Estamos sin ninguna duda ante un serio problema a nivel mundial, el tema del coronavirus por donde se le quiera ver, está ocasionando que la economía mundial colapse y obviamente en nuestro país les pegará a las clases más débiles. Trataré de ser más explícito, tomemos como referencia un restaurante, por miedo, las personas no acudirán de la forma que normalmente lo hacían, ¿qué pasará con el personal? –el chef, su staff, los meseros, los garroteros, el capitán, el gerente–, posiblemente afecte también al dueño, desde luego, porque tiene que cubrir los gastos fijos –renta, luz, gas, teléfono, internet, etc.–, pero ¿qué pasa con el salario de los demás?, obviamente el dueño al no tener entradas, no podrá pagar los mismos y tampoco las cuotas obrero–patronales. Este simple ejemplo puede ser escalable a cualquier negocio, fábrica, u otro. En los casos en que los trabajadores estén afiliados al IMSS, probablemente no sufran tanto, pero los que no cuenten con este servicio, ¿qué podrán hacer?
El tema no queda ahí, sin duda los más afectados serán los más humildes, y es cierto, dado que ellos no tendrán posibilidad en caso de contagiarse, de asistir a un hospital privado, tendrán que acudir a los servicios de salud que proporciona el gobierno, pero si ponemos atención que en nuestro país en estos mismos, no hay medicinas, o muy pocas, siento realmente que este tema ha sido tomado muy a la ligera por las instituciones y por el mismo presidente. Mientras vemos cómo los países de primer mundo cierran sus fronteras para evitar al máximo la propagación del virus, nosotros abrimos las puertas tanto a cruceros como a aviones. En México “no hay coronavirus” y no pasa nada, es más, el presidente decía con irresponsabilidad que nos abrazáramos, cuando es una de las principales medidas que solicitan, evitar saludar de mano, de abrazo, de beso, etcétera.
Esperemos realmente que “no pase nada”. Pero volvamos al punto, nuestra clase trabajadora, en muchos casos, mal alimentada, con defensas bajas y con nulas posibilidades de hacerle frente a este tema tan delicado, la pregunta sería, ¿qué y cómo vamos a hacer frente para evitar que esto se expanda de forma acelerada y tenga proporciones inimaginables?, revisemos las indicaciones que proponen las autoridades (mundiales):
~ No saludarse de mano, abrazo o beso.
~ Lavarse las manos de forma frecuente con jabón y agua.
~ Utilizar gel antibacterial si no hay jabón y agua.
~ No acudir a lugares concurridos –hay mayor posibilidad de contagio–.
~ De ser posible, quedarse en casa y trabajar desde ahí.
~ No hacer compras de pánico.
~ Tratar de quedarse en casa y, los que puedan, hacer home office –obvio no es para todos–.
~ Evitar al máximo estar con alguna persona enferma.
~No tocarse el rostro.
Queda en evidencia que pese a las medidas que se están tomando en otros países, en el nuestro no hay ni la menor idea de qué hacer, hagamos un recuento:
El gobierno de Francia al reconocer que ya existe una crisis mundial, pagará el agua, luz y gas de su pueblo. Condonará impuestos y las empresas no pagarán renta.
En nuestro país ya se dijo que no habrá ninguna condonación de impuestos ni facilidades para el pago de los mismos, vaya diferencia, ¿no?
Las Bolsas mundiales han caído de forma estrepitosamente, Estados Unidos de febrero a la fecha; ha caído más de un 30%, Alemania -5.31%; Reino Unido -4%; Italia -6.10; Europa -4.86; y Japón -2.46 –datos de Imagen TV–.
Las líneas aéreas están pasando por la peor crisis de la historia, ya que nadie viaja y los pocos que lo hacen, temen a algún tipo de contagio. Las líneas nacionales de Aeroméxico e Interjet anuncian que sus aviones están completamente sanitizados, y que esta última, pese a la situación financiera que pasa, llevará un máximo del 60% de su capacidad, todo con el fin de que los pasajeros no vayan tan juntos o pegados.
Vemos que una vez más es la propia ciudadanía quien pone en marcha acciones, pese a que ninguna de las dependencias oficiales se haya pronunciado al respecto, lo que causa más descontrol.
Me gustaría tener el ánimo de las autoridades mexicanas y pensar realmente que no pasará nada y que esto muy pronto será recordado como un suceso histórico único, pero que con el tiempo pasará sin pena ni gloria. Pero sabemos que no puede ser así. ¿Qué serán de las comunidades que no cuentan con agua?, ¿cómo podrán lavarse las manos?, sin acceso a gel antibacterial y con un sistema de salud (INSABI) fallido, con pocos o nulos medicamentos. Esta situación podría desatar un tema muy serio que termine de darle la estocada final a la falta de planeación, seriedad, compromiso, responsabilidad, de patriotismo de nuestros dirigentes, empezando desde la cabeza, ya que en repetidas ocasiones ha dicho que todo lo que pasa es producto del pasado, de la corrupción, de los “fifís” que van a Europa, y por su culpa han traído el virus a nuestro país; se le olvida que uno de esos “fifís” es su hijo y que ha presumido sus viajes y los lugares que ha visitado.
Seguimos con la división y lo peor es que en una situación de emergencia se alimente más el odio, el populismo vil y descarado, haciendo que crezca la inconformidad de las clases productivas que, pese a todo, argumentando la explotación de los conciudadanos, con salarios pobres que no alcanzan para nada, al menos ellos, los asalariados, son personas productivas, gente que se levanta temprano, se expone al subirse al transporte urbano, para luego ser asaltados impunemente –lo he comentado–, para ganarse un salario y cuando menos darle sustento a su familia. Contrario a los becados actuales, “los ninis”, que NO hacen nada; se la pasan viendo la vida correr sin dar golpe, como se dice coloquialmente, pero eso sí, criticando al que ha sobresalido pese a todo. Obviamente no pueden aceptar que alguien más lo haya logrado y ellos no; no pueden comprenderlo ya que pregonan la ley del menor esfuerzo.
Pero incluso estas personas, en caso de algún contagio, ¿a dónde acudirán?, el tema es que en todo el país no hay suficientes camas de terapia intensiva, que son las que de presentar el virus, se requerirían, luego entonces, ¿dónde está el plan de contingencia?, ¿qué pasará con nuestro pueblo ante esta carencia?, ¿dónde está el Secretario de Salud?
Ustedes, ¿qué opinan?
Nos seguimos leyendo si gustan.
También te puede interesar: Lo que no debe suceder jamás en nuestro país.
Muy cierto, es tiempo de reflexionar, creo en Dios y se que esto pasara (ojala pronto) pero estoy seguro que es un tiempo de oportunidad, para sacar lo mejor de nosotros cada quien desde su trinchera, y hacer que la economía siga caminando por el bien de México y nuestras familias, una vez mas demostramos que México somos nosotros, no los gobernantes, a pesar de todo, seguimos trabajando y una vez mas saldremos adelante.
Que tema tan complicado, debo decir que a mi corta edad al día de hoy nunca estuve tan preocupada como esta última semana y es que no logro entender el ligerísimo con en el que la autoridad ve esta situación: No tenemos suficiencia hospitalaria (incluso si no hubiera COVID), somos el 2° país con más obesos en el mundo (totalmente vulnerables) el mayor % de empleos son informales y podría en listar muchos más. Incluso los empleos formales corren peligro y mucho, se está parando el mercado y la mayoría de las empresas en México no podrán hacer frente, una pena que sigamos escuchando del presidente “saldremos de esta” pero no hay un cómo, son falsas esperanzas y lo que si veo es que hay pánico e incluso delincuencia, estamos en “fase1” y ya hay saqueos. En fin, serás tiempos económicamente difíciles, pero espero que esto ayude y promueva el mercado interno e iniciemos de cero con esas costumbres de comprar en comercios locales y no en plazas, que esto desate una ayuda mutua entre mexicanos, que reforcemos nuestra fe para convertirnos en mejores personas.
Un gusto leerle Arqui… Saludos