Nos frotamos las manos por los festejos que siguen pues regresará el aroma del toreo a la Ciudad de México.
Solamente, desbordarme en elogios por la gran actuación de Julián López El Juli con el segundo de la tarde, al que le ha estructurado una maciza faena, siendo tal vez el madrileño el único que supo apreciar y luego sacar a flote, las cualidades de nobleza de un toro de Montecristo que, como el resto del encierro, embestía a media altura, eso sí con claridad meridiana, para hacer una faena que arrebató el entusiasmo de un conclave nutrido que asistió el 24 de enero a La México.
La oreja, pedida en su gran mayoría por los asistentes, era mandatorio le fuera otorgada por Gilberto Ruiz Torres, quién en una entrevista con Guillermo Leal, José Luis Ornelas y el que escribe en el programa de Rincón Taurino, reconoció haberse confundido con la estocada y que por esa razón, no otorgó los trofeos.
El Juli dio una vuelta al ruedo cobijado por el cariño del público quién lo tiene en un lugar de privilegio, lo cual si bien no corrige el error, si habla de madurez por parte del matador de toros en retiro que escuchó una cantidad de improperios como hacía tiempo no se escuchaban en La México.
También que Joselito Adame está en el ánimo popular al alza y sabe tocar los resortes para trocar las lanzas en cañas, en el sexto que como en el quinto fue protestado por su falta de seriedad para la catedral del toreo en América, con un quite por zapopinas y luego con un inicio toreando hincado logró que el público se volcara a su favor y como alcanzó momentos muy buenos con la muleta y culminó con una estocada a un tiempo, que si bien no fue en la yema le bastó para recibir una oreja, sin librarse de las protestas de un sector que consideró exagerada, la recompensa.
Y digo que sería ideal, si los toros que están enviando las ganaderías, en este caso Montecristo, no dejaran la duda en la presentación, ese es el gran pero y opinar que así como fue de estricto Gilberto con El Juli con el otorgamiento de los trofeos, lo debería ser a la hora de aprobar el encierro y desde luego los responsables no deberían poner oídos sordos al clamor popular, sería justo se haya tomado nota, de entrada para el domingo próximo, dónde los ojos del mundo estarán en La México.
A El Zotoluco le tocó primero un astado complicado de la ganadería de La Cieneguilla fracción de Montecristo y luego, a mi modo de entender, le correspondió el mejor toro del encierro tlaxcalteca en la que si bien hubo pasajes en los que la gran capacidad lidiadora del torero brillo, también es cierto que cada vez le cuesta más trabajo remontar la frialdad hacia su toreo de una parte del público que más que reconocer su trayectoria, le hostiga como si fuera pecado mantenerse tantos años en activo y con la condición física a tope.
En fin una corrida que si bien resultó interesante no logró ser contundente, pero que deja en claro que Joselito Adame está en el ánimo popular y que el domingo próximo seguramente a su modo y manera tratará de trascender cuando los reflectores están puestos sobre un torero que provocará lo que parecía imposible, atiborrar la plaza más grande del mundo.
Nos frotamos las manos por los festejos que siguen pues regresará el aroma del toreo a la Ciudad de México.
Ojala y tanto esfuerzo organizativo no se estrelle ante la necedad de domingo a domingo, escuchar protestas por la presentación de algunos de los astados, me parece que es claro que no se lo merece el público y la tradición de tantos años.
