Seriedad texcocana

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En los festejos taurinos, celebrados en plazas como la Silverio Pérez (que desde hace años pretende recuperar el caché perdido), la mejor fórmula que se puede aplicar es la de presentar encierros, denominados serios, primero por su presencia física y luego por su madurez en el comportamiento en el ruedo.

En la primera corrida de la feria, los empresarios apostaron por un precioso encierro de Torreón de Cañas, para Joselito Adame y Sergio Flores; el trapío provocó aplausos en su salida a la arena, pero más importante, al final, por su comportamiento en la lidia; así como dos novillos para Guillermo Hermoso, uno de Santoyo y otro de Fernando de la Mora, bien presentados: el primero, noble; el segundo resultó muy manso.

Me pareció un buen mensaje, a quién corresponda, el que los alternantes hayan aceptado lidiar un encierro con una presencia digna de encomio, lo que debería ser normal; sin embargo, en tiempos en que a muchas figuras se les olvida que el toro coloca a todo mundo en su lugar, es refrescante asistir a una plaza donde se custodia ese importante concepto.

La semana pasada, el domingo 25 de marzo de 2018, se corrió un encierro de varias ganaderías y, por las imágenes, podemos ver que imperó la buena presencia de los astados lidiados. Los triunfadores fueron José Mauricio y El Calita, pero Lupita López supo dejar su etiqueta en el ruedo, a pesar de su mala tarde con la suerte suprema.

La tarde ganadera se la llevó el primero, de nombre Mesías, que desde que saltó a la arena embistió con gran emotividad al percal de Joselito Adame, tanto por el lado derecho como el izquierdo, humillando y, con gran recorrido, al final recibió merecidamente el homenaje, otorgado por el juez matador Gilberto Ruiz Torres, del arrastre lento.

En la muleta, Mesías parecía perder un poco de aire, pero la buena crianza y la experiencia de José, le permitieron, después de dos series,  con la muleta a media altura, tomar un segundo aire para seguirembistiendo con unmagnífico estilo, por la derecha y por la izquierda; si acaso el viento, omnipresente en esa plaza, evitó la mejor continuidad en una faena de altos vuelos, que en otras circunstancias hubiera sido de máximos trofeos.

La fijeza, la prontitud y la emotividad fueron imperantes en la embestida de un toro con toda la barba de Torreón de Cañas.

Tauromaquia, 2018Me parece que cerró con una gran estocada a un tiempo, pero solo por el tema de la continuidad se podría entender que no le otorgaran dos trofeos, sino uno solo, con el que José paseó entre los vítores de un público, con muy buena entrada en general, pero rala en las barreras, evidenciando que el tema económico también frena la asistencia a las plazas.

En su segundo, un astado que tendía a refugiarse en las tablas, lo toreó, extrayendo el buen estilo del animal, cuando se empleaba el ejemplar chorreado de pinta, privando a Joselito de otro trofeo, por la suerte suprema.

Sergio Flores tuvo un lote que le permitió lucir el gran momento taurino por el que está pasando: en el primer encierro, un toro emotivo y con muy buen estilo (a pesar de haber sufrido un impacto durísimo en un burladero antes de la lidia de muleta) le bordó muy buenos muletazos.

En el segundo encierro, un toro muy alto y rematado, de casi 600 kilos y una nobleza preponderante, le supo dar tandas muy bien estructuradas. El tlaxcalteca se fue sin ningún trofeo en ambos astados por la espada, pero dejó grata impresión en su paso por la feria. Va como José que vuela para San Isidro.

Los picadores lucieron por la catadura de los astados, y recuerdo muy claramente un gran puyazo de César Morales.

Guillermo Hermoso da muestras de buen toreo a caballo, tal vez necesita afinar la ejecución con sus adornos, pero aún es prematuro juzgarlo con severidad; sin embargo, en los pocos festejos que lleva, se puede vislumbrar en él a un torero carismático que le llega al tendido con facilidad y que montando está muy bien puesto.

La alta escuela de equitación, instruida por ya saben quién y machacada con el estilo de la familia, es su arma más importante, y se anticipa que con el tiempo escalará grandes alturas. Es un rejoneador que promete, y mucho.

Buen sabor de boca nos deja la plaza Silverio Pérez. Habrá festejos el domingo primero y el ocho de abril, no se los pierda.

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