Leonora Carrington: de Inglaterra a México

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México se convirtió en un lugar de acogida para miles de refugiados españoles tras la caída de la República en 1939, pero también lo fue para numerosas personas que huían de la invasión alemana de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. El cuerpo diplomático mexicano ayudó a mucha gente otorgándoles documentos y protección para que pudiesen empezar una nueva vida. Una de las personas que llegó a México en 1942 fue la pintora y escritora inglesa Leonora Carrington (1917-2011). Fue en su país de acogida donde pudo continuar desarrollando su obra y se convirtió en una de las artistas más importantes del siglo XX. La escritora Elena Poniatowska le dedicó una magnífica biografía: Leonora (2011).

Carrington formó parte del Movimiento Surrealista a finales de la década de 1930. Llegó a París en 1937 cuando el movimiento todavía seguía teniendo mucha fuerza. La artista británica inició una relación con Max Ernst, pero cuando el ejército alemán invadió Francia, Ernst fue detenido debido a su nacionalidad alemana y Carrington tuvo que huir a España donde estuvo ingresada en un sanatorio en Santander. Finalmente, pudo llegar a México, gracias al diplomático y escritor Renato Leduc. Allí obtuvo la nacionalidad y encontró un lugar que le inspiró enormemente para realizar sus obras, ya que Carrington con una inclinación siempre hacia lo onírico y lo imaginario, encontró una fuente de inspiración en la cultura mexica y maya.

Leonora Carrington nació en 1917 en una rica familia dedicada a la industria textil. En la sociedad de entonces, la educación de las mujeres de la alta sociedad consistía básicamente en prepararlas para el matrimonio. Eso es lo que parecía a lo que estaba destinada la joven Leonora, pero ella se rebeló contra esas costumbres sociales. Acudió a numerosas escuelas en Inglaterra, en las que nunca se sintió a gusto y de las que fue expulsada; también asistió a “escuelas de señoritas” y de “buenos modales” en Florencia y en París donde se aburrió inmensamente. A los 18 años de edad fue presentada en sociedad en Buckingham Palace, pero ella estuvo leyendo un libro durante todo el evento, demostrando definitivamente que las rígidas normas británicas no estaban hechas para ella. Poco después convenció a su familia de que pospusieran los planes de su matrimonio y la dejasen estudiar en la Academia de Bellas Artes Ozenfant, fundada por el pintor cubista francés Amédée Ozenfant en Londres.

En 1936 asistió a la Exposición Internacional Surrealista celebrada en Londres; fue ahí donde se sintió enormemente atraída por dicho movimiento, ya que expusieron diversos artistas, entre los que se encontraban: Alberto Giacometti, Salvador Dalí, Joan Miró, René Magritte, Wolfgang Paalen, el escultor Henry Moore y, desde luego, Max Ernst. A Ernst lo conoció en una cena en 1937 y un año después volvieron a verse en París donde iniciaron su relación, misma que su familia no aprobó; Leonora tenía 20 años y Max Ernst 47. La pareja vivió en una casa en Saint-Martin d’Ardèche al sur de Francia. Carrington no se sintió del todo a gusto al lado de los surrealistas, ya que consideraba que eran bastantes machistas pues muchos de ellos concebían a las mujeres como meras musas y  no como artistas. En una entrevista de 1983 afirmó: “No tuve tiempo de ser la musa de nadie… Estaba demasiado ocupada rebelándome contra mi familia y aprendiendo a ser una artista”. En aquella época destacó con cuadros como: Autorretrato (1938) o Retrato de Max Ernst (1939).

green tea
Green Tea (1942), del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

Pero la felicidad con Max Ernst no duró mucho, ya que en 1939 Francia y Alemania se declararon la guerra y el pintor fue detenido por ser alemán, a pesar de sus ideas antinazis. Con el ejército nazi invadiendo el país, Carrington se vio obligada a  huir hacia España a través de Andorra, acompañada de unos amigos ingleses mediante salvoconductos conseguidos por su padre. En esta situación, sufrió un colapso nervioso, por lo que fue internada en un sanatorio de Santander por mediación de su familia. Estuvo seis meses de 1940, sufriendo un tratamiento durísimo a base de cardiazol; pero lejos de perder la razón, Carrington aguantó este tiempo haciendo uso de su imaginación, creando un mundo mágico que le salvo de caer en la locura. Estas vivencias fueron plasmadas en uno de sus primeros libros: Memorias de Abajo,  publicadas en 1943.

Finalmente, se fue del sanatorio y viajó a Madrid con una enfermera; al llegar le informaron de que su progenitor la iba a enviar a una clínica de Sudáfrica. Por suerte en la capital española se encontró con Renato Leduc –a quien conocía desde hacía un tiempo– y después de explicarle su situación, le dijo que le buscara en la embajada mexicana en Lisboa. Leonora ya iba con destino a la capital portuguesa a tomar un barco para su nuevo destino, pero al llegar el tren a la estación lisboeta, se escapó de sus acompañantes, se subió a un taxi y fue directa a la embajada mexicana, donde trabajaba Leduc. Se casaron, así Leonora pudo irse a México, aunque antes estuvieron unos meses en Nueva York, llegando a su nuevo país de acogida en 1942. En la capital portuguesa se había encontrado con Max Ernst, quien había conseguido ser liberado gracias a la mediación de Peggy Guggenheim, con la que se casó poco después de llegar a Nueva York.

Cocodrilo de Paseo Reforma
Cocodrilo de Paseo Reforma (Imagen: MX City).

Fue en México donde Leonora pudo seguir con su carrera y vivir en libertad, junto con otros tantos artistas surrealistas exiliados, como el poeta Benjamin Péret, la pintora Remedios Varo, el pintor Wolfgang Paalen, el director Luis Buñuel, Alice Rahon, entre otros. Además se les sumaron algunos artistas latinoamericanos influenciados por el movimiento: Gunther Gerzso, Octavio Paz, al igual que el poeta y pintor peruano César Moto. También se relacionó con Diego Rivera y Frida Kahlo. Los surrealistas encontraron en México un país dónde poder desarrollar su obra, influenciadas por el arte indígena y el paisaje del país. André Bretón había considerado a México en 1938: “el país más surrealista del mundo”. 

Carrington se divorció de Leduc en 1943, se instaló en la Colonia Roma, obtuvo la nacionalidad mexicana y se casó con el fotógrafo húngaro Emerico Weisz, con quien tuvo dos hijos. En México encontró nuevas fuentes de inspiración, mezclándolas con las historias de su infancia en Inglaterra –incluyendo leyendas celtas–: el esoterismo, el misticismo, la astrología, leyendas, su imaginación y animales; era una gran amante de los gatos y realizó numerosas obras en las que aparecen. Leonora siempre fue por libre como artista y nunca le gustó que lo relacionasen con ningún movimiento artístico oficial, como el Muralismo Nacionalista que había en México cuando ella llegó y, aunque hubiese formado parte del Movimiento Surrealista durante su estancia en Francia, en su país de acogida fue por una vía más independiente.

Leonora Carrington desarrolló una carrera impresionante en México, donde se distinguió en diversas disciplinas, no sólo en la pintura, también en la escultura y literatura. Realizó pinturas tan famosas como: Green Tea (1942), La casa de enfrente (1945), El gato (1951), Quería ser pájaro (1960), o el magnífico mural que realizó para el Museo Nacional de Antropología en 1964, El Mundo mágico de los mayas. Más tarde, empezó a realizar esculturas en bronce –ya había hecho alguna con anterioridad–, muchas de ellas basadas en animales, tales como: El gato sin botas, La barca de las grullas, El gato de la nocheLa Dragonesa.  En el Paseo de la Reforma, junto al cruce con la  Calle Havre, se pude admirar la impresionante escultura Cocodrilo, donada por la artista a la Ciudad de México en 2000. 

Muchas de las esculturas de Leonora Carrington, están hoy en el Museo que lleva su nombre en la ciudad de San Luis Potosí, abierto en 2018. En la Huasteca Potosina, en Xilitla, también hay un Museo dedicado a la pintora, muy cerca del Bosque de Las Pozas o llamado Jardín Escultórico Edward James, que lleva el nombre del ciudadano británico que lo fundó, un mecenas de muchos artistas surrealistas. También la obra escrita de la artista inglesa ha sido notable, que va desde: La Mansión del miedo (La maison de la Peur, 1938), a La Invención del Mole (1960) a La Trompetilla Acústica  (The Hearing Trumpet, 1974), entre otras.

Lo cierto es que Leonora Carrington fue una artista revolucionaria, que luchó para poder tener su propia vida, libre de las ataduras de la aristocrática sociedad en la que nació. Finalmente lo consiguió muy lejos de su país, en México, lugar donde vivió alternando algunas temporadas en Estados Unidos. Allí siguió mostrando su faceta contestataria al apoyar las manifestaciones de 1968. Durante toda su vida fue una férrea defensora de los derechos de la mujer, diseñando carteles para el movimiento de liberación de mujeres en México. Falleció en Ciudad de México en 2011, dejando un legado magnífico.

liberacion de mujeres en mexico
Cartel del Movimiento de Liberación de Mujeres de México (1972) (Imagen: Portal C Cultura).

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