¿Por qué intitulo de esta manera mi primer escrito de este 2021 para El Semanario? Porque viendo los avances que lleva nuestro país en la campaña de vacunación para prevenir la Covid-19, ante la inflexión en la pandemia en México, no estimo que se alcancen las metas aun con los titánicos esfuerzos. Las cifras actuales de la enfermedad entre nosotros son fatales, ayer (5-enero-2021) fallecieron, en las cifras oficiales, más de 1,000 enfermos por Covid, estamos en el terrible grupo de los países con más de 1,000 decesos por millón de habitantes, sólo por detrás de Bélgica, República Checa, Sudáfrica, Perú, Italia y Reino Unido; prácticamente con las mismas cifras que España y Estados Unidos, y ya por delante de Brasil, Francia y Argentina.
México sigue teniendo una letalidad muy elevada, ya algo menor al 10% pero muy cercana a esta cifra; no se han hecho actualizaciones acerca de las muertes del personal de Salud, pero en los últimos recuentos, desafortunadamente, ocupábamos el primer lugar en el mundo. No existe una clara explicación de por qué en México la incidencia no sucedió, como en otros países, con descensos en el número de casos, seguidos de incrementos; después de un aparente control de rebrotes, nosotros hemos sufrido un número muy alto de defunciones, constante, que sólo baja los domingos y lunes, y que seguramente se debe a un defecto en la captación y no a un fenómeno real.
Las campañas de prevención no han sido suficientes, en parte porque las autoridades no han sido suficientemente claras ni estrictas (el hecho de que el presidente no use cubrebocas y no permite que lo usen sus colaboradores en su presencia, es muy descriptivo), y la sociedad, nosotros, no hemos entendido la gravedad del problema. De todas formas, las maniobras de prevención, incompletas e insuficientes, han acarreado consecuencias económicas enormes que no han podido ser paliadas por las tibias maniobras gubernamentales. Esto significa que respecto al éxito en el control de la pandemia, ha sido poco.
No cabe duda que haber conseguido una vacuna para la Covid-19 es un éxito de la humanidad, se tuvieron que conjuntar muchos factores para lograrlo, desde luego la participación de los científicos ha sido fundamental; el viaje desde reconocer la causa de la enfermedad a finales de 2019, reconocer el genoma del coronavirus que lo causa y después ponerse a la búsqueda de una vacuna, realizar los estudios para probarla y después fabricarla, significa un esfuerzo y un éxito histórico (término desgastado, pero que aquí sí se puede utilizar precisa y plenamente).
Si bien el logro científico es relevante, hay que hacer notar que requirió del apoyo económico, financiero y social, los gobiernos apoyaron las investigaciones, muchas organizaciones privadas apostaron por el esfuerzo y todo fue seguido por una sociedad esperanzada; también es notable que la búsqueda sucedió en muchos sitios simultáneamente, prueba de ello es que las tres vacunas aprobadas provienen de tres países diferentes y las que están a punto de ser autorizadas fueron realizadas en otras naciones.
México buscó desde el principio tener acceso a la vacunación, en un esfuerzo mixto apoyó los esfuerzos dirigidos a la búsqueda de una vacuna, tanto el gobierno como organizaciones privadas, la del Sr. Slim especialmente, invirtieron mucho dinero en las investigaciones cuando aún no estaba plenamente probada su eficacia. Estos esfuerzos nos acarrean la posibilidad de tener un acceso amplio y oportuno a la vacuna, seguramente podrán obtenerse biológicos provenientes de diferentes países y marcas.
Ahora el reto radica en la aplicación. Los resultados de las diversas fases de la investigación muestran que las vacunas tienen un resultado muy bueno, algunas requieren más de una sola aplicación, otras requieren de dos, una de ellas necesita de sistemas de ultracongelación difíciles de conseguir. En algunos países existe desconfianza en su aplicación, en México esto no parece ser así, al contrario. En España, en Italia, en Estados Unidos, aún contando con la vacuna, no han podido cumplir con las metas para su aplicación.
México tiene una larga tradición en aplicación de vacunas, se logró erradicar la viruela mucho antes que otros países, la vacunación DPT (difteria, pertusis por tosferina y tétanos) y antipoliomélitica, primero con la vacuna Salk y después la Sabin, se iniciaron muy precozmente; decía que esta capacidad e intención de vacunar tiene una larga historia, pero en las épocas del Dr. Soberón y del Dr. Kumate como secretarios de Salud, se consiguió a plenitud, logrando coberturas de vacunación muy amplias para las enfermedades que ya comentábamos. Además, para el sarampión y otras, se establecieron campañas muy exitosas que incluían no sólo la vacunación del recién nacido, también semanas de vacunación durante las cuales se establecía una logística perfectamente desplegada que conseguía proteger a amplios sectores de la población.
Hace muchos años de que no existe un caso de poliomielitis en México, el tétanos ha pasado a ser un padecimiento excepcional, lo mismo que la difteria y el sarampión, y prácticamente nunca suceden en niños. La vacunación para hepatitis B entre los niños mexicanos es amplísima; la vacuna para el rotavirus ha disminuido considerablemente, asimismo, la enfermedad y los fallecimientos por diarrea en los infantes en todo el mundo, incluido nuestro país, la vacuna se estudió y se desarrolló entre otros sitios en México. La vacunación para el virus del papiloma humano se había venido desplegando ampliamente entre las niñas hasta hace poco tiempo –actualmente no sabemos que sucede–.
Para la aplicación de la vacuna para el virus SARS-CoV-2 se ha despreciado la infraestructura desarrollada por tantos años en México. Entiendo el despliegue de comunicación que se estableció a la llegada de las primeras dosis de las vacunas y que éstas se encuentren destinadas prioritariamente al personal de Salud que atiende a las personas con Covid-19. Lo que no me explico es por qué se está realizando de la forma que planearon las autoridades sanitarias. No se ha permitido la participación de los servicios de Salud de los Estados de la República ni del sector privado. Se está aplicando sólo en instalaciones militares. Sanidad Militar es un cuerpo del Ejército mexicano destinado a atender los problemas de salud de los miembros de las fuerzas armadas, sólo a ellos.
Aunque tienen gran prestigio, la Escuela Médico Militar (ahora Escuela Militar de Medicina) ha venido formando profesionales muy capaces y de gran prestigio, las enfermeras miliares gozan de una justa fama de gran profesionalidad, los sectores navales sanitarios, más recientes, tienen también gran capacidad y prestigio; pero todos están pensados para atender a sus derechohabientes; ampliar sus responsabilidades puede resultar inadecuado cuantitativa y cualitativamente. ¿Por qué llevar al personal de Salud a vacunarse a instalaciones militares? No tengo una explicación suficiente. Un presidente que como candidato tenía una posición antimilitarista y ahora utiliza a miembros de las fuerzas armadas para múltiples labores; no me queda claro por qué.
Utilizar las instalaciones sanitarias militares del Vergel (yo pensaba que al desaparecer el criadero de caballos en Iztapalapa también lo había hecho la guarnición), las del Colegio Militar (establecidas para atender a los alumnos de la Universidad Militar y las tropas auxiliares) y las de Molino del Rey (no sé si se refieren al antiguo hospital del Estado Mayor o a los servicios médicos de las antiguas Guardias Presidenciales), no me parece de ninguna manera funcional. Por qué no acercar las dosis por aplicar a los sitios donde labora el personal de Salud, la refrigeración de los biológicos no parece explicación, estos pueden permanecer en refrigeración durante cinco días sin perder sus cualidades, aunque también se hubieran podido colocar ultracongeladores (Repcos) en los sitios de vacunación, por qué utilizar personal militar en las brigadas en lugar de utilizar a las enfermeras, auxiliares de enfermería y médicos que tienen amplia experiencia para hacerlo.
No tengo explicación. Prueba del fracaso es que hasta ayer se habían podido aplicar un poco más de cuarenta mil dosis (menos de cincuenta mil dosis, en medio del desorden y de grandes despliegues); empezaron el 24 de diciembre, la próxima semana tendrían que empezar a poner la segunda dosis.
Se plantea vacunar en estos primeros tres meses del año a todos los mayores de 60 años, el último dato confiable (2018) marca el número en 13.4 millones, lo cual quiere decir que tienen que aplicarse unas 150 mil dosis diarias. Aunado a esto, para mayor dificultad, a partir de la sexta semana tendrían que ser 300 mil porque habría que poner la segunda dosis a quienes ya recibieron la primera. Después, aún quedarán 68 millones de habitantes de 19 a 59 años de edad que requerirán de la vacunación.
A los 45 millones de adolescentes y niños menores de 18 años no sabemos si habría que vacunarlos o no. Se dijo ayer que la vacunación de los mayores de 60 años se iniciará en las áreas rurales y en las instalaciones administrativas de la Secretaría del Bienestar; ¿por qué empezar por las áreas rurales si la Covid-19 ha sido mucho más grave en las áreas urbanas?, ¿por qué utilizar instalaciones administrativas que en los momentos de crisis han mostrado su ineficacia para cumplir sus funciones y hacerlo con brigadas recién establecidas, en lugar de que se lleve a cabo en instalaciones sanitarias y con personal entrenado para ello?, aunque muchas ellas estén a cargo de los gobiernos de los estados. ¿Por qué despreciar la participación del sector privado que podría coadyuvar desde el punto de vista logístico y financiero?
Entiendo que el presidente y el secretario de Salud no tienen experiencia en vacunación, pero en la Secretaría hay mucha gente que sí la tiene y ellos deberían asesorarlos.
Si alguien tiene explicación para mis dudas por favor comuníquenmelo y si no veremos qué pasa.
Feliz 2021.
Lecturas recomendadas:
– COVID-19: Daily dashboard
– Pirámide de población en México: datosmacro.expansion.com
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Un Gran Reto, espero se logre, pero la razón me dice que “no será posible” no solo la logística y conservación y transporte de la vacuna, no se cuenta con a masa critica, ni el capital, y por si fuera poco, la “corriente anti vacuna” que es más del 40%. Se tendrían que utilizar TODOS los medios para difundir día a día, y, crear certidumbre y confianza, situación que veo ausente. Luz Blanca México.
Tristemente y con gran preocupación seguiremos viendo qué pasa Dr Ramiro.
Saludos y muchas gracias.
Definitivamente estamos perdidos, en el sentido que no se sabe para donde vamos… En Jalisco aún no tenemos vacuna y la llegada de esta y su aplicación es incierta.
Esperemos un buen 2021.
Hola Manolo, perfectamente puntuales tus comentarios y con tristeza veo que la sordera del jefe supremo de las fuerzas armadas del país, al igual que Salinas ni los ve ni los escucha, a los reales expertos del área de salud, esto tendrá consecuencias en donde el pueblo será el afectado y a saber con esta total y caprichosa actitud hasta cuando será una cobertura nacional.
Creo que no es solo la complejidad logística, sino que sea la vacuna de Pfizer y la probada incompetencia operativa.
Aún teniendo información sobre la vacunación , ojalá y las estrategias consideradas se logren llevar a cabo, tenemos fe de que los resultados sean los esperados pero desafortunadamente el miedo sigue ya que el rebrote del virus continúa con mayor fuerza , la escasez del oxígeno y la falta de lugares en hospitales siguen mostrando una elevada estadística de fallecimientos. Mantengamos confianza y pensemos que saldremos adelante. Gracias Dr. Ramiro, por su valiosa información.
Gracias por la puntual información pero me parece que la logística tendrá un manejo político electoral, hoy mucho ruido y pocas nueces y cuando hayan candidat@s será más intensa la aplicación, liberándose después de 6 de junio, con este enfoque se pueden especular otros métodos.
Si Dr Manuel Ramiro el adepto de Salud debe ser los adecuados para repartir la vacuna tienen la experiencia y será más rápido buena suerte pero es difícil de pelearse con un general a patadas parece que Mexico es un estado militar.
No hay mucho que entender: las decisiones las toma un solo hombre, rodeado de un cuerpo de Secretarios y Subsecretarios incapaces de contradecir al Presidente. El problema es simple: no hay estrategia. Hay infraestructura y personal experimentado pero, sin estrategia, sin una planeación interdisciplinaria, nada saldrá bien. ¿En dónde está el Consejo de Salubridad? ¿En dónde está el grupo de expertos funcionarios del pasado reciente que dirigieron otras pandemias y campañas de vacunación?
El panorama es cada vez más sombrío: todos en casa y en la calle: negocios cerrados, gente sin trabajo, inseguridad…
A dónde llegaremos?
Veo, Manuelito, muy certero tu comentario.
En realidad, nuestro problema Mexicano mayor actual, consiste en que los verdaderos expertos del país,, no cuentan con libertad de expresar y aplicar sus conocimientos y experiencia, ya que un ignorante terco es quien dicta la tarea.un abrazo.
Muy interesantes observaciones sabiendo que usted tiene amplio conocimento sobre el tema de vacunación. La pregunta que hace ¿nos dará tiempo? Yo creo que no. No dará tiempo porque la situación está desbordada, a muchas personas ya dejó de importarles hace mucho las medidas mínimas que se deben tomar para evitar contagiarse y contagiar. Como resultado tenemos hospitales llenos y familias completas han perecido. El peor escenario se está viviendo y no parece que se pieda controlar en este momento. ¿Nos dará tiempo? Ya no nos dió tiempo por que son tantas las vidas perdidas y que se perderán, que creo que ya no, nos desesperamos a tan poco tiempo de ver la luz y desafortunadamente las consecuencias son graves. Nos queda confiar en la amplia experiencia del sector salud en cuestión de vacunación y en que las autoridades dejen de lado sus diferencias para poder ayudar al país.
Saludos cordiales y graciad por su reflexión