunda crisis económica y social que para algunos analistas sólo es comparable con la Gran Depresión de 1929. Asimismo, se teme que los efectos económicos de esta pandemia tendrán severas consecuencias sociales especialmente en algunas economías emergentes y en países pobres.
Algunas de las tendencias post-pandemia y sus riesgos son, desde mi perspectiva, los siguientes:
1. Es clara la necesidad de fortalecer la lucha contra el cambio climático y en general contra todo el proceso de destrucción de la naturaleza. Esto va desde el respeto a los límites naturales del planeta hasta el cambio de fondo de los modelos de crecimiento económico para lograr generar progreso, desarrollo y bienestar desvinculándolo de la degradación y contaminación de la naturaleza.
El riesgo consiste en que los intereses corporativos presionen para una recuperación lo más rápido posible, haciendo las cosas como se venían ejecutando. La evidencia científica nos muestra que estamos ya en un punto muy delicado para el futuro de la humanidad, por lo que es urgente un cambio de fondo en la actividad económica y social, en especial en la industria y la energía.
2. Una segunda tendencia es transitar con mayor velocidad hacia una agenda digital. Es necesario vincular cada vez más la innovación científica y tecnológica al desarrollo y el bienestar. Esto significa desde la Inteligencia Artificial hasta todos los avances en robótica, la investigación bio-médica, entre otros avances, por mencionar sólo algunos aspectos.
Es particularmente interesante la posición de Ursula von der Leyen, comisaria de la Unión Europea que plantea una política de recuperación del COVID-19 sobre dos ejes, el pacto verde y la agenda digital.
El riesgo es que en muchos países subdesarrollados aún no hay conciencia de la relevancia de la agenda digital. Esto va a ampliar la brecha entre los que accedan al progreso y al bienestar, y los que se queden atrás. De igual forma, hacia el interior de las sociedades, en particular en los países en desarrollo con fuertes desequilibrios sociales, esta brecha se puede ampliar. La incorporación social a los avances científicos y tecnológicos exigen sistemas educativos modernos que permitan cerrar esa brecha.
3. Una nueva arquitectura internacional institucional. La crisis económica que provocó el COVID-19, y antes la lucha contra el cambio climático, expresada muy significativamente en el Acuerdo de París de 2015 y en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, junto con la atención de otros problemas económicos y sociales, han dejado claro la necesidad de rediseñar y fortalecer una nueva arquitectura internacional institucional para afrontar los riesgos globales del presente y del futuro. El peligro es que se carezca de la voluntad política, por la confrontación entre las potencias, para generar los consensos necesarios que permitan instrumentar los cambios requeridos.
4. Es necesario lograr nuevos equilibrios. En la formulación de los cambios que se requieren, es necesaria la búsqueda de nuevos equilibrios: a) Entre el ser humano y la naturaleza; b) Entre el interés individual, motor del progreso y el desarrollo y el interés general de la población; c) Entre el corto y el largo plazo. Es claro que con frecuencia los intereses políticos y económicos están sometidos al corto plazo (la próxima elección o el actual ejercicio fiscal), pero esta situación nos puede llevar a tomar decisiones destructivas; d) Entre mujeres y hombres. Actualmente el camino del progreso y el desarrollo sólo se puede lograr a través de una creciente colaboración entre ambos, sin prevalencia de unos u otros.
5. La defensa de los derechos y las libertades fundamentales. En el pasado reciente se ha estado dando a nivel global una fuerte tendencia al totalitarismo y el autoritarismo. Lo estamos viendo en todo el mundo. Ya lo hemos visto en el pasado. Se han vivido situaciones similares. En la década de los treinta del siglo pasado, Europa se vio asfixiada por el nazismo y el fascismo por una parte frente al comunismo soviético por la otra. El mundo logró librarse (más o menos) de ambos peligros. Ahora hay nuevamente tendencias autoritarias. A las viejas tiranías se unen nuevas dictaduras y autoritarismos tanto en países desarrollados con tradición democrática como en el mundo en desarrollo.
El problema actual es que, con las nuevas tecnologías en todos los órdenes, los mecanismos de control sobre la población pueden ser más efectivos. Es por eso que hay que luchar por un Estado democrático de Derecho, por la preservación de las libertades y el respeto a la dignidad humana.
También te puede interesar: Conferencia “Hacia un nuevo paradigma del desarrollo global sustentable y el COVID-19”.
RSO Oil
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
recovery centres near me
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
moon chocolate bar 250mg
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
Buy Knives.
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
3d modelling
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
5.7×28 ballistics
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos
aluminum enclosure
Las tendencias globales después del COVID-19 y sus riesgos